Carambar: sus equivalentes europeos
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Eztizen Sánchez MontesEn Francia la marca de golosinas Carambar declaró querer dejar de incluir bromas en el envoltorio, tras lo que anunció que se trataba de una broma. Este caramelo es profeta en su país, pero en Europa hay muchos otros dulces bromistas.
Emoción, vagancia y decadencia. Así se puede resumir la cuestión que aún está pegada en los dientes de algunas redacciones. El 21 de marzo la empresa Carambar, creadora de los famosos palotes en Francia, anunció solemnemente a través de un comunicado que dejarían de incluir chistes en sus envoltorios. Estos chistes, tan famosos como malos, han hecho reír y sufrir a toda una generación de franceses durante 50 años, y estos han expresado su tristeza virtual en las cuentas de Twitter y Facebook de la marca. Los medios de comunicación también han cubierto ampliamente la noticia, que tomaba tonos de necrológica.
No fue hasta el lunes 25 de marzo cuando la empresa dijo que "el final de los chistes #esunchiste", traicionando así las cartas sentimentales y numerosos escritos que se partieron los dientes con el engaño. Carambar no cambiará las bromas por "ejercicios ludo-educativos", como dijo en un principio. La empresa celebra la primavera con un número mucho mayor de fans en Internet y un posible marketing viral sin precedentes, ayudada por las páginas de apoyo en Facebook creadas para la ocasión.
Si después de dos párrafos te preguntas por qué en Francia se preocupan más por un caramelo que por Chipre, debes saber que esto podría pasar también en tu país. En Italia tienen un helado llamado "animales bebé" (Cucciolone), que llevan obsequiando a los bambini con chistes más graciosos que Mario Monti desde siempre. En Polonia es el reverso de los tapones de zumo los que contienen mensajes que nos hacen (son)reír. Aunque los mensajes son más anticuados que graciosos, el zumo Tymbark (creado en 1936) nos anima a "sonreír más", "ir a por lo que quieras" o "ser feliz". Por último, en Reino Unido, exceptuando los Christmas crackers, lo mejor del humor británico suele estar impreso en el envoltorio de unas barritas de chocolate llamadas Penguin. El equivalente alemán son chicles que incluyen una calcamonía, la cual los niños se pueden pegar en el dorso de la mano mientras mastican el chicle. Es el único dulce que permite a los preciosos niños rubios sonreír un poco antes de que el recreo termine.
Photos : Une © courtoisie de la page Facebook de Touche pas à mon Carambar ; Texte : Carambar © courtoisie de la page Facebook de Carambar ; Cucciolone © courtoisie de la page Facebook de Cucciolone
Translated from Carambar : ses équivalents en Europe