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Avanzando en el debate sobre la droga

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Solucionar el problema de las drogas en nuestra sociedad requiere un movimiento más allá de la explotada dicotomía entre prohibición y legalización. Martin Barnes, Jefe Ejecutivo de DrugScope, plantea su caso.

Hoy en día es difícil escuchar a un político del Reino Unido hacer referencia a la “Guerra contra las drogas”. La frase está obsoleta, es un cliché, y si alguna vez se produjera una guerra, la perderíamos. Un informe decisivo del influyente Home Affaire Select Committee en el Reino Unido, publicado en 2002, afirma que “si hay una lección aprendida tras la experiencia de los últimos 30 años, es que las políticas basadas completa o principalmente en el control han fallado”.

Algunos pueden afirmar que la política sobre drogas de años anteriores ha sido un éxito. A principios de 1970 la cifra de adictos a la heroína en el Reino Unido era de unos pocos miles, ahora hay más de un cuarto de millón de “personas con problemas de consumo de drogas”. Alrededor de 4 millones de personas toman drogas ilegales cada año; ha aumentado el virus del SIDA entre personas que se inyectan drogas, y alrededor de 300.000 niños tienen un padre con problemas de drogadicción.

Pragmatismo, no legalización

Aceptar que nunca podremos erradicar el uso de drogas y los daños que causa no significa consentir su uso, no es necesario convertirlo en causa de desesperación, y no lleva inevitablemente al apoyo de la legalización. En cambio, es necesario un debate más maduro, calmado y objetivo sobre la política de drogas; algo más sofisticado que el obsoleto debate sobre la prohibición frente a la legalización.

Los partidarios de la legalización han logrado éxito en debates provocadores y asegurando que pensar en voz alta sobre una reforma radical ya no es un tabú, aunque la mayoría de los políticos todavía va con cuidado por el miedo a parecer blandos con respecto a las drogas y disgustar a la prensa sensacionalista. Es decir, muchos de los debates sobre la legislación no resisten al voto. DrugScope no apoya la legalización porque no creemos que esté asegurado el éxito. Nos sentimos profundamente incómodos ante la posibilidad de considerar sustancias fuertemente psico-activas como la cocaína y la heroína como mercancías de consumo, y parece inevitable que la legalización lleve a un incremento del consumo y dependencia a las drogas.

Cambios radicales

Hay ahora un consenso creciente de que necesitamos un nuevo enfoque de la política de drogas. La reforma paso a paso, basada en las mejores investigaciones disponibles, puede implicar cambios radicales e incluso controvertidos. DrugScope defiende, por ejemplo, el recetar heroína, lo que ha demostrado que reduce el crimen y la dependencia en países como Suiza. Nosotros apoyamos el control de narcosalas y hemos puesto en entredicho el empleo de la mano dura contra personas en posesión de pequeñas cantidades de marihuana o hachís.

El Gobierno del Reino Unido ha sido criticado por tomar medidas de imagen para parecer firmes contra el crimen, incluyendo una nueva presunción de “intención de proveer” cuando alguien se encuentra en posesión de una cantidad de droga superior a la establecida. Los indicios señalan que los ministros consideran el umbral más bajo en 5 pastillas para el éxtasis y cinco gramos para el hachís o marihuana. No obstante, el Gobierno también ha invertido dinero público en el tratamiento contra las drogas y presentado medidas para permitir a los delincuentes por consumo de drogas ser tratados en la comunidad antes que ser enviados a prisión. No todo son malas noticias: la drogodependencia entre jóvenes ha disminuido, como lo hizo la preocupación pública sobre el crimen relacionado con las drogas en su comunidad.

La posibilidad de progreso

Sin ser muy ingenuos respecto a los beneficios de la adopción de políticas progresistas sobre las drogas, el discurso tradicional del “yo soy más duro que tú” entre los principales partidos políticos puede estar cambiando. El líder del Partido Conservador, David Cameron, fue miembro del Home Affaire Select Committee en 2002 y se ha negado a distanciarse de las sugerencias de dicho comité, que incluyen degradar la clasificación del éxtasis. Dijo: “Necesitamos salir de las posiciones atrincheradas e intentar reducir el daño que las drogas hacen a los consumidores y la sociedad”. Como respuesta a un informe que pedía la introducción de narcosalas en el Reino Unido, fue sorprendente ver cómo el Partido Conservador, en lugar de atacar la propuesta, afirmó que lo tendría en consideración, una posición que deja espacio para respirar.

El gobierno ha comenzado a examinar su actual estrategia de diez años sobre drogas que terminará en 2008. Mientras no haya una solución de oro que reduzca sustancialmente el daño relacionado con la droga, se abren las oportunidades para que el debate avance. Esperemos no haber perdido la oportunidad.

Translated from Moving the drugs debate forward