Cuando haces pop... ya hay stop: Hungría introduce el Impuesto de las Patatas
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Carlos Suarez¡Adiós las patatas chips! Van a quitar la dieta insana a los húngaros sedentarios a base de impuestos de salud.
Quien quiera hacerse una idea de las medidas de los húngaros debe ir a una playa húngara en verano. Allí podrá constatar que la curva de la felicidad es un “símbolo de estatus” para los húngaros de 40 años en adelante. Por decirlo así, un hombre sin barriga no es un hombre de verdad.
En los restaurantes y establecimientos de comida rápida uno encuentra enseguida una explicación de la voluminosidad de muchos húngaros. ¿Verduras? ¡ De ninguna manera! ¿Ensalada? ¡Falsa alarma! En su lugar, hay sopa de alubias con codillo de cerdo, filete gitano con abundante ajo y corteza de tocino ahumada encima. Y, por supuesto, no puede faltar la obligatoria sopa de callos.
¡Lo primero es la carne!
Esta cultura gastronómica rebosante de grasas y de difícil digestión es en gran medida la causa de que la salud de los húngaros sea mala en comparación con la de los demás europeos. La médica Roza Adany nos ilustra con los siguientes datos la pésima salud de los húngaros: en Hungría mueren tres veces más hombres y mujeres de enfermedades cardíacas y circulatorias que la media europea. Las muertes debidas a enfermedades del aparato digestivo son 5,5 veces más frecuentes entre los hombres húngaros y 4,4 veces entre las mujeres húngaras que la media europea.
El fisco grava con 40 céntimos por kilogramo las galletas y la repostería industrial y con 80 céntimos por kilo las patatas fritas de bolsa
Debido a esta situación, el gobierno de Viktor Orban se ha propuesto acabar con las costumbres culinarias insanas de los húngaros. Lo quiere lograr mediante el llamado Impuesto de las Patatas Chips, que ha entrado en vigor el 1 de septiembre. Quien esté pensando que el nuevo “canon de salud pública”, como se llama oficialmente, se aplica a los platos con alto contenido en grasas y difíciles de digerir como el filete gitano, se equivoca.
Se encarecen sobre todo las bebidas azucaradas, la bollería y los snacks como las patatas chips y las chocolatinas hipercalóricas. El fisco grava con 40 céntimos por kilogramo las galletas y la repostería industrial y con 80 céntimos por kilo las patatas fritas de bolsa. Las bebidas energéticas costaran cerca de un euro más por litro a partir de septiembre. Según los planes del gobierno, los ingresos provenientes del Impuesto de las Patatas Chips se utilizaran para subsanar las débiles y maltrechas finanzas del sistema sanitario húngaro.
El fracasado “Impuesto de la hamburguesa” rumano
Sólo en la industria alimentaria húngara, desde un principio no han visto nada de los teóricos efectos positivos del Impuesto de las Patatas Chips. Según la patronal húngara, al menos cuatro fábricas húngaras de la industria alimentaria van a cerrar en lo que queda de año, alrededor de 2. 000 personas ven amenazados sus puestos de trabajo, y esto con una tasa de desempleo que ya llega al 10,7 por ciento.
En Rumanía, se desestimó un impuesto similar el año pasado porque, de lo contrario, los alimentos se habrían encarecido demasiado. Los precios de los supermercados son también muy altos en Hungría. Por eso, muchos húngaros que viven cerca de la frontera austrohúngara van a comprar a menudo al país vecino occidental, donde los alimentos son claramente más baratos. Además, los húngaros ganan de media 1.165 € brutos anuales: mucho menos que la media europea. De acuerdo con un sondeo del Instituto de Investigación del Mercado Szinapszis Piackutato, dos tercios de los húngaros están a favor del Impuesto de las Patatas Chips. Según otra encuesta, la mayoría responden que, a pesar del Impuesto de las Patatas Chips, no quieren cambiar sus costumbres culinarias.
Receta: patatas chips caseras anti-impuestos
El autor de este artículo, Peter bognar, es miembro de la red de corresponsales del este de europa n-ost.
Translated from Einmal gestoppt, nie mehr gepoppt: Ungarn führt Chips-Steuer ein