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"Berlusconi representa el modelo decadente de la sociedad italiana"

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Escándalos sexuales y bromas perversas sobre las mujeres, una despreocupación embarazosa: el primer ministro italiano no evita que dejen de hablar de él. Intercambio de opiniones entre un chico y una chica sobre la triste comedia en la que se ha convertido Italia

Alessandro, 29 años, romano de adopción, tras años de estudios en Ciencias de la Comunicación, cine, música, viajes y conciertos consumados, sigue buscando su camino. Por el momento trabaja como periodistas free lance.

segnaleorario/flickr"Si se hiciera en Europa un concurso para escoger el político más sexista, sin lugar a dudas ganaría Silvio Berlusconi" - según declaraciones de The Guardian, diario inglés que desde hace meses investiga las "actividades morales" del primer ministro italiano. Incluso Times ha aconsejado al jefe del gobierno "una clínica para dependencias sexuales". Que sea o no vergonzoso, lo que interesa a los italianos -y sobre todo a las italianas- es otra cosa.

Especialmente en lo que pueda haber o no de lícito en la investigación sobre el presunto tráfico de prostitución ideado por el empresario Gianpaolo Tarantini. Sobre la vida privada habría que investigar menos. Lo que irrita es la actitud de Berlusconi: arrogante, vulgar, gallito, 'chulo de playa' en búsqueda de mujeres. No es precisamente la imagen que uno tiene de una figura institucional. Es obvio que la vida privada debe quedar al margen. Sin embargo, lo que no debería permanecer oculto es el comportamiento hacia el género femenino.

Desgraciadamente parece ser que este es el estatus vencedor. Porque Berlusconi representa, desde hace más de diez años, el modelo decadente de la sociedad italiana: oportunista, astuto, estafador, 'musculoso', elegante y al mismo tiempo grosero. Perfecta descripción de cualquier italiano enajenado por programas de televisión y modas pasajeras. Y sobre las mujeres, reivindica su igualdad y las cuotas de género, pero siguen siendo consideradas meramente 'objetos', por puro gusto personal.

Quien ha votado y todavía apoya el partido del líder político, cree que sus comportamientos sexistas no son del todo malvados. ¿Quién no ha engañado alguna vez a su mujer? ¿Qué hay de malo si luego regresa al redil? Al contrario, cuanto mayor es el número de conquistas y se ensalza el nombre del macho italiano, más se es 'guay'. Muchos querrían ser como él. Y lo son. Porque se disfrazan de personas respetables que defienden e invocan modelos como la familia, la patria, la seguridad. Presumen de sus conquistas para juzgar de “puta” a todas las mujeres que se comportan de la misma manera.

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Giulia ha estudiado Historia del Arte. "Como expatriada viviendo en Berlín, puedo analizar mejor mi país desde el extranjero, porque aquí en Alemania no hay tanta censura, o al menos podemos escapar del caos anestésico de la anticultura predominante en Italia"

http://www.gavavenezia.it/La actitud de Berlusconi siempre ha sido claramente sexista. Pero en cualquier caso, ¿es lícito interesarse por su vida privada? Se puede responder abiertamente que sí puesto que el castin para entrar en política no prevé logros por méritos propios, sino que parece producirse utilizando otros recursos y sedes, como por ejemplo Villa Certosa, la televisión, y tal vez, las sábanas de alguna cama famosa. Si además el primer ministro se convierte en portavoz de arraigados valores como la familia y la fe, la cuestión adquiere una naturaleza moral y, por consiguiente, asume relevancia pública. Y al final, este comportamiento afecta a toda la nación.

En Italia la antigua tradición del 'no predicar con el ejemplo' no parece generar oposición. Pero en el extranjero, nuestra imagen es cada vez más deplorable. Un ejemplo son las acusaciones que The Daily Telegraph difunde hacia todos los italianos de sexo-dependencia. De ahí que el fenómeno Berlusconi arrastre a toda la nación en el estereotipo de Casanova, sátiro infatigable cuyo único objetivo es perseguir ninfas. ¿Cómo defendernos si el prototipo de mujer, fielmente representado en el documental El cuerpo de las mujeres de Lorella Zanardo y Marco Malfi Chindemi, que predomina en nuestra televisión es precisamente atroz e impúdico?

Después de años de lucha y un derecho al voto conquistado tan solo hace sesenta años, estamos representadas por un escalofriante "montón de basura sin pudor", según declara Verónica Lario, que llega incluso a dictar ley, y no solo en sentido metafórico. Habituarse al sexismo es un fenómeno peligroso y no afecta solamente a Berlusconi.

¿Verdaderamente nos damos cuenta de que cada vez que una mujer es objeto de 'bromas' más o menos graves, no se percibe como un acto de racismo sexual? ¿Y las continuas afirmaciones embarazosas y ofensivas del primer ministro? No se trata de nimiedades insignificantes sino de un ejemplo de conducta que afecta a todas las generaciones. ¿Recuerdan su afirmación sobre las violaciones? "Para evitarlas, se necesitarían tantos soldados como mujeres guapas italianas". Su lista de meteduras de pata es extensa pero la paciencia para justificarlas se ha acabado.

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Translated from Berlusconi e le donne: una triste commedia all’italiana