Catalunya: Un tren llamado referéndum
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El gobierno catalán anunció ayer la fecha del referéndum que se propone realizar. Será el 9 de noviembre de 2014 y constará de una pregunta doble: ¿Quiere que Catalunya sea un Estado? En caso afirmativo, ¿quiere que sea un Estado independiente? El gobierno español ha anunciado que la consulta no se realizará. El choque de trenes está servido.
Partió por fin el tren que ha de llevar supuestamente a Catalunya a chocar con España en algún momento tan indeterminado como impredecible del año que viene. La locomotora del convoy, marca referéndum soberanista, ha sido construida por un consorcio de capital 100% catalán. El proyecto cuenta con CiU como director ejecutivo, ERC de jefe de ingenieros con aspiraciones, ICV-EUIA que aporta mano de obra cualificada y algunos pequeños inversores (eso sí, libres de riesgo) y finalmente CUP, que supervisará la calidad democrática de los asientos desde el punto de vista del pasajero.
Dicho tren que, contra las expectativas españolas más optimistas, echó a andar ayer desde Barcelona con destino a Madrid cuenta con dos vagones. Es decir, dos preguntas. Para subir al de cabeza, previsiblemente abarrotado, hará falta comprar billete afirmativo con parada en el Estado (supuestamente federal, aunque no se especifica) pero eso sí, no se garantiza que haya nadie esperando a los pasajeros que se apeen en esta estación unilateral. A los más osados, los que adquieran el segundo billete afirmativo, les espera el destino final con choque, triple salto mortal y visado en el Estado independiente.
Eso suponiendo que no se produzca descarrilamiento súbito por desgaste de las vías o la acción saboteadora de algún funcionario de Moncloa. Y es que ante la noticia de la partida, España ha optado por hacerse la serbia y amenazar a diestro y siniestro: ‘Si ha de haber choque, que sea contra un muro constitucional, eso si antes no conseguimos volar el tren a su paso por algún apeadero judicial’. Nada nuevo bajo el sol.
¿Qué opina el mundo de este nuevo desaguisado ibérico?
Al otro lado del Canal, tanto la prensa inglesa como la irlandesa se han limitado a describir la situación. Si bien los medios más conservadores han destacado en titulares el veto del Gobierno a la cuestión mientras el resto optaban por titulares más neutros, la cobertura de la noticia es en general bastante imparcial, más aún si tenemos en cuenta que el país enfrenta el referéndum escocés poco antes de la consulta catalana.
Eso sí, la BBC destaca la firme determinación de los partidos catalanes a hacer chocar el tren y hasta Reuters advierte de lo peculiar que sería impedir la consulta mientras se realiza. Nadie en Reino Unido parece temer al tren soberanista catalán. ¡No en vano inventaron el ferrocarril!
La prensa francesa, tradicionalmente más reticente que la inglesa en cuanto a este tipo de cuestiones, se ha mantenido más escorada hacia la opinión del gobierno español. Así, Le Monde destaca en titulares el “embrollo” sobre la organización de la consulta soberanista y se hace eco de las declaraciones del presidente del Consejo Europeo, Hermann Van Rompuy en que este afirma que todo estado segregado deviene tercero con respecto a la UE y da cuenta de la última manifestación de los partidarios de la Constitución en Catalunya. Esta es en general la visión de los grandes medios del país vecino, salvo quizás la de Libération, algo más imparcial.
En Alemania, más acostumbrada a opinar sobre hechos que sobre voluntades, la noticia ha pasado más bien desapercibida salvo por una de las grandes cabeceras del país, el Süddeutsche Zeitung, que destaca la fecha del 9 de noviembre de 2014 como la elegida por el gobierno catalán para su consulta soberanista, explica el mecanismo de la misma -con doble pregunta en caso de contestación afirmativa- y da cuenta del peso económico de Catalunya dentro del Estado así como de la voluntad de autonomía fiscal y financiera de sus habitantes.
Al otro lado del charco, el New York Times se hace eco de Reuters y añade su propia interpretación: “¿Será un camino sin salida?”, se pregunta el rotativo neoyorquino, que destaca la situación de bloqueo por parte de España y contextualiza la situación catalana -que compara con la escocesa- en un escenario de auge de movimientos similares en el viejo continente.
La segunda cabecera del país, el Washington Post, finiquita el asunto con una noticia de agencia de Associated Press, en que se contrapone la negativa del Gobierno a las perspectivas de negociación del ejecutivo catalán y hasta se compara la autonomía de Catalunya dentro de España con el estatus de Puerto Rico en Estados Unidos, si bien ambos estatus no tienen mucho que ver en términos políticos y de reconocimiento.