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Cinecittà: 70 años proyectando Roma a todo el mundo

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El 28 de abril, Roma celebra los 70 años de su fábrica de sueños, con el nacimiento de una nueva generación de artistas que despiertan el recuerdo de los dorados años cincuenta y sesenta.

Algunos lo conocen como el Hollywood europeo. Otros, los más jóvenes, nunca han oído hablar de él. Cinecittà, este mítico estudio de cine, que surgió en 1936 como una factoría de propaganda para el dictador Benito Mussolini, vivió sus grandes años de prosperidad a mediados del siglo XX. Hasta hoy, se han rodado allí más de 3.000 películas; 48 Oscars de la Academia han sido otorgados a muchas de ellas. Algunas como Cleopatra de Joseph L. Mankiewicz (1963), Guerra y Paz de King Vidor (1955) o Amarcord de Federico Fellini (1973), han hecho grande a este estudio.

Cerca de Hollywood, lejos de Europa

Situada a las afueras de Roma, Cinecittá siempre ha estado más cerca de Hollywood que de Europa. La Pasión de Cristo de Mel Gibson (2004), The Life Aquatic de Wes Anderson (2004) o Gangs of New York de Martin Scorsese (2002), son algunas de las recientes superproducciones que se han realizado en estos estudios. El cine italiano también se lleva una buena parte del pastel pues “alrededor del 80% de las producciones italianas salen de allí”, en palabras de la australiana Catherine Lowing, encargada de relaciones públicas de Cinecittà. Ahora bien, el resto de las producciones europeas pasan muy desapercibidas.

Dicho esto, Estos estudios han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y dedican gran parte de su actividad, por ejemplo, a acoger rodajes de programas de televisión como Gran Hermano o series como Roma. “La oferta de actividades del estudio es tan grande que incluso quien lo desee puede acudir a Cinecittà a grabar su propia película o programa”, nos cuenta Catherine Lowing, explicándonos los servicios que ofrece Cinecittà al tiempo que recorremos las más de 20 naves que conforman el recinto. En la actualidad, sigue creciendo y adaptándose a las necesidades que marca la industria del cine. En enero de 2005, Cinecittà adquirió los estudios cinematográficos de Marrakech, convirtiéndolos en los más grandes del mundo.

Roma: el mayor escenario de Cinecittà

Desde siempre, Roma ha sido una ciudad cuya Historia y cuyo paisaje urbano han inspirado a todo tipo de cineastas, desde los más comerciales hasta los más independientes. Pretender abarcar todas las obras que tienen relación con Roma es casi tan imposible como contar todas las iglesias de esta capital mundial del catolicismo. Vacaciones en Roma (1953) y Ben-Hur (1959), de William Wyller, Quo Vadis de Mervyn LeRoy (1951) o, más recientemente, Gladiator de Ridley Scott (2000), han hecho historia con directores norteamericanos.

Muchos realizadores italianos no romanos también han sucumbido a los encantos de la capital, como Ettore Scola, natural de Trévico (Avellino) con su reciente reconstrucción cómica de la Gente di Roma (2003) en la que rinde homenaje a vitalidad de la ciudad a través de la vida cotidiana de sus habitantes, o el revolucionario Pier Paolo Pasolini -nacido en Casarsa- que dedicó gran parte de su filmografía a películas de tinte religioso y que rodó, entre otras, Mamma Roma (1962), la historia de una prostituta romana que abandona su trabajo para vender fruta. Sin olvidar al cineasta waterpolista Nanni Moretti, nacido en Bolzano, al norte de Italia, pero que ha vivido toda su vida en Roma, ciudad que ha marcado con fuerza su filmografía: ¿cómo olvidar su bajada en moto por el barrio africano de Roma en su película Aprile?

Si hay que destacar un realizador cuya filmografía esté marcada por esta ciudad, ese es Federico Fellini. Casi toda su obra bebe de la inspiración que fluye de cada esquina de la capital italiana. La Dolce Vita (1960) convirtió en histórica una escena que todos hemos querido repetir al pasar por la Fontana di Trevi, (alguno de cuyos planos, por cierto, se rodaron en Cinecittá, usando una réplica de la Fontana). Su pasión por esta ciudad queda clara en su película Roma (1972), en la cual compara Roma con la actriz Anna Magnani: “Ella podría ser el símbolo viviente de esta ciudad. Roma, vista como una loba y una virgen vestal, como una aristócrata y una prostituta, como un bufón melancólico”.

Nuevos talentos

En los últimos años, una nueva generación de actores y directores reclaman el lugar que les corresponde a nivel europeo y mundial. Giovanna Mezzogiorno, (1974), protagonista de la nominada para los Oscars La bestia en el corazón (2005) o El último Beso (2001), o Sabrina Impacciatore (1972), también presente en El último Beso y en N-Io e Napoleone (2006), son dos claros ejemplos de esta nueva sabia de juglares. Ambas actrices son romanas. En cuanto a los directores, Gabriele Muccino o Matteo Garrone son dos de los realizadores romanos más aclamados y, aunque no son tan jóvenes, puede decirse que pertenecen también a esta nueva generación pues sus obras más reconocidas datan de los últimos cinco años.