Berlusconi agita al lobo Lufthansa para someter a la oveja Alitalia
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El Primer ministro italiano se declara favorable a que Alitalia, al borde de la quiebra total, se alíe a la alemana Lufthansa. O lo que es lo mismo, que Lufthansa se haga con su control, después de que en abril Il Cavaliere abortara la misma operación por parte de Air France-KLM.
Para Berlusconi, el problema de Alitalia no se debe a un mercado saturado o a la actual crisis del petróleo, sino a los costes laborales del personal de la compañía, representado por 9 sindicatos. Por ello necesita meterles presión una vez agotado hoy el plazo para firmar un acuerdo de salvamento.
Aprovechando que Lufthansa da sensación de fortaleza con sus anuncios de adquisiciones, trata de atemorizar a los sindicatos que se oponen a la desitalianización de la compañía y las medidas de saneamiento propuestas por el consorcio de 18 empresarios todos italianos que desean hacerse con la parte rentable de la compañía de bandera italiana. Las medidas incluyen el despido de 3.200 trabajadores y bajadas salariales significativas.
Hábil maniobra de distracción ahora que la fiebre de las concentraciones hace creíble un control extranjero de Alitalia: Britis Airways e Iberia anuncian su fusión, Lufthansa negocia quedarse con Scandinavian Airlines System (SAS) tras hacerse con las antiguas Sabena belga y Swissair helvética, y Air France-KLM se consolida como primer grupo euroepo. El efecto inmediato es que los sindicatos proponen conservar el mismo salario pero trabajando más horas. El ambiente está que arde y todo se decide el 18 de septiembre.