Cinco razones para (no) celebrar el día de Europa
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Si Robert Schuman (promotor de la declaración que sentó las bases de la Unión Europea el 9 de mayo de 1950) levantara la cabeza, probablemente querría volver a enterrara y no sacarla nunca más. Pese a los pomposos actos institucionales y la palabrería política, Europa está en horas bajas y cuesta encontrar razones para celebrar su aniversario.
¡Europa está deprimida!
Y no lo decimos nosotros. Lo dijo, nada más y nada menos, que el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Para el ex primer ministro belga, la UEnecesita ciudadanos positivos para poder remontar económicamente. No hay lágrimas que valgan: pese a los recortes sociales que dejarán mutilados los sistemas sanitarios y educativos de varios países, ¡la clave de todo es permanecer positivos! ¡Qué tontos hemos sido hasta ahora, con lo fácil que teníamos superar una crisis que ha dejado a países como España con casi cinco millones de parados!
Más rescates, más conflictos
Pese a lo que diga el reconvertido líder espiritual de la UE, el viejo continente afronta nuevos escollos que hacen difícil ser positivo y mucho menos tener ganas de celebrar cualquier efeméride. Lo último: Grecianecesitará una nueva inyección de capital para evitar la suspensión de pagos. Segunda parte del rescate financiero que genera controversias entre los países miembros. El ministro de Hacienda británico, George Osborne, no lo tiene nada claro: “No nos vemos firmando un cheque directamente del contribuyente británico al griego o al portugués”, dijo a la BBC. Los helenos necesitarán de 25 mil a 30 mil millones de euros adicionales y pretenden renegociar las duras condiciones del anterior rescate, tal y como también quiere hacer Irlanda. Los valores de la UE se derrumban como un castillo de naipes.
¡Que vienen los populistas!
Los chicos más duros de Finlandia, los recién coronados Verdaderos Finlandeses, encabezan en el país nórdico la oposición a los rescates. Ellos son parte de una ola de populismo que amenaza la UE y luchan por devolver parte de la soberanía perdida en detrimento de la solidaridad comunitaria. En Francia, la líder de Frente Nacional, Marine Le Pen, sigue la estela de su padre y se postula como estrella ascendiente de la política gala. ¿Su programa político? Mano dura con la inmigración y desprecio a la ideas panaeuropeistas (como el euro o Schenguen). Incluso los partidos autoproclamados de centroderecha, como el Partido Popular en España, intentan hacer caer a su electorado en la trampa del populismo con iniciativas como un contrato de integración para extra comunitarios.
Las puertas se cierran
El gran Sarkozy, ese hombre obsesionado tanto con su altura política como con la física, sabe mucho de esto último. La llegada masiva de inmigrantes a Lampedusa ha provocado que el presidente francés se eche las manos a la cabeza y pretenda cerrar las puertas del país a cal y canto. Sus quejas altisonantes pronto hiceron retumbar los despachos de Bruselas, que se pusieron a trabajar a sus órdenes. ¿Resultado? Schengen será revisado y modificado para controlar episodios como el provocado por las revueltas de la Primavera Árabe. Y no es la primera vez que 'Sarko' nos regala cosas como esta…
Europa necesita un superhéroe
"¿No es mejor un europeo que emigró y puede volver como el George Washington de una nueva Europa?"
Pero si Europa reniega de su moneda única y se activan las voces para luchar contra la libre circulación de ciudadanos, ¿qué nos queda? ¿Quién salvará a Europa de estos ataques a sus cimientos? Podría ser Van Rompuy, ese gran caballero freudiano que insiste en permanecer positivos. O quizás Catherine Asthon, dama de la diplomacia cuya presencia internacional se cuestiona allá por donde pasa. Eso de la crisis de liderazgo no es nuevo en el viejo continente. Menos mal que de la tierra de las oportunidades llegan nuevos aires cargados de esperanzas. Nada más y nada menos que una estrella del panorama político más mediático, Arnold Schwarzenegger, se postula para ser el nuevo ‘Eurogobernator’. Su agente lo tiene claro: "Los franceses no quieren a un alemán como presidente y los alemanes no quieren a un italiano. ¿No es mejor un europeo que emigró a América y puede volver como el George Washington o el Jefferson de una nueva Europa unificada?"
“Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho”, dijo Schuman en su famosa declaración. Con políticos desmontando esas construcciones ya logradas, una solidaridad en horas bajas y musculadas estrellas de cine postulándose para gobernarnos, ¿realmente hay algo que celebrar este 9 de mayo?
Foto: (cc) Nic0/Flickr