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Cómic francés: abuelos cebolletas impertinentes

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La editorial independiente de cómics, L’Association, propone un cómic intransigente y universal.

Como dice el título de la primera obra que editaron, los héroes nunca mueren. Creada en la primavera de 1990 por siete francotiradores del cómic, curtidos por su trabajo en pequeñas revistas de opinión y algunas colaboraciones con editores vanguardistas, L’Association no podía haber elegido un título mejor para inaugurar sus publicaciones. Así como su primera colección, llamada “Éperluette” que en francés hace referencia al signo tipográfico “&”, no podía más que ser la predecesora de otras.

Dieciséis años después, los buenos augurios se han confirmado. La banda parisina, que aún se sorprende de tener un local y ocho trabajadores, propone un catálogo que cuenta con unos 300 títulos, en el que se codean autores famosos y otros que no lo son tanto, álbumes originales de talla casi clásica y los emblemáticos “formato novela” con el sello de otra de sus colecciones, 'Ciboulette' (Cebolleta).

Con Persépolis, éxito mundial de Marjane Satrapi editado en cuatro entregas, l’Association supo frabricar un best seller en toda regla aclamado por la crítica. Tras haber ganado el Premio al Autor Revelación en el Salón del Cómic de Angoulême en 2001, la autora iraní ha recibido por su libro “Poulet aux prunes” en 2005, el Premio al Mejor álbum cómic. En cuanto a Lewis Trondheim, uno de los fundadores de l’Association, su producción tan prolija como ecléctica (pero que acaba de abandonar la empresa), le ha valido este año la presidencia del 34° Festival Internacional del Cómic.

Sin dormirse en los laureles

¿Es posible que el cómic rebelde haya decidido dejarse ver por la alta sociedad del universo de la ilustración? “Ni hablar de quedarse dormido en los laureles”, se sostiene desde L’Association. “Nunca ha formado parte de sus usos y costumbres”, reivindica la editorial, pero también porque la aparente opulencia del mercado, que mezcla álbumes impresos en papel glaseado, novelas gráficas, mangas y revistas especializadas, es engañosa.

“El cómic está entrando en un nuevo período de caos que podría, si no emprendemos una lucha decisiva, dejar que se reemplacen las innovaciones de quince años de independencia por sucedáneos insípidos y sin alma, sin respeto por el autor ni por el lector. En un contexto de sobreproducción, de confusión y de competencia, a menudo desleal, L’Association no tiene intención de amoldarse.”

Con dos palabras clave, tenacidad e intransigencia, que no se quedan en el aire. Jean-Christophe Menu, uno de los pilares del colectivo, hasta parece disfrutar reivindicándolas. Bajo el pretexto de sentirse indispuesto a causa del Salón de Angoulême, es gracias a sus tomas de posición publicadas por L’Association que podemos entrevistarle. “L’Éprouvette (La Probeta, la revista de la editorial) no quiere crónicas, gracias.” Con su polémico libro Plate-bandes (Pisando Terreno, publicado en enero de 2005, afirma que es muy fácil pisarle el terreno a L’Association, sobre todo para publicar cómics ineptos. “Hemos llegado a un punto en el que ningún espacio era capaz de publicar lo que realmente queríamos hacer en cuanto que autores”.

Eclécticos y exigentes

La década de los ochenta estuvo marcada por el reinado del álbum estándar, de 48 páginas, con tapa de cartón blando y en color: lo que le gusta a los niños y lo más barato a la hora de imprimir. Por aquel entonces, esta joven editorial defiende otros formatos, imponiendo el blanco y negro, en formato rústico, más pequeño, con una paginación extensible. Desde entonces, todas las demás editoriales, desde Casterman hasta los Humanoïdes Associés los han “a menudo copiado, pero nunca igualado”. Hoy, los autores de L’Association tienen tantas cosas que dibujar como que decir.

Incluyendo diarios, crónicas cotidianas, tanto acerbos como irónicos. “Son libros que no habrían podido existir en ningún otro lugar, o al menos no tan bien.” Creaciones, reediciones, traducciones, obras originales considerados clásicos, “No pensamos que una pequeña venta sea un fracaso, tenemos muy pocas cosas de las que arrepentirnos”, defiende Jean-Christophe Menu, recordando que L’Association es en el sentido estricto de la palabra, una organización con fines no lucrativos, sostenida por la adhesión de sus miembros.

Un eclecticismo que confirmaba Marjane Satrapi en una radio de Toulouse, justo antes de empezar a trabajar en la adaptación cinematográfica de su Persépolis. “Es algo que acaba por ser muy raro en el mundo actual. Creo mucho en las ediciones independientes y soy la prueba viviente de que se puede llegar a ser rico y famoso publicando sólo en editoriales independientes. Creo que un autor y un editor han de estar unidos. Es un trabajo de dos. Han de ser iguales.”

Translated from Une Association têtue et exigeante