Bosnia-Herzegovina: El violento despertar de sarajevo
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Alba María Soria CaseroLa sociedad civil bosnia se ha despertado de un sueño que ha durado 20 años. Durante la primera semana de febrero de 2014, las calles de Sarajevo se llenaron de manifestantes que se oponían al parasitismo de la clase política. Crece la violencia en los desencuentros entre la policía y los civiles.
En Sarajevo, las protestas en las que se han visto implicadas las principales ciudades de la Federación Croata-Musulmana, se han caracterizado por un clímax de violencia, que ha culminado con la sede del Gobierno Cantonal en llamas. El pasado 9 de febrero, el Presidente Cantonal, Suad Zeljkovic presentó su dimisión.
El caos estalló el tercer día de movilización, el viernes 7 de febrero, cuando casi 6000 personas se echaron a las calles del casco antiguo de Sarajevo. Los manifestantes pidieron la dimisión del gobierno, unidos por las prohibitivas condiciones económicas y por la ausencia de oportunidades laborales. Hana Obradovic, activista de 25 años, dice que las “protestas son espontáneas”. Los manifestantes creen que la mala dirección política y administrativa son la principal causa de su miseria económica y social.
Cada martes, desde hace más de un año, los trabajadores de Tuzla se han estado manifestando contra el cierre de algunas de las principales empresas ex-estatales (Dita, Resod-Guming, Polihem e Poliochem, nda.), colapsadas a causa de una gestión corrupta y de la crisis económica. Hasta hoy, las peticiciones de salvaguardar los puestos de trabajo habían sido simplemente ignoradas por el gobierno.
Las raíces del descontento
La gestión política de Bosnia-Herzegovina es consecuencia de los Acuerdos de Dayton, firmados por Milošević, Izetbegović y Tuđman en 1995. En ellos se sancionaba formalmente la creación de un único Estado nacional pero, de hecho, consentían el desdoble político y legislativo del país, entre la República Serbia y la Federazción Croata-Musulmana. Mirsad Bajhrend, periodista, explica que los problemas de corrupción y pobreza son comunes en ambas comunidades, pero que “la gente se ha mobilizado solo en la Federación Croata-Musulmana, a causa de un sistema político paralizado desde hacía veinte años por los intereses privados de la clase política”.
Desde el 5 de febrero, la protesta, de origen pacífico, se ha extendido cada vez más por la región. Aunque las intenciones de las personas no fueran violentas, desde el segundo día, la policía utilizó métodos represivos. La tarde del 7 de febrero, la situación empeoró: las fuerzas del orden respondieron con bombas de humo, gases lacrimógenos y cañones de agua, a las piedras y los petardos que lanzaban los manifestantes, gritando: “¡Queremos un cambio!”.
Una protesta multiétnica
El incendio que se formó en la sede del Gobierno Cantonal, revela el setimiento de rabia hacia las instituciones, vistas como distantes e indiferentes al descontento. “No tenemos alternativa”, me cuenta un joven, cerca de las llamas – le lloran los ojos por la conmoción. “Me acabo de graduar en medicina, no puedo trabajar y no tengo suficiente dinero para emigrar e intentar construirme una vida en el extranjero”, confiesa.
¿Quién forma parte de los movimientos de protesta? Hay diferentes versiones. Katarina Civkl, inestigadora de Populares, un think tank dedicado al desarrollo de políticas para la integración europea de Bosnia-Herzegovina, afirma que unos grupos de jóvenes violentos podrían haber planificado el incendio de Sarajevo. De cualquier forma, se trata de un movimiento multiétnico e intergeneracional. Los manifestantes volvieron a la plaza el fin de semana, tanto para protestar como para retirar los daños causados por los conflictos. Después de veinte años de apatía, parece que en Bosnia-Herzegovina la sociedad civil se ha despertado.
Translated from Bosnia Erzegovina: il risveglio violento di Sarajevo