Cataluña: nación europea sí, pero ¿estado miembro de la UE?
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Belén Burgos HernándezArrojemos un poco de luz sobre los deseos contradictorios de sometimiento (a Europa) e independencia (de su vecina España) de una Cataluña cada vez más nacionalista y candidata a la adhesión a la Unión Europea.
Lamento que este debate esté provocado por una mezcla de republicanos, nacionalistas, catalanoparlantes, por un lado; y franquistas, patriotas e hispanohablantes, por otro… Aun a riesgo de parecer un republicano, franquista, nacionalista, patriota, catalanoparlante o hispanohablante, me lanzo.
Se trata de un pedazo de embrollo que disfruto desmenuzándolo para mis hermanos catalanes. Tranquilos, no vamos a tratar aquí las razones culturales, lingüísticas, educativas, administrativas, fiscales y ECONÓMICAS por las que Cataluña desea independizarse del yugo español; ahora sabemos hasta qué punto está harta de pagar por otros … No, centrémonos más bien en las motivaciones que empujan a Cataluña a pretender adherirse a la Unión Europea, incluso a hacerle un guiño.
Hasta ahora, los independentistas catalanes se enfrentaban a la oposición de los catalanes proeuropeos. De hecho, ¿qué hacer con un Estado (actualmente es la primera comunidad exportadora de España) en el corazón de la zona Schengen pero fuera de la Unión Europea? ¿Cómo asegurar el auge de SEAT, ENDESA, ROCA y otras empresas como MANGO estando fuera de la UE? La pregunta ha ocupado durante mucho tiempo a nuestros amigos de «Esquerra Republicana de Catalunya»; sin embargo, ¡ya está!, ellos dicen haber encontrado la solución: Cataluña solo tiene que independizarse de España y adherirse, al mismo tiempo, a la UE. Comprenderlo: es muy sencillo, ¿no queremos la cruz española (un poco de empatía ¿no?), ser solidarios con esa gente cuando nosotros tenemos una nación propia y diferente del resto del país? No, antes comparecer ente Dios que llevar la carga (¿de la deuda?) española. En cambio, ¿cómo rechazar la ayuda de la UE? Y digo yo (malestar general), ¿cómo rechazar ser un europeo solidario? ¿La nación catalana se convertiría de repente en la cuna de la Europa social y solidaria?
Bromas aparte, este egoísmo es malo y no es digno de vosotros, amigos catalanes; no nos convencéis, ni a nosotros ni al desgraciado Mariano Rajoy que, aunque os desagrade, tendrá que aprobar la adhesión de un nuevo Estado miembro en las reuniones del Consejo de la Unión Europea, puesto que -recordémoslo- el Consejo (compuesto por los ministros de los estados miembros) tiene que votar por unanimidad la adhesión de un nuevo Estado…
Por otra parte -y lo siento, continúo- la ligera deuda pública catalana, que alcanza ahora el 25,9% del PIB catalán, no nos satisface (por cierto, tampoco a la Comisión Europea) después de la crisis griega… Más aún cuando parece ser que, para alcanzar la independencia, Cataluña heredaría aproximadamente del 11 al 20% de la deuda pública española, es decir, entre 97 311 y 176 930 millones de euros, dado que el PIB catalán en 2012 era de 192 535 millones de euros (aunque la deuda pública catalana es ya de 49 866 millones de euros)… Os ahorro los cálculos: en el mejor de los casos, la deuda pública de una Cataluña independiente sería de 147 177 millones de euros y, en el peor, de 226 796 millones; o sea, el 73.76% y el 113.66% del PIB catalán respectivamente. ¿Continuamos? ¡Venga! No os lo niego, todavía existen unos cuantos argumentos más…
El eminente jurista Arthur Mas (presidente de la Generalitat de Cataluña) debería echar un vistazo a los criterios de adhesión que todo país que desee ingresar en la UE debe respetar, criterios establecidos por el Consejo Europeo reunido en Copenhague en 1993 y que son: criterios políticos, criterios económicos y la capacidad de asumir las obligaciones como Estado miembro que se derivan del derecho y de las políticas de la UE (acervo), incluida la adhesión a los objetivos de la Unión política, económica y monetaria. Insisto en los dos últimos criterios, puesto que el criterio económico supone para el Estado miembro tener una economía de mercado viable y, desde luego, una deuda pública entre el 73.76 y el 113.66% del PIB no constituye en absoluto una «economía de mercado viable». Por otro lado -y termino ya con las cifras- los objetivos económicos de la UE establecen un umbral máximo del 60% del PIB para la deuda pública,umbral que nuestros amigos catalanes sobrepasaron con su 73.76% (o el 113.66% en caso de independizarse).
De ahí mi preocupación en cuanto a la independencia y la adhesión de Cataluña a la UE… Pero la buena noticia es que nuestros amigos catalanes ¡ya son miembros de la UE! Y esto -lo habeis adivinado- se lo debe a España, por lo que, a pesar de todo, me atrevo a decir ¡Gracias España! Después de todo -recordad- los padres fundadores de Europa (Robert Schuman, Konrad Adenauer, Jean Monnet, etc.) compartían el deseo de conseguir la paz para Europa mediante la reconciliación de las naciones europeas, así que comencemos por reconciliar a las naciones catalana y española, que -reconozcámoslo- son los mejores amigos-enemigos que existen.
Para concluir me gustaría hacer un paralelismo con nuestros hermanos ucranianos muertos por ese magnífico ideal que es Europa y hago un llamamiento a los catalanes para que observemos juntos este ejemplo de lucha por unos ideales europeos, que aprendamos y que respetemos a esos hombres y su lucha. Ese será nuestro homenaje a los resistentes muertos por Europa, causa que nos parece sin duda muy hermosa.
Translated from Catalogne: Nation Européenne oui, Etat ?