Delfines colocados, peces globo y ratas adictas: una 'nueva' perspectiva sobre las drogas
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José Vicente BernabeuMuchos de nosotros lo hacemos. Muchos no. Nuestros gobiernos hacen cuanto pueden para presentarlas como el camino hacia el infierno mientras que Baudelaire y Lil Wayne han cantado sus alabanzas. A lo largo de los años el debate sobre las drogas ha sido explotado por parlamentarios y borrachos pero ¿cómo pueden los animales arrojar un poco de luz sobre este viejo tema?
Me volví hacia los animales después de ver un reportaje de archivo de la BBC sobre delfines drogándose. El documental Spy in the Pod siguió a un grupo de jóvenes delfines machos mientras pasaban educadamente alrededor de un pez globo para esnifar un poco antes de convertirse en seres medio ciegos flotando verticalmente de felicidad. Al parecer, los delvines han aprendido que cuando se les intimida, el pez-globo libera una toxina que, en cantidades pequeñas, produce un efecto narcotizante. Esta escena ridícula me inspiró para iniciar una búsqueda de otros animales drogados, tras agotar joyas de Youtube como "gatos volviéndose locos por la hierba gatera" y "jaguares con DMT", quedé en shock. ¿Significa esto qeu es natural para las criaturas vivientes cambiar el estado de su mente? ¿Y podrían servir estos hábitos recreacionales de los animales como un argumento válido contra la demonización del uso de las drogas por parte de los humanos?
Delfines colocándose en el documental "Spy in the Pod" (2014).
Motivada por mis meditaciones, contacté con Bruce Alexander, un profesor y psicólogo especialista en drogas que en los años 70 llevó a cabo un peculiar estudio sobre la adicción al opio llamado Rat Park. En aquel momento, estudios previso habían estudiado a animales como ratas y monos cautivos, exclusivamente, en incómodas jaulas. Los resultados siempre mostraban que los animales se volvían rápidamente dependientes de las drogas, lo que conducía a la creencia común de que las drogas causan una inmediata e irreversible adicción. Pero Bruce cuestionó este artículo de fe encerrando a la mitad de sus ratas en jaulas convencionales y a la otra mitad en un "parque para ratas": un paraíso para ratas de 200 pies cuadrados con juguetes, paredes decoradas con paisajes naturales pintados y la oportunidad de procrearse. A ambos grupos se les dio a elegir entre agua pura y agua con morfina, pero las residentes del parque para ratas consumían una cantidad significativamente menor de agua con morfina. Por mucho que lo intentó, Bruce no pudo hacer adictas a las huéspedes de su parque para ratas, incluso después de haber enriquecido el agua con morfina durante dos meses, las ratas del parque para ratas siempre volvían a la agua no adulterada.
"Como si las ratas estuvieran de fiesta"
Los hallazgos de Bruce no solo rechazaron la creencia común de que la exposición a las drogas causaban una inevitable adicción sino que también sugerían que la adicción es un producto de factores sociales y ambientales: como la gente, eran las ratas que estaban aisladas, incómodas y desprotegidas las que sufrían de adicción. "Lo que también vimos", explica Bruce, "es que aunque a las ratas del parque no se les administrara tan regularmente como a aquellas enjauladas, ocasionalmente se aficionaban". Los patrones del uso de las drogas entre las ratas eran similares a los patrones de uso de drogas entre humanos. Algunas ratas ni se molestaban mientras que otras tomaban morfina de vez en cuando "como si estuvieran de fiesta". Las ratas de Bruce sugerían que el deseo de tomar drogas como diversión es algo natural y posiblemente incluso algo bueno para nosotros, como un medio para el pensamiento lateral. Él planeó realizar un análisis más detallado del aparente uso recreacional de las drogas. ¿Serían las ratas adolescentes más proclives aexpermentar que las ratas más viejas? ¿Tomaban drogas en grupo? Hay varias preguntas interesantes que, desgraciadamente, todavía no se han contesado.
El estudio de Bruce coincidió con los inicios de la Cruzada contra las Drogas de Richard Nixon y la impopularidad de su investigación se reflejó en que el estudio se cerró. De acuerdo con el Consejo de Cuidado de los Animales de Canadá, las salas de ensayo estaban insuficientemente ventiladas y a pesar de que Bruce argumentó que las ratas normalmente viven en alcantarillas y espacios muy cerrados, todo el proyecto se interrumpió. El hecho de que las mismas habitaciones fueran utilizados más tardes como un espacio de orientación para los estudiantes sin que se llevara ningún tipo de trabajo para corregir el "problema de ventilación" es un poco confuso. Bruce es cuidadoso para no entrar en conspiraciones, pero o los estudiantes requerían menos aire que las ratas o alguien no estaba contento con los planes de Bruce. De este modo, El Parque de las Ratas tuvo un impacto pequeño, fue rápidamente enterrado por otros estudios del gobierno y organizaciones antidrogas de un billón de dolares como el National Institute of Drug Abuse.
"Los humanos no tenemos la inocencia de los delfines"
El gobierno tuvo la última palabra, pero ¿qué piensa Bruce sobre que el uso animal de las drogas signifique que es natural para los humanos tomar drogas también? "Sí y no. Nosotros, ciertamente, decimos que el uso de drogas es natural en el reino animal porque la evolución produce una correspondencia entre lo que te hace sentir bien y lo que es bueno para nosotros. Los humnaos en su forma natural también saben lo que es bueno para ellos porque la evolución nos lo dice, pero ahora, en el siglo XX, hay muchas drogas de las que sabemos muy poco. La modernidad ha provocado un cortocircuito en nuestra inteligencia, así que no podemos justificar que podamos tomar todo lo que nos gusta. No tenemos la inocencia de los delfines ni vivimos en un paraíso de delfines". Ahora que lo pienso, uno no ve a delfines con el hábito de "esnifar diez peces globos al día" o a renos participando en cárteles de droga a traves del desierto. Los animales no parecen tener el mismo problema de adicción que nosotros. "La adicción", dice Bruce, "es siempre el producto de la marginación de la sociedad, ya sea como una consecuencia de agentes históricos que han conducido hasta la modernidad o de problemas individuales como una inundación".
Cuando nos fijamos en comunidades tribales ajenas al colonialismo que usan drogas como una parte de sus roles espirituales o sociales, la adicción es inexistente. Es solo después de que estas comunidades se rompen que la adicción se convierte en una epidemia. "La comunidad es una flor frágil", explica Bruce. "La adicción se ha convertido en un tema mayor por culpa de un declive intrínseco de la comunidad, el hiper-capitalismo moderno y todo ese rollo". Al haber sido catapultados hacia la modernidad, los humanos no somos tan inteligentes como pensamos. Nuestra relación con las drogas es todavía un misterio, pero tomar drogas no es un fenómeno moderno. El deseo de tomar drogas es algo natural, como probaron las ratas de Bruce. Esas criaturas peludas pueden enseñarnos que la elección de tomar drogas no debería ser sujeto de calumnias y que las personas que tristemente se acaban siendo adictas son más el resultado de comunidades rotas que de caracteres defectuosos.
Translated from Dolphins on drugs: What can animals tell us about getting high?