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Berlin: incubadora de estrellas

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Cultura

En el 57º aniversario de la Berlinale, los jóvenes talentos del séptimo arte están de moda.

Daniel Brühl, el actor sin fronteras

Aún no se lo cree. En 2003, Daniel Brühl se dio a conocer con Goodbye Lenin, de Wolfgang Becker, película que vieron casi 9,2 millones de espectadores europeos. Gracias al papel conmovedor de un chico dispuesto a todo por ocultarle a su madre la caída del muro de Berlin, Brühl, a sus 25 años, se ganó la mención de mejor actor europeo del año concedido por la Filmepreise, garantía de una carrera internacional. Nació en 1978, en Barcelona, y aunque hoy vive en Berlín, guarda fuertes lazos con su familia española. “Siempre me consideré un actor europeo. Crecí cerca de la frontera belga y holandesa. Me encanta la idea de poder descubrir una cultura diferente a tan sólo 50 kilómetros de distancia”, declaraba hgace poco a un diario belga: Bélgica Libre. Tras su aparición en Feliz navidad, del realizador Christian Carion (2005), le descubrimos en Salvador, de Mauel Huerga, en la piel del último militante anarquista ejecutado en España en 1974. Próximo destino: América, bajo la dirección de Paul Greengrass en el tercer capítulo del thriller La Venganza en la piel, junto a Matt Damon, última entrega de la saga de Bourne.

François Ozon, realizador “en la gloria”

Cuando en 1990 creó la FEMIS, departamento de realización, François Ozon no pensaba estar en el centro de todas las ambiciones. Este técnico perfeccionista, acunado por las obras de la Nouvelle Vague, cierra este año la Berlinane con Ángel, una adaptación de una novela de Elisabeth Taylor. En una década, con películas como Sitcom, Ocho mujeres o Bajo la arena, el francés ha conseguido imponer su propio estilo, intimista y sensual. Hoy, a sus 40 años, rueda en inglés una película que cuenta el éxito fulgurante de Ángel Deverell, un joven escritor prodigio. “En inglés existe a menudo la posibilidad de abreviar cosas muy explícitas y detalladas, de ser más conciso y pertinente, de ir más directo al grano con mayor ambigüedad e ironía”. La película podría abrirle las puertas de las salas europeas. “¡Lo quiero todo! El éxito, la gloria, el talento, ¡pero vivo!”, exclama.

Jiri Menzel, una vida de eterno volver a empezar

“En mi cabeza siempre tengo 20 años”, proclamó Jiri Menzel en la pasada edición del Festival de Cannes. Este artista checo presentará en Berlín su 14º largometraje Yo he servido al rey de Inglaterra. Nacido en 1938 en Praga, es uno de los últimos descendientes de la Nouvelle Vague checa y de su célebre Escuela de Cine de Praga (la FAMU). A la manera de Milos Forman, el realizador ganó en 1968 el Oscar al mejor film extranjero gracias a Trenes rigurosamente vigilados. Sin embargo, los acontecimientos trágicos de la Primavera de Praga frenaron su carrera. En 1990, Jiri Menzel reaparece en los Osos de Oro con Alondras en el alambre, un film de ... ¡1969! Crítica apenas solapada del autoritarismo, esta obra estuvo prohibida durante mucho tiempo por la censura checoslovaca, hasta la caída del Muro de Berlín.

Alain Goldman, productor a la reconquista

Actor convertido en productor; el vicepresidente de Unifrance cosecha éxitos. Acaba de financiar un largometraje muy esperado, La vie en rose de Olivier Dahan, presentado a comienzos del festival de Berlín. “Edith Piaf es uno de esos raros personajes que obtiene el beneplácito de hombres, mujeres, jóvenes y menores. Su estatus único atraviesa nuestras fronteras”, dice respecto a la cantante. En 10 años, Alain Goldman ha llegado a ser uno de los grandes productores europeos. Prueba de ello es 1492, también de Olivier Dahan, película que saldrá en los próximos meses. Algunos rumorean que el productor no se irá con las manos vacías de la Berlinale. El estreno de esta joya está ya previsto en ocho países europeos.

Foto Brühl: Dierk Andersen/Wikimedia; foto Ozon: Alexander Smotrov/Wikimedia; foto Menzel: Festival Internacional de Cinema Jove

Translated from Berlin : incubateur d’étoiles