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Claude Turmes: “La izquierda debe reconciliarse con las emociones”

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Convencido de que tras la crisis volverá el petróleo a 250 euros el barril, el líder y candidato ecologista a las elecciones lamenta que en Europa haya empresas que ganen dinero a costa del despilfarro energético

Los datos internos de cada partido verde europeo no son halagüeños de cara a las elecciones europeas. Las previsiones más osadas no auguran más que un débil aumento de un par de escaños sobre los 42 que poseen. Los sondeos nacionales agregados son más duros y auguran un ligero descenso. Todo esto, tras los cinco años en los que la ideología ecologista más ha impregnado la política internacional. Lo mismo le sucede a la izquierda global frente a los partidos liberales y conservadores en plena crisis del liberalismo económico.

Antifascismo, molinos de viento y yoga

Imagen del Partido Verde Europeo“Si la izquierda quiere ganar, deberá reconciliarse con su concepción de las emociones”. Lo afirma Claude Turmes, vicepresidente del Partido Verde europeo y eurodiputado desde hace 10 años. Este luxemburgués canijo y espigado, de cabello canoso medio recogido en coleta, y con gafotas de ratón de biblioteca, transmite sin palabras un cierto aire de ascetismo mezclado de timidez adolescente. Es la sobriedad que podemos esperar del ideólogo de la gran promesa electoral de los Verdes europeos: el Green New Deal, inspirado de las grandes reformas que el norteamericano Franklin D. Roosevelt lanzó en los años treinta para salir de la “única crisis con la que podemos comparar la actual”.

“La derecha nunca ha renegado de las emociones. Lo que sucede es que se basa en emociones demasiado primitivas. Obama es un ejemplo de lo que la izquierda debe hacer en Europa: su discurso se basa también en emociones, como Roosevelt en los años treinta, que ganó dos elecciones contra candidatos fascistas generando confianza, al tiempo que Europa perdía su batalla contra el fascismo y el nazismo”. Sensible al desarrollo del mundo interior de cada persona, tiene claro que el Green New Deal (Nueva Acuerdo Verde) no se puede alimentar solo de economía y fría racionalidad estadística. “Debe comportar un pilar que impulse el desarrollo personal, e incluso concibo que se multipliquen los cursos de desarrollo personal, como tocar el piano, leer o hacer yoga”, remata Turmes.

Millones de paneles solares para la economía real

Entre los tiempos de Roosevelt y los de ahora, la clase media mundial ha pasado de 300 millones a 2.000 millones de seres. Esto no solo exige una envergadura mucho mayor para un plan de recuperación global, sino que supone una presión mucho más acuciante por parte de los ciudadanos descontentos. “El motor de este plan de recuperación deben ser las energías y el material renovables”, insiste, sin gran sorpresa, Turmes, “pues son mercados locales que producen valor añadido y puestos de trabajo allí donde se invierte”. Frente a quienes anuncian que la burbuja económica del mañana se está creando hoy en el mercado de las energías renovables, Turmes replica que “hacen falta millones de paneles solares, miles de molinos de viento y centenares de plantas de biomasa”. No teme recalentamiento alguno de la economía porque “estas inversiones”, resume, “van a la economía real”.

El modelo es California o Corea del Sur

Imagen: Partido Verde EuropeoAunque la actual crisis se haya originado en América, Europa ahora está sufriendo más. En el primer trimestre de 2009, Estados Unidos ha perdido un 1,6% de su Producto Interior Bruto, mientras Europa se ha dejado el 2,9% en el camino. El plan de recuperación de Obama es muy distinto del de Barroso en Europa, y mucho más voluminoso. Sin embargo, lo que los Verdes europeos subrayan es que mientras Corea del Sur emplea el 80% de su plan de recuperación en apostar por tecnologías e industrias verdes, y China el 40%, Francia y Alemania no superan el 15%. “Si sigue así, Europa perderá la batalla de la economía mundial, la revolución verde, como ya ha perdido la batalla de las tecnologías de la información”, advierte nuestro entrevistado con gran calma.

El pan no es una mercancía cualquiera

La incógnita es saber cómo financiar tal revolución en plena contracción del crédito mundial. Para ello, los Verdes proponen que el Banco Europeo de Inversiones emplee 5.000 millones de euros del Plan Barroso en créditos para desarrollar el sector de la ecoindustria. “Desde el instante en que un molino de viento se pone a funcionar, está produciendo y contribuyendo a que dependamos menos del gas ruso”.

Imagen del Partido Verde EuropeoY es que otra de las ideas recurrentes en el campo de los ecologistas europeos es la búsqueda de la independencia en dos sectores: el alimentario y el energético. “Yo no soy aislacionista”, previene Claude Turmes a modo de conclusión, “pero todas las partes del mundo tienen interés en ser soberanas alimentaria y energéticamente para evitar conflictos. Si hay guerra en Irak es porque hay petróleo. Lo mismo puede pasar en el futuro con los alimentos si seguimos considerando los alimentos como una mercancía cualquiera y permitimos que se especule con el precio del trigo”. Ello le evitará a Europa desangrarse a base de cheques con destino a Rusia o Arabia Saudí.