Crisis política belga: ¿El inicio del fin?
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Soraya Garcìa BernardoEl delicado equilibrio belga se ha visto seriamente afectado estos últimos tiempos. Su continuidad pende de un hilo que, si se rompe, solo dejará a los belgas su particular humor para llorarlo con filosofía y fatalismo.
La fría acogida con la que los dos partidos flamencos -el N-VA (Alianza Nueva Flamenca) y el CD&V (Partido Cristiano-Demócrata Flamenco)- han recibido la última propuesta de Di Rupo ha marcado el fin de toda una época. Una época en la que se podía formar un gobierno federal sin grandes dificultades. Hoy, por el contrario, todos los partidos intentan arrimar el ascua a su sardina, cada comunidad quiere hacer pagar el pato a la otra y muchos se preguntan por qué extraño milagro todavía no se han lanzado ataques especulativos contra la deuda del país.
La federación Wallonnie-Bruxelles, un matrimonio a la fuerza
Tras un año de arduas negociaciones entre los dos partidos vencedores de las últimas elecciones legislativas, el N-VA y el PS (Partido Socialista), el hastío se ha instalado en los engranajes de poder y en la calle el interés ya no es el mismo. Las negociaciones sobre la reforma del Estado se eternizan desde hace cuatro años sin atisbos de progreso y, lo que es peor, la situación se ha complicado más. Sin llegar a decirlo abiertamente, flamencos y francófonos están librando una batalla campal por Bruselas. Los francófonos sospechan que los flamencos quieren dotar a la capital de un modelo institucional que la despojaría de su identidad y la condicionaría a una futura independencia de Flandes. Una sospecha que explica la prisa de los francófonos para unir el destino de Bruselas y el de Valonia en un apresurado matrimonio conocido como Federación Valonia-Bruselas.
¿Qué político tendrá el genio para conciliar las posiciones y proponer un acuerdo que deje satisfechos a todos?
El país camina lentamente hacia la parálisis total. ¿Qué político tendrá el genio para conciliar las posiciones y proponer un acuerdo que deje satisfechos a todos, tanto al norte como al sur? Es un momento crítico aunque todavía hay lugar para la esperanza. Precisamente uno de los pocos rayos de esperanza a los que se pueden aferrar les viene esta semana del Open VLD (liberales y demócratas flamencos), un partido que hace un año precipitó la caída del gobierno de Yves Leterme. El terremoto político que desencadenaron podría en parte liberar el CD&V y hacerlo más emprendedor frente a un status quo que, al fin y al cabo, beneficia a la N-VA. La N-VA, el partido que los sondeos declaran ganador si se convocan nuevas elecciones y que sigue aprovechando la parálisis para absorber a los otros partidos flamencos. El VLD es consciente de que queda un largo camino y no es el único que lo ve.
Une deuda superior al PIB
Desde hace unos meses los partidos del sur intentan convencer a los líderes del CD&V para que abandonen la senda de la N-VA. El año pasado, cuando las negociaciones empezaron, nadie, ni siquiera los francófonos, pensaba que era conveniente formar un gobierno sin la N-VA, puesto que ello supondría ignorar la triunfal victoria de Bart De Wever (líderde la N-VA), reflejo de la voluntad de un tercio de la población flamenca. Hoy, sin embargo, las cosas han cambiado. Con una deuda que supera el PIB, el país vive bajo la constante amenaza de las agencias de notación y el más mínimo desliz puede costarle caro. Los partidos flamencos se exponen a sufrir la ira de los electores a corto plazo aunque nada se opone a que el tiempo les dé la razón a largo plazo.
Únicamente con estos sacrificios el equilibrio belga podría mantenerse
Según los defensores de un gobierno sin los nacionalistas flamencos, esta opción traerá más calma a la mesa de negociación. Los partidos flamencos podrían obtener de ese modo una profunda reforma del Estado sin tener que echar la soga al cuello a los partidos francófonos ni ponerlos en un aprieto. Los tres partidos del sur, el PS, el MR (Movimiento Reformador) y el CDH (Centro Demócrata Humanista), conscientes de que también han tenido que ver en la crisis institucional, no van a dejar pasar una nueva oportunidad de firmar un acuerdo con los partidos flamencos.
Únicamente con estos sacrificios el equilibrio belga podría mantenerse. Esta hermosa criatura tricéfala que ha servido de modelo a otros países en todo el mundo no tendrá ningún problema para volver a ponerse en pie rápidamente si encuentra el bastón que necesita desde 2007. El rey podrá entonces dar el recreo por terminado, abrirse una cervecilla Leffe y respirar tranquilo.
Leer el artículo original de Abider Bouzid en el blog cafebabel de Bruselas
Fotos : Portada (cc) Gilderic/flickr (cc) ; Texto: bandera belga : (cc) Jacob Johan/Flickr, Bert de Wever et Di Rupo : (cc) Daniel Basteiro/flickr
Translated from Crise politique belge : bientôt la fumée blanche ?