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¿Bancarrota en el fútbol europeo?

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Tras los felices 90’, hasta los clubes más rentables tienen que apretarse el cinturón. El caso Bosman y la caída de ingresos por emisiones televisivas son la causa de la crisis financiera.

Desde los años de bonanza hasta llegar a estos albores del nuevo milenio, el fútbol profesional se ha dedicado a forcejear con un pequeño problema no del todo conocido hasta hoy. Incluso clubes de élite como el Milán, el Borussia Dortmund o el Real Madrid se enfrentan con agudos problemas financieros. "Los clubes deben cambiar su gestión financiera" en palabras del representante de la filial alemana de Ernst & Young.

Caída libre

Titulares del tipo "la Roma lanza un SOS" o "Crisis financiera en el fútbol francés" pueden ser leídos por todo el continente. Los números cantan: el mismo despacho de Ernst & Young calcula que cada club de la Liga Federal Alemana posee una deuda media de 3 millones de euros. Lo cual no es demasiado si se compara con las competiciones más sureñas. En Italia, la deuda sumada de los clubes asciende a 3 mil millones de euros, cifras a las que este deporte de ostentosos éxitos no se acostumbra. Hasta finales de los 90’, las ligas profesionales de Italia, Francia, Alemania, Gran Bretaña y España solían recoger beneficios anuales de hasta un 15% o un 22%.

Bosman

Pero llegó Bosman. Este futbolista belga apeló ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas por su derecho, como trabajador, a escoger el empleador de su agrado, con consecuencias devastadoras para todo el fútbol europeo. El tribunal sito en Luxemburgo le dio la razón, acordando que todo trabajador profesional del fútbol también goza del derecho básico a cambiar de empresa -léase club-, cuando un contrato haya llegado a su término, sin costes adicionales de transferencia. Acto seguido, el entonces lucrativo mercado de traspasos se convirtió en un completo páramo. Ha habido excepciones: hasta hace poco, leoninas cláusulas de traspaso aún eran asumidas por las estrellas más codiciadas del fútbol cuando decidían romper contratos aún en vigor. El corolario ha venido a ser la proliferación de contratos larguísimos –con consecuencias que aún quedan por aflorar-. Más de un jugador garantiza la viabilidad económica de toda su carrera con la ayuda de un solo contrato, si bien el mercado de traspasos vuelve poco a poco a tomar fuerza.

La Televisión no paga

Los clubes también han venido cobrando menos de las Televisiones desde el principio del nuevo milenio. Es el caso de los derechos por retransmisión de la Champions' League, que este año han disminuido su valor en 119 millones de euros, y algo parecido pasa con las retransmisiones de campeonatos nacionales. No por ello los clubes dejan de depender del dinero de los grandes grupos mediáticos: el porcentaje de ingresos por retransmisiones oscila entre un 42% y un 52% del total en los clubes de toda Europa. Sólo los equipos ingleses de la Premier League continúan aumentando los ingresos por retransmisiones televisivas.

Se buscan soluciones creativas y precisamente cuando se buscan es cuando menos se encuentran. La salida a bolsa, admirada y deseada durante una época, ya no está de moda desde que clubes como el Borussia Dortmund o la Roma se dieran de bruces con la experiencia. Los parqués consideran hoy demasiado volátiles las acciones de clubes. Las de clubes alemanes se hallan hoy por hoy por debajo de sus valores de emisión. En Italia, el cambio de acciones de un club tradicional como lo es la Roma ha sido suspendido en varias ocasiones en los meses recientes. Los compradores apenas daban 1.27 euros por acción. Por ello, los analistas vienen declarando desde hace tiempo que "los clubes de fútbol son sencillamente un valor demasiado arriesgado para la bolsa”.

Así que la pelota está ahora en el tejado del fútbol europeo, realmente menos productivo. En Inglaterra los poderosos no invierten; en Alemania los profesionales llevan años mimados con suculentos salarios. "Las vacas gordas para los jugadores se han terminado", clama el Werder Bremen de la Bundesliga. Uli Hoeneß, manager del prestigioso Bayern de Múnich, explica: "con cada nuevo contrato firmado el salario decrece".

¿Y qué hacen los políticos?

Con esto, ya puede esperar el gran público ayuda por parte de los políticos. Algunos han reconocido la utilidad electoral del fútbol desde hace tiempo. Dentro de la Comisión Europea algunos miembros se plantean ayudar al mundo del deporte. En Italia, por ejemplo, el Primer Ministro Silvio Berlusconi –presidente del Milan simultáneamente– ha logrado ya aprobar excepcionales normativas al respecto en el parlamento de su país: medidas que salvaron de la quiebra a la Serie A del Calcio. A partir de ahora, los directivos en Italia pueden sacar el cuello fuera del agua gracias a ciertas normas de contabilidad creativa. El pago de deudas de clubes puede estirarse durante periodos tan largos que todos cumplen otra vez con los criterios de la UEFA –la organización europea del fútbol-. De todos modos, los clubes italianos se enfrentan ahora a determinadas limitaciones: topes salariales para jugadores y númerus clausus para cada plantilla de jugadores.

A nivel continental se ha tomado nota. De modo que la UEFA se plantea gestionar los derechos de retransmisión de los eventos de un modo más centralizado, a pesar de las estrictas regulaciones existentes dentro de los mercados nacionales. Aquí la solidaridad ha logrado hacerse un hueco entre las preocupaciones del mercado. Con la centralización de la gestión de los derechos, cuyas riendas están en manos de la UEFA, todos los clubes tendrán su buena parte del pastel, ya que esta organización suele arropar con mimo a sus polluelos.

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Translated from Finanzkrise im europäischen Fußball