Clases 'prépas', ¿una excepción francesa?
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Ainhoa Muguerza OsborneYa sean científicas, literarias o económicas y comerciales, las clases 'prépas', como se las conoce en Francia, preparan a los estudiantes para superar los exigentes y selectivos exámenes de entrada a las "Grandes escuelas" francesas. Únicos en su especie, estos cursos de preparación gozan de un verdadero prestigio y atraen la atención de diversos países, desde China a Brasil.
La Declaración de Bolonia del 19 de junio de 1999, ha conducido a la armonización del funcionamiento de los estudios superiores en el Viejo Continente. Este dispositivo ha rediseñado el marco europeo de la enseñanza introduciendo un sistema de créditos -ECTS (Sistema de Tranferencia de Crédito Europeo)- que se adquiere durante los tres ciclos de grado, máster y doctorado.
En este marco europeo, algunas particularidades del modelo educativo francés son una excepción. Es el caso de los CPGE o "Clases Preparatorias a las Grandes Escuelas", que gozan aún hoy en día de un estatus aparte y suscitan verdaderos debates. Ya sean científicas, literarias o ecónomicas y comerciales "las clases preparatorias", entrenan a los alumnos para superar los exigentes y particularmente selectivos concursos de entrada de las prestigiosas "grandes escuelas" francesas -Politécnica, Central, HEC, ENS, por mencionar tan sólo algunas-. De una duración de dos o tres años y consideradas como parte de la educación superior, las 'prépas' se ofrecen en los mejores institutos del Hexágono.
El mérito de las élites
La creación de un dispositivo educativo como este se remonta al periodo post revolucionario de finales del siglo XVIII. De hecho, estas "escuelas especiales" surgieron a raíz de la Revolución Francesa como una vía para formar a las élites militares e intelectuales de la Nación. Antes de 1789, la admisión a las estructuras de excelencia estaba garantizada por el hecho de nacer en una familia u otra. Como emblema del concepto meritocrático republicano, la instauración de un sistema de exámenes a nivel nacional, demole las bases de la sociedad del Antiguo Regimen, democratizando así la selección de las élites. Bajo la III República, entre 1880 y 1914, el sistema de clases preparatorias científicas adquiere un formato que permanecerá intacto hasta 1970.
Sin embargo, la historia de las preparaciones literarias y económicas es más reciente. En 1880 se incluyen en algunos institutos las clases superiores de retórica, con el objetivo de preparar a los alumnos a los concursos de admisión de la Escuela Normal Superior (ENS) cuya entrada es conocida por su elevada exigencia. Tras la guerra, asistimos a la extensión del principio meritocrático al conjunto de la filial administrativa con la creación de la Escuela Nacional de Administración (ENA), que forma a futuros funcionarios/as del Estado, y las grandes escuelas de comercio. Así, en los años 60 se crea el sistema de grandes escuelas con numerosas clases preparatorias, que permanece en vigor en la actualidad.
Aún así, habrá que esperar a 1970 para asistir a la multiplicación de las 'prépas' comerciales HEC (Escuelas de estudios comerciales superiores), que viven un desarrollo fulgurante a partir de 1980. [1]
Démocratizar el sistema
En la actualidad, la reputación de las clases 'prépas' permanece intacta. Todavía representan la "puerta grande" para ser admitido en las escuelas más prestigiosas.
Sin embargo, este instrumento de selección de las élites francesas ha dejado de ser unánime. Numerosas voces críticas se cuestionan su eficacia y, sobre todo, su legitimidad en un contexto en el que las desigualdades sociales son flagrantes. Si la mayoría de los estudiantes de 'prépa' son hijos de directivos, intelectuales o profesores, son muchos los esfuerzos que se hacen para democratizar este sistema. De esta manera, asistimos a un movimiento de "diversificación de las vías de acceso" a las grandes escuelas que puede, a largo plazo, amenazar el futuro del dispositivo educativo de las CPGE, como afirma Claude Lelièvre, especialista del sistema de enseñanza francés y profesor emérito de Historia de la Educación de la Universidad Sorbonne (París V).
Por el momento, las estadísticas indican, sin embargo, una tendencia estable: del total de estudiantes que frecuentan una clase 'prépa' en Francia cada año, un 80% supera con éxito los exámenes de entrada a la escuela de su elección.
¿Una excepción francesa exportable al extranjero?
Las CPGE no tienen equivalencia en el extranjero, excepto en el caso de algunos institutos franceses en el extranjero que dan la posibilidad a sus estudiantes de cursar una clase 'prépa'. Es el caso del instituto Descartes de Rabat en Marruecos o del Liceo francés de Viena en Austria.
"A comienzos del siglo XIX, el sistema de CPGE suscitó una gran admiración en Europa. Escuelas como la Politécnica o la Escuela central, han servido de modelo y han sido imitados en numerosos países como en Estados Unidos", sostiene Bruno Belhoste, historiador especializado en Ciencias de la Universidad de París I, Panthéon-Sorbonne.
El gran desarrollo de las facultades, sin embargo, ha tomado el relevo progresivamente en Europa como en el resto del mundo, haciendo que el sistema universitario sea hoy día predominante. En Estados Unidos, por ejemplo, las escuelas de ingeniería y de negocios, poseen un estatus similar en todos los aspectos al de las universidades. Es también el caso de Inglaterra donde la formación de las élites pasa por el filtro de los institutos y las facultades.
El sistema de enseñanza en Reino Unido -en lo que respecta a Inglaterra pero también a Gales e Irlanda del Norte- está basado en un modelo único y diferente de los que se encuentran fuera de Europa. En cambio, Escocia posee su propio funcionamiento. Los cursos universitarios duran tres años y conducen a cursar un bachillerato de artes o uno de ciencias. Después, le sigue un máster que dura entre uno y dos años y un doctorado de tres, que prevé la redacción de una tesis final.
Por poner otros ejemplos, los institutos italianos, como los alemanes, son basicamente percibidos como preparatorios a la universidad. Sin embargo, a diferencia de Alemania, todas las formaciones seundarias permiten en Italia el acceso a la universidad de nivel I. Para entrar en una facultad alemana es necesario obtener el "Abitur" (un diploma especial). Esta condición, sin embargo, fue parcialmente suprimida en 2009.
En España, la "escuela superior" tiene una duración de dos años (cuando los alumnos tienen entre 16 y 18 años), con la posibilidad de hacer un año de preparación en la universidad. En Portugal, la escuela secundaria dura tres años -de los 15 a los 18- y está dividida en dos categorías: un curso está orientado a la consecución de los estudios universitarios (CSPOEPE) y otros dos, uno general y otro tecnológico (CT), preparan para la vida activa.
Grecia, que desde 1960 ha realizado grandes esfuerzos por modernizar su sistema de enseñaza, también se ha adaptado al modelo europeo. Por otro lado, la oferta de formaciones superiores en Suiza comporta dos opciones: las grandes escuelas y la formación profesional superior. Para terminar con este tour europeo de estudios superiores, los sistemas superiores de enseñanza de los países escandinavos se parecen entre sí y también son comparables a los de otros países europeos.
Pekín abre la vía
El modelo de las CPGE se ha logrado exportar recientemente fuera de las fronteras europeas con la apertura de la Escuela Central de Pekín que forma en seis años a ingenieros trilingües en chino, francés e inglés, de alto nivel. Creado en 2005 gracias a un partenariado franco-chino, la Esceuela Central de Pekín, afiliada al grupo de Escuelas Centrales Francesas -Lille, Lyon, Marsella, Nantes y París- es la primera "gran escuela" de ingeniería francófona en China. Los estudiantes efectuan, después de un año de iniciación lingüística, dos años de preparación integrada antes de afrontar los tres años restantes. En la actualidad, 672 estudiantes se forman en sus aulas y los primeros diplomados salieron en 2012.
La pregunta es si este dispositivo de cooperación internacional, en el que se concentran los intereses de los gobiernos y las empresas francesas y extranjeras, va a abrir la vía a otros experimentos de este tipo. Tras Pekín, Central París exporta su modelo en India donde en septiembre de 2014 se inauguró un campus en partenariado con el grupo indio Mahindra. Una colaboración similar verá también la luz en Casablanca, en Marruecos. De igual modo, otros países, como Brasil, son candidatos para realizar nuevas aperturas.
"Las carreras de ingeniería que evolucionan exclusivamente en Francia no tienen razón de ser. Nuestros diplomados deben tener una vocación global y esto implica que nuestros estudiantes puedan realizar una inmersión en un contexto social heterogéneo. La apertura a nivel internacional de este sistema es en la actualidad una necesidad. Las escuelas deben adaptarse a esta realidad", afirma Harvé Biausser, director de Central Paris.
La cuestión es si estamos asistiendo a la extensión de una formación globalizada "a la francesa" para las élites del planeta. Francia, como exportadora de este modelo, no por menos que esperar que sea así.
Nota
[1] La intervención de Bruno Belhoste, historiador especialista de ciencias en la Universidad Paris I, Panthéon-Sorbonne, en un coloquio celebrado en mayo de 2003, ofrece un panorama preciso de la historia de las clases 'prépas'.
Translated from Classi prépas, un’eccezione francese?