Bigott, el pijo con máscara
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Hablamos con Bigott, Borja Laudo, en París. Locura, desvarío, actitud punk, beat generation. Algo de pose, poco de música. Unas horas después tocaría a orillas del Sena. Un tipo que no sabes si está vacilando, si se toma todo demasiado en serio o si la barba que lleva es una gran máscara. Un cabaretero del indie.
"Yo tengo muy poco tema de conversación", así empezó mi charla con Bigott unas horas antes de su segundo concierto en París. Un músico que alterna el indie ( si es que esa etiqueta significa algo ) con el folk y el cacharreo punki, muchos nombres para alguien que dice que está "cómodo con cualquier etiqueta, me dan igual, en el fondo todos llevamos alguna". Está de gira con su último disco "Blue Jeans", grabado en mitad del amazonas brasileño, excentricidad como otra cualquiera dentro del personaje que se ha construido Bigott, de aquellos días en mitad de la selva recuerda que fue una "paranoia muy cara", pero no sabe si merece la pena irse allí. "Fue una buena experiencia, vas allí sin nada, sin estudio, ni amplificadores, ni nada, se grabó tal cual en la casa en dónde estábamos, se fue apañando en plan viejo". A veces bien parece que fue grabado en cualquier otro sitio, menos lejos, con menos ínfulas. "A lo mejor cuando lo escuchas no te das cuenta de que se grabó allí, pero es que es todo mentira, pero viene muy bien para que luego la gente te pregunte, porque sino de qué hablaríamos, yo no tengo nada que decir ni que contar", y aprovecha para silbar cuando pasa por delante nuestra la bajista del grupo.
ESTOY ULTRASENSIBLE ÚLTIMAMENTE
Bigott es sin duda un tipo peculiar, no parece importarle nada de lo que la gente pudiera pensar de él, de su aspecto, de su música, "la gente sí que puede pensar de mí cuando me ven «este tío está loco, vive en la calle, ha tomado drogas, está robando». Lo de tomarse en serio mejor no pensarlo que sino me dan ataques de ansiedad". Y ya sabes que te la ha vuelto ha jugar, ¿lo dice en serio ? ¿o sólo le gusta regalarme titulares ?. Mientras vamos hablando eructa, juega con el fotógrafo o curiosea mi móvil. No sé si tengo enfrente a un chico de Zaragoza que hace música o al propio Dean Moriarty. Aunque me reconoce que hasta hace poco no conocía el significado de hipster, para él, no se ha inventado nada, "el otro día me enteré de lo que era Hipster, y fíjate si lleva ese concepto años en el mercado, desde los beats...pero gente que le ha gustado « churrar », beber, ponerse ciego... ¡eso ha existido de toda la vida!".
Parece que tiene ganas de escandalizar al personal, sus frases inconexas, "No me importaría ponerme tetas", sus poses macarras frente a la cámara, sus provocaciones que invitan más a irte de fiesta con él que a hacerle una entrevista. Me reconoce incluso que le gustaría hacer un disco muy punki, que desbarrara, algo diferente. Pero no se lo cree, no entra dentro del mundo que Bigott ha creado para su música, "ojalá para el nuevo disco me pusiera punki, pero en un pijo extremo como yo...parece que no pero sí lo soy, lo que pasa es que con este disfraz que llevo de tantas cosas que hemos dicho ya, que si indie, hipster, de pseudo...pero llevo una puta careta. Yo soy un pijo, me han educado así, qué le voy a hacer, ¿lucho contra la genética? Es imposible, me lo dijo Punset un día en sueños".
ME DOY ASCO A MÍ MISMO
Apenas tenemos treinta minutos para hablar, para desenmascarar al personaje, para intentar arañar un pedacito de realidad en la locura que es Bigott. Un músico que no se escucha, que no quiere saber cómo suenan sus canciones. ¿Un antimúsico? ¿Falsa modestia?. De nuevo preguntas que no sé responderme. "No escucho mis canciones después de grabarlas, procuro ir unos pasos por delante cuando estoy en directo porque no me gusta oír mi música, no me soporto, me doy asco a mí mismo. En mi casa no hay espejos, porque es verme y decir, madre mía, qué has hecho, con lo guapo qué eras, cómo se te ha ido la olla, si antes estudiabas, ibas a la Universidad... Aunque ahora no hay futuro, No Future ! Eso es muy punk". Vuelve al Punk, a las chupas de cuero, a los pantalones ajustados, aunque parece demasiado para alguien que lo último que ha escuchado y le ha gustado, no es Nacho Vegas nos asegura, es a los Sonny and the Sunsets mientras estaba en un concierto de The Dodos.
Su música funciona, engancha con el público, es agradable, sea indie, folk o rock and roll. Un día le dijeron que se parecía a Johnny Cash, pero Bigott siempre fue más de "no tomo café, soy más de té orgánico". Eviten las comparaciones.