Cortinas suecas
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silvia durán garcíaLa semana pasada estuve visitando a unos amigos. Aunque era la primera vez que iba a su casa, todo me parecía familiar: el armario, la cama, la mesa del comedor... Entonces caí en la cuenta: ¡el último catálogo de IKEA!
Ahora bien, aunque sean bonitos de ver: los muebles suecos no son tan apreciados por la lengua alemana. El que hablando informalmente se sienta detrás de cortinas suecas en realidad se sienta en su celda de la cárcel y no en su cuarto de estar de IKEA. ¿O sí?
Otra palabra alemana para cárcel, Kittchen (no confundir con la palabra inglesa kitchen) significa sólo "casa pequeña". En francés también, alguien que está “en la caseta" (être en cabane) está encerrado en sentido estricto.
Los delincuentes a los que se les caiga la casa encima pueden “irse al trullo” en español, en alemán (ins Loch gehen) y en francés (aller au trou). Pero cuidado: a los británicos les gusta olvidarse de la gente (in the oubliette). Los chorizos italianos lo tienen más fácil: a ellos les ayuda en la oscura sombra de la cárcel una gata: la (gatta buia). Aunque sólo en apariencia: la palabra griega katà (“debajo”) se ha convertido a través del tiempo en la gatta italiana.
Por supuesto, las cortinas suecas en Alemania no tienen nada que ver con la empresa de muebles sueca: hace mucho tiempo, en Alemania las rejas se hacían de acero sueco. Si el acero es bueno o no contra las fugas, sólo lo pueden decir los suecos, porque cuando tienen que ir a la cárcel “sacuden las rejas” (skakar galler).
Translated from Schwedische Gardinen