Del mortero a la ensalada
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jesús pichardo¿Qué diferencia hay entre melting pot y el multiculturalismo? ¿Cómo se articula la gestión de la diversidad en Europa? Preguntas (y respuestas) sobre un problema europeo.
1. ¿Cómo nace el multiculturalismo?
Al principio era melting pot o, si se prefiere, el "crisol". Estaba considerado como el fundamento histórico de la política de integración estadounidense y representaba la sociedad como un gran mortero en el que todas las diferencias y orígenes culturales se mezclaban, asimiladas como en una buena salsa mediterránea. Muchos lo veían como un modelo para todas las sociedades en las que conviven diversas etnias. En cambio, con el tiempo, la mezcla ha ido a mal. Y he aquí que el multiculturalismo se ha impuesto como la nueva receta para liberar de las necesidades a las sociedades occidentales en busca de soluciones eficaces e indoloras que las saquen del callejón sin salida culturalista. No más salsa uniforme, sino ensalada mixta y colorida, cuyos diversos ingredientes conviven en la misma ensaladera manteniendo cada uno su propio gusto.
2. ¿Cómo se puede definir?
El multiculturalismo es una estrategia política de gestión de las relaciones interétnicas que se apoya en la valoración y el respeto de todas las particularidades consuetudinarias, la cultura, la religión o la etnia. Nacido a mediados de los años ochenta, el multiculturalismo se fue reafirmando en un principio en los Estados Unidos y más tarde en Europa, pero sus raíces surgieron al menos veinte años antes, cuando comenzó a hacerse un hueco en las sociedades occidentales la cuestión de la "diferencia identitaria", el rechazo de la cultura tradicional propugnada a partir de 1968 y las reivindicaciones étnicas y nacionalistas de la Descolonización. La intensificación de los fenómenos migratorios y de la globalización establecieron el paso definitivo de una cultura de la unicidad a un verdadero y propio culto de la diferencia.
3. ¿Cuáles son las principales acepciones del concepto de multiculturalismo?
El historiador Francis Fukuyama propone una versión de "multiculturalismo bueno": una especie de corporate multiculturalism o "multiculturalismo de la globalización" que, aplicando el esquema económico de las multinacionales, apunta hacia la difusión de los mismos consumos entre los estilos de vida diversos de los variados grupos sociales, étnicos y culturales. De opinión opuesta es el politólogo italiano Giovanni Sartori, para el que el multiculturalismo es "malo" por definición, ya que concibe una sociedad construida sobre identidades separadas y "guetizadas". A la receta americana propuesta de Fukuyama, Sartori contrapone el "modelo europeo del pluralismo y de la tolerancia", entendido como "correcta gestión de las diversidades".
4. ¿Qué hace la Unión Europea para mejorar la integración de los inmigrantes?
Integración de nacionales de terceros países es un programa comunitario que financia la integración de los ciudadanos no comunitarios en los Estados miembro de la Unión europea. Procura promover el diálogo en la sociedad civil, desarrollar modelos de integración, difundir y valorar las "mejores prácticas" en el campo de la integración. La partida presupuestaria de este capítulo en 2005 ascendió a unos 5 millones de euros. Al mismo tiempo, la UE ha puesto a punto un Manual de Integración, para difundir las mejores prácticas puestas a punto en Europa en gobiernos y autoridades públicas en materia de integración: formación, participación política y diálogo interreligioso. El manual se presentó a finales del 2004 y subraya también la necesidad de implicar a sindicatos, asociaciones de extranjeros y de empresarios.
5. ¿Cuáles son los modelos de integración en Europa?
Europa oscila entre dos modelos de integración: el de "asimilación" francés y el "multiculturalista" anglosajón. Ambos están en crisis. El primero apuntaba a una integración fundada en un intercambio: la concesión de la "nacionalidad republicana" a cambio de una privatización del credo religioso (de ahí, por ejemplo, la prohibición del velo en las escuelas francesas). La política "multiculturalista" británica concedía espacios públicos a las minorías étnicas o religiosas, bajo la forma de "derechos colectivos", con el fin de sostener una armónica coexistencia entre los diversos grupos en el interior de una sociedad política liberal y tolerante.
¿En qué han fallado? En Francia muchos franceses de segunda y tercera generación (hijos y nietos de aquellos inmigrantes norteafricanos que hace algunos decenios eligieron convertirse en ciudadanos franceses) han rechazado el viejo sistema republicano de asimilación, como ha quedado patente en los disturbios de las periferias francesas el pasado otoño o con las manifestaciones contra la prohibición del velo en espacios públicos. En Gran Bretaña amplios sectores del mundo musulmán han rechazado reconocer las leyes del país, constituyendo una minoría hostil y aislada. La opinión pública británica podría resumirse con una frase del laborista afrocaribeño Trevor Phillips, presidente de la Comisión por la igualdad de las razas, publicada en un artículo de The Times: "Multiculturalismo no significa que cada uno pueda hacer lo que quiera en nombre de su cultura".
Translated from Dal melting pot al salad bowl