Budapest: Tu educación, mi inmigración
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María GarcíaHace dos años, en Hungría, las reformas en la enseñanza superior provocaron la indignación y obligó a muchos jóvenes a buscar la felicidad en el extranjero. A día de hoy, la batalla continúa. ¿Es razonable conceder becas a los estudiantes a cambio de que trabajen para el país? Presentamos un ensayo fotográfico desde Budapest.
Como respuesta a la ola de emigración de los estudiantes del país, siendo Austria y Alemania los destinos más elegidos (o a la necesidad urgente de reducir el déficit presupuestario), el gobierno húngaro anunció una reforma del sistema de educación superior. ¿El resultado? Los estudiantes que reciben becas (el único modo de estudiar gratis en universidades estatales) deben firmar una declaración en la que prometen trabajar en Hungría después de graduarse durante la misma cantidad de años que han estudiado. Además, hay 16 disciplinas para las que no conceden becas, entre las que se incluyen derecho, economía y sociología. ¿Por qué? Porque necesitan invertir en las disciplinas consideradas "del futuro", es decir, ciencias y tecnología. La financiación de universidades se ha visto reducida un 40% desde que se aprobó la reforma hace dos años. ¿Cuál es la situación actual?
EL COMIENZO DE LAS REFORMAS
El anuncio de los cambios no dejó indiferentes a estudiantes y profesores de secundaria, quienes realizaron numerosas protestas, la mayoría organizadas por la asociación de estudiantes y profesores Hallgatói Hálózat (HaHa). El grupo presentó seis peticiones: la reforma general de la enseñanza pública y superior; volver a tener el mismo número de becas de años anteriores (que se han reducido notoriamente); evitar más recortes de presupuesto; invalidar los contratos de los estudiantes; no limitar la autonomía de las universidades y facilitar los estudios a los estudiantes más pobres. El gobierno no aceptó los intentos de mediación. Han acusado a la organización de colaborar con los adversarios de FIDEZ -Unión Cívica Húngara y el Partido Popular Democrático Cristiano húngaro-, la coalición gobernante.
La plaza de Egyetem, donde estudiantes y profesores de la escuela de secundaria Apáczai Csere János organizaron una protesta silenciosa hace dos años. Después de que dieran un discurso que resumía los cambios que se iban a introducir con las reformas, los estudiantes permanecieron en silencio en los bancos durante varios minutos.
La reforma también introdujo cambios en los institutos. La nueva legislación hizo que la enseñanza fuera obligatoria hasta los 16 años, en vez de 18. Algunos colegios de ciudades pequeñas han empezado a cerrar debido a los recortes de financiación.
El INSTITUTO HA ACABADO, ¿AHORA QUÉ?
Los estudiantes de secundaria se enfrentan a una difícil decisión: pagar para ir a la universidad, firmar una declaración para recibir una beca o emigrar.
Márton está estudiando su segundo año de instituto. Antes de que se hicieran las reformas, se hubiese inclinado a estudiar ciencias de la comunicación y medios de comunicación; sin embargo, estas opciones están dentro de la lista de las 16 disciplinas para las que el gobierno no otorga becas. En la actualidad, está buscando un plan B, pero tiene claro que no estudiará algo que no le interese.
El Estado ofrece préstamos para los estudiantes, pero no todos quieren asumir tal responsabilidad financiera al empezar una carrera. Los estudiantes pagan una media de 4.000 euros por sus licenciaturas. La tasa de desempleo entre los jóvenes húngaros menores de 25 años es del 20% mientras que el salario mensual medio es de 492 euros. Esto significaría que se tardan ocho meses en ganar 4.000 euros, sin tener en cuenta otros gastos.
IMÁGENES DE LOS ESTUDIANTES
Peter consiguió unas de las pocas becas restantes para estudiar ciencias políticas. Pertenece a la primera generación obligada a firmar la declaración. Según su contrato, cuando termine la licenciatura, deberá trabajar en Hungría durante seis años. No cree que vaya a tener problemas si rompe el contrato. Si no cumple con lo acordado, estará obligado a pagar sus estudios, pero no le preocupa, ya que la multa equivaldría a dos meses de salario en Europa occidental, por lo que podría pagarla rápido.
Anna, estudiante en la Universidad Corvinus, cree que las circunstancias actuales de trabajar en Hungría tantos años como has estudiado (solía ser el doble) es una solución razonable, ya que los jóvenes con estudios dejan el país una vez se gradúan en las mejores universidades.
Según las estadísticas oficiales, en comparación al año anterior, una cuarta parte menos de estudiantes recibió beca en 2012.
Németh está estudiando lingüística. Cree que si el país quiere que los estudiantes se queden en él, el Estado debería ofrecerles trabajo. Si tuviese que ir a la universidad ahora, probablemente iría a Viena, donde la educación superior es gratuita.
Eszter (a la derecha) está terminando el instituto y quiere marcharse a Inglaterra para estudiar cine; preferiría quedarse en Budapest, pero Hungría no invierte en la industria del cine, por lo que sería difícil encontrar trabajo.
El profesor Kovács, del departamento de Estudios de Cine, afirma no saber nada de las declaraciones que los estudiantes tienen que firmar ni de los recortes financieros que existen en la enseñanza superior. Cuando se le preguntó por las posibilidades que hay de encontrar trabajo después de la graduación, aseguró que sus estudiantes no tienen ningún problema.
¿CUÁLES SON LOS RESULTADOS?
Según el Dr. Ferenc Hammer, profesor de sociología, los cambios que ha introducido el gobierno aumentarán la diferencia entre familias ricas y pobres. Los estudiantes que tengan dinero y no quieran firmar la declaración tienen la oportunidad de emigrar mientras que los pobres, que no se lo pueden permitir, aceptarán la beca y se comprometerán a quedarse en el país. Una posible solución sería que cada estudiante tuviese que pagar una pequeña cuota.
La declaración, propuesta por el Ministerio de Recursos Humanos presidido por Zoltán Baloga, constituye una violación de la ley europea de tener la libertad de escoger una profesión.
FIDEZ - Unión Cívica Húngara y el Partido Popular Democrático Cristiano húngaro- ganó doce asientos en las elecciones europeas. Sus eslóganes eran: "Más respeto para los húngaros" y "Mejorando en Hungría".
Mientras tanto, los estudiantes húngaros han empezado a usar la palabra röghözkötés para describir su situación. Significa atar a alguien a un poste que está enterrado en el suelo.
ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DE UN NÚMERO ESPECIAL DEDICADO A BUDAPEST Y ES PARTE DEL PROYECTO "EU IN MOTION” INICIADO POR CAFÉBABEL CON EL APOYO DEL PARLAMENTO EUROPEO Y LA FUNDACIÓN HIPOCRENE.
Translated from Budapeszt: wasza edukacja, moja emigracja