Beneficencia en Polonia: música, religión y polémica
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Pedro PicónDesde hace 16 años, muchos polacos se reservan el segundo domingo de enero para participar en la representación final de la Gran Orquesta Festiva de Solidaridad (WOSP): un espectáculo de beneficencia en clave rock para ayudar a los niños con problemas. Acusado por la derecha católica, la organización responde: “Envidio a la reina de Inglaterra porque es criticada por los Monty Python.
Sospecho que si se tratase del grupo de Radio Maryja, ni siquiera la proverbial calma inglesa lo soportaría”
La Orquesta comienza a tocar, y lo puedo ver desde casa: la televisión informa en directo sobre cómo marchan las donaciones, muestra parte del concierto y entrevistas con los organizadores y los voluntarios. En la pantalla aparece Jurek Owsiak, el controvertido organizador con una camiseta amarilla y pantalones rojos, comienza a bombardear al público con la información sobre lo que la organización ha hecho en el pasado y lo que quiere llevar a cabo con los fondos recaudados. Pero no termina ahí: apenas salgo de casa soy ‘asaltada’ por un grupo de voluntarios con la típica chaqueta de la organización. Aunque se consiga evitarlos, en unos pocos metros te encuentras con otro grupo. El ‘pase’ es representado por un pequeño corazón rojo, que se obtiene tras haber puesto algunas monedas en la chaqueta de los afanados voluntarios. Sin esto no se puede andar por la ciudad, además, se corre el riesgo de ser considerado como una persona avara y sin corazón por el resto de transeúntes.
Beneficencia y sentido de la comunidad
Sin embargo, el concierto de la Gran Orquesta no es solo un modo de ejercitar la presión social: es también una ocasión para divertirse, encontrarse con los amigos y presenciar el espectáculo. Estos eventos no son organizados solo en las grandes ciudades: en las capitales de provincia, donde fin de año y la fiesta de la cosecha son las únicas ocasiones de divertirse en la plaza mayor, esta es otra ocasión para celebrar.
Además, la Orquesta fomenta un sentido de comunidad: recogemos juntos dinero para salvar la vida de los niños y juntos encendemos una ‘lucecita’ en el cielo, o sea, miramos los fuegos artificiales que quieren mandar al espacio un poco de alegría y amor. El sentido de comunidad creado de este modo da sus frutos: cada año, cerca de 120.000 voluntarios participan en la colecta de fondos y, cada vez, los resultados son mejores. Durante la última manifestación, el 16º concierto de la WOSP, en el que se recogían fondos para los niños afectados por enfermedades de la laringe, el oído y la nariz, se ha batido el récord: los polacos han donado 11.772.769 euros. En total, durante todas las ediciones de este festival se han recogido más de 81 millones de euros.
Sectas y droga para los jóvenes católicos polacos
Incluso así, ya sea por el hecho de que Jurek Owsiak ha logrado tocar la fibra sensible en el corazón de los polacos o a causa de su imagen particular y el ambiente roquero, la Orquesta es criticada por muchos. A los opositores no les gusta, sobre todo, el modo en el que son empleados los fondos recogidos. La Fundación presenta de forma detallada todos los balances financieros, complicando a los opositores atacar este fácil objetivo.
Los círculos ultracatólicos critican, sobre todo, el hecho de que una parte del dinero sea utilizada no para ayudar a los niños enfermos, sino para la organización técnica del evento, incluidos los honorarios de los participantes, que en un día como este, deberían, a su juicio, trabajar gratis. Para la organización del 14º y 15º concierto, se gastaron por lo menos dos millones de zloty (más de medio millón de euros). También los medios se quejaban de la actuación de los voluntarios: tras la celebración del concierto siempre salen a la luz en los periódicos historias de robos, detenciones y abuso de alcohol. Otro aspecto controvertido lo representan los fondos destinados a pagar la Parada Woodstock, un concierto recompensa para los voluntarios que han participado en la organización del evento. Los medios católicos sostienen que durante este concierto muchos jóvenes tienen la posibilidad de probar por primera vez la droga. Se lamentan además de la presencia de sectas que aprovechan para encontrar nuevos adeptos: durante uno de los últimos festivales las minorías religiosas podían dar a conocer su credo.
El pasado de Jurek Owsiak juega en su contra
También el mismo Jurek Owsiak es objeto de crítica: los medios, no solo los de extrema derecha, mantienen que no puede ser considerado una autoridad moral una persona que en su madurez ha ascendido de forma sospechosa, que ha simulado ser esquizofrénico para no hacer el servicio militar y cuyo eslogan es: “haz lo que quieras”. Una persona que, como dice el ex europarlamentario Wojciech Wierzejski, uno de los fundadores del partido de derechas Liga de las Familias Polacas (LPR), “no ayuda en nada a educar a los jóvenes en el respecto moral, y que con seguridad pone en cuestión los principios educativos que son la abnegación, la disciplina, el sacrificio y la responsabilidad”. Desde las filas del Movimiento Católico Popular de Apoyo (Katolicko-Narodowy Ruch Oporu) afirman, sin medias palabras, que Jurek Owsiak es un “gamberro, un impostor, un ateo, un renegado y un exponente degenerado de la juventud polaca, militante de la secta de los Hare Kryshna, dependiente de varias sustancias narcóticas, iracundo, un especialista de la anarquía y la depravación”.
Por su parte, Owsiak soporta estos ataques con una resignación estoica. En una entrevista afirmó: “seguro que me volvería loco si prestara atención a tal absurdez, pero lo tomo con una buena dosis de humor y me repito que este es el clima en el que debemos trabajar y que estos ataques son también un elemento que impide a la gente pensar. Nos alegraremos, obviamente, si los argumentos de la oposición fueran más consistentes y si fuera posible discutirlos. Envidio a la reina de Inglaterra porque es criticada por los Monty Python. Sospecho que si se tratase del grupo de Radio Maryja, ni siquiera la proverbial paciencia inglesa lo soportaría. Pero nosotros resistimos…”. Una cosa es cierta: por el momento nada parece presagiar que la Orquesta deje de tocar. Como dice su ‘director’, Jurek Owsiak, “sonará hasta que el mundo se acabe e incluso un día más”. Los febriles preparativos para el 17º concierto de la Orquesta, prevista para el 11 de enero, ya están en marcha. El dinero recogido será destinado al diagnóstico precoz de los tumores infantiles.
Translated from Orkiestra, która będzie grać do końca świata