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#DebateEn140: Lo que pudo haber sido y no fue

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La noche del pasado jueves, 26 de diciembre, tuvo lugar el primer debate online entre miembros de los seis grandes partidos políticos en España. El evento organizado por Twitter España generó grandes expectativas, pues se planteó como un formato novedoso y bidereccional. Aunque el resultado fue un debate clásico, pero poco formal: Juventud mal enfocada.

El evento fue anunciado como un nuevo formato de debate entre políticos, dirigido especialmente a los jóvenes. Por primera vez en la historia de la democracia española, sería el público quién elegiría los temas a tratar durante el debate, mediante una votación que tuvo lugar en la web del encuentro y mediante la etiqueta #DebateEn140 en Twitter: Empleo, educación, terrorismo y corrupción fueron los elegidos. La segunda novedad importante estaba relacionada con el formato: Se planteó como un debate bidireccional, en el que los particiantes interactuarían con el público a través de Twitter y responderían a sus preguntas. La propuesta fue recibida con expectación.

Sin embargo, ya en los momentos previos al inicio del debate el enfoque elegido empezó a hacer aguas: Presencia de tuiteros e influencers, entrevistas personales con los participantes, comentarios sobre la vestimenta de unos y otros, intervención de presentadores al estilo de los programas de entretenimiento. Un paralelismo demasiado evidente que trasladó a muchos jóvenes que seguían el debate un mensaje poco alentador: La organización del evento no tomó en serio a los jóvenes españoles, de la misma forma en que lo ha venido haciendo la política tradicional en los últimos años.

También provocó una cierta desilusión el desarrollo del debate en sí. Aunque la expectativa era que los políticos responderían a las preguntas que los jóvenes planteaban vía Twitter en tiempo real, la interacción que todos esperábamos fue mínima. En la práctica, se introdujo cada uno de los temas mediante una pregunta en forma de tuit y cada candidato aprovechó la ocasión para lanzar a la audiencia el contenido de su programa. Distinto formato, mismo discurso.

Así lo vivieron algunos de los jóvenes que siguieron el debate en redes sociales:

Aunque esta experiencia deja también una sensación positiva, y es que el sector de la política en España se ha dado cuenta de la necesidad de incluir a los jóvenes. Si bien este primer intento no ha resultado del todo fructífero, la idea y el formato bien merecen un voto de confianza de cara a futuros encuentros. Siempre y cuando se abandone la frivolización tan absurda que se hizo sobre los intereses de los jóvenes españoles y se deje más espacio a la interacción entre los representantes políticos y el público.