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Centros de Internamiento de Extranjeros: ¡Circulen, vamos a cerrar! (2/3)

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Sociedad

Con ocasión del nuevo proyecto de ley sobre el asilo presentado en la Asamblea Nacional francesa, revisamos un elemento clave de las políticas migratorias europeas: los centros de internamientos para extranjeros (CIE).

Privados de libertad y de derechos

Las ONG Migreurop y Alternative européennes recuerdan que estas personas son privadas de libertad a pesar de no haber cometido ningún crimen: "Se desplazaron conforme al derecho fundamental de todo ciudadano del mundo, a saber 'dejar el país en el que se encuentre, incluyendo el suyo', un derecho protegido por el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos". 

En el caso de una detención en un Centro de Retención Administrativa (C.R.A.), la ley prevé un derecho de acceso a un abogado, a una asociación, a un médico y a un teléfono para preparar su ficha. Sin embargo, la realidad es completamente otra. Una vez encerradas, a estas personas no solamente se les priva de su libertad de circulación, sino también de su vida privada y familiar, de consejos jurídicos, de cuidados médicos y sobretodo de un control de la justicia sobre su privación de libertad y su expulsión.

Por ejemplo, a veces la policía atribuye arbitrariamente una nacionalidad a los detendios. Los migrantes subsaharianos sin pasaporte son presentados a las embajadas de Guinea, de Mali o de Senegal, que suelen emitir los permisos de acceso a su país sin revisar la nacionalidad. 

"Nos tratan como a perros" 

El agua está fría, no hay calefacción, los policías hacen sonar la alarma todas las noches entre medianoche y la 1h para impedir que los detenidos duerman, la comida está pasada, y cuando no hay suficientes plazas, los recién llegados tienen que dormir en el suelo. Estas informaciones fueron recogidas en 2008 por militantes asociativos a través de llamadas telefóncias con detenidos del C.R.A. de Vincennes. Además, han publicado un libro, Feu au centre de rétention [Fuego al centro de retención], y en la página de la red Migreurop. A continuación, reproducimos algunos de los testimonios. Violencia policial, falta de acceso a cuidados de salud, huelgas de hambre e intentos de suicidio forman parte del día a día de estas prisiones encubiertas.

Violencia policial

24 de abril de 2008

"Un detenido le ha dicho a la cocinera que él solo come halal. La cocinera le ha insultado. Él le ha tirado su plato, aunque infructuosamente pues había una malla que les separaba. Entonces, la cocinera le ha dicho a los policías que el detenido le había escupido, 20 policías lo han llevado fuera del campo y lejos de las cámaras. ¡Mide 1,50 metros! Le golpearon en la cara. Intentaron incluso romperle la muñeca. Además, lo aislaron durante una hora con las esposas bien ajustadas. Cuando salió, tenía las muñecas hinchadas". 

Falta de atención médica

21 de junio de  2008

"El caballero que murió ayer en este centro no tenía problemas cardiacos. antes de entrar en el centro, tomaba medicamentos todos los días, tenía una prescripción médica. Estaba en un estado psiquiátrico,decía que quería ir al hospital psiquiátrico. Pidió medicamentos que le fueron negados, la enfermera no le daba su dosis, él pedía a otros retenidos que fueran a la infermería a pedir su dosis. Si el médico le hubiera dado su dosis, él estaría todavía entre nosotros.

La víspera del día en que murió, temblaba mucho, no sabía porqué, y se sentía enfermo. Poco antes de morir, decidió hacer una siesta y pidió a su amigo ruso que lo despertara para poder ir a la enfermería, que abre a las 15 horas. [...] [Cuando] intentaron despertarlo, le voltearon la cabeza y tenía sangre en la nariz y en la boca, estaba de color azul turquesa, estaba duro, rígido, frío". 

Intentos de suicidio

14 de abril de 2008: "Desde que estoy aqui, cuatro o cicno chicos han intentado suicidarse para no ser expulsados. Algunos se cuelgan, otros lo intentan con cuchillas de afeitar. A los que rechazan embarcar, se les lleva al centro para expulsarlos más tarde. Si me expulsan, lo aceptaré. Cuando te intentan expulsar por segunda vez, te amordazan con cinta aislanta como si fueras un animal y yo no quiero partir amordazado como un animal".

Falta de acceso efectivo a la justicia

Para las cinco asociaciones de los derechos humanos presentes en centros de detención [1], las personas detenidas tienen cada vez un menor acceso a un juez, quien sin embargo es un garante de  sus libertades y sus derechos. En tierra, el 54% de los detenidos son expulsados "sin que el juez haya podido contorlar el respeto de sus derechos por parte de la policía y de la administración". En ultramar, se expulsa al 99%. En cambio, el 27% de las personas detenidas que han podido explicarse ante un magistrado, fueron liberadas. Para las asociaciones, esta cifra "demuestra la ilegalidad de una gran parte de los procesos".

Este es el segundo artículo de una serie de tres reportajes dedicados a los centros de internamiento de extranjeros. Encuentra los otros dos en tu revista europea favorita.

[1] : Las cinco asociaciones presentes en los C.R.A. son Cimade, France Terre d'Asile, Forum réfugiés-Cosi, Association service social familial migrants (Assfam) y Ordre de Malte France.

Translated from Centres de rétention pour étrangers : circulez, on enferme! (2/3)