Atenas, o la redefinición del limes
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Atenas, 16-17 de abril: una cumbre informal pero vital, marcada por las divisiones en la Unión Europea y por los interrogantes sobre el futuro del continente europeo en su conjunto.
El Agora de Atenas es un espacio simbólico como pocos: lugar de intercambio de mercancias y de circulación de ideas, de diálogo y de construcción de la primera democracia de la Historia. Esta cuna de la civilización occidental ha sido el espacio elegido para celebrar la firma de los tratados de adhésión el próximo 16 de abril por parte de 10 de los 13 países candidatos. No es difícil interpretar el carácter simbólico de la elección del escenario de la ceremonia; el limes, la frontera entre el área civilizada y el mundo de los bárbaros se desplaza hacia el Este, pero no desaparece. De hecho, las consecuencias prácticas se harán notar ipso facto por un cambio de estatus de los países candidatos signatarios que, durante el periodo de transición que lleve a la adhesión el 1 de mayo de 2004, se convertirán en obervadores. Como tal, tendrán derecho a asistir a las reuniones del Consejo de ministros, a las del Parlamento Europeo e incluso a los grupos de trabajo de la Comisión.
En cambio, el 17 de abril Atenas recibirá en un espacio aséptico a todos los invitados a la Conferencia Europea. Se trata de una reunión sin agenda precisa que permite que se reúnan los Estados miembros de la Unión, los candidatos, así como otros Estados europeos y se palpe la evolución de las relaciones y las posibilidades de expansión de la Unió. Por tanto, junto a los miembros del espacio civilizado al oeste del limes, se encontrarán en Atenas una serie de países excluidos de este espacio por varias razones, y que sería pertinente clasificar:
La Europa del mañana: los países candidatos
Dos países candidatos que llevan años negociando la adhesión (Rumania y Bulgaria) y uno que aún no ha empezado (Turquía) no habrán cambiado de estatus el 16 de abril. Para los dos primeros, las condiciones que impone la Unión son conocidas: asimilación del acerbo, o acquis, comunitario, desarrollo de un cuerpo de funcionarios que permita su aplicación estricta. Más subrepticiamente, se exige a estos países que vigilen el fenómeno de la immigración ilegal hacia el este y establezcan fronteras claras con sus vecinos extracomunitarios, es decir que empiecen a establecer el nuevo limes (1). Para Turquía, la cuestión es más compleja: aplicación de las leyes aprobadas el verano pasado, respeto de la minoría kurda, así como de los derechos humanos y limitación del poder del ejercito, que precisamente. Sin duda, por las tentativas de entrar en Irak, Turquía recibirá reproches y su camino hacia la adhesión puede ser muy largo.
La Europa del futuro: los Balcanes
Al despertar de la guerra de Kosovo, Joschka Fischer propuso un pacto de estabilidad para el sureste europeo, que forzara el diálogo entre los Estados balcánicos y fuera una condición necesaria para poder aspirar a la integración en la Unión Europea. Desde entonces, la evolución ha sido globalmente positiva. A pesar de crisi como la que actualmente vive Serbia, esta región está considerada como el espacio natural hacia el que se dirigiría la próxima ampliación. Evidentemente, se trata de Estados frágiles y descompuestos; la reconstrucción será larga y ardua, pero no tienen vocación a quedar excluidos.
La Europa bárbara, en la órbita de Moscú
Bielorrusia, Ucrania y, en menor medida Moldavia, son los países que hoy por hoy delimitan ese limes. Los dos primeros están gobernados de manera autoritaria, sin respetar los derechos humanos ni la libertad de expresión. Los tres, geopolíticamente, se vuelven hacia Moscú para compensar el aislamiento al que los condena la Unión. Esta última parece dispuesta a establecer relaciones puramente comerciales con los tres países, pero no con vistas a una posible integración, sino a cambio de un control más estricto de sus fronteras. Por otra parte, Rusia, que también ha sido invitada, aparece ora como el principal rival de la UE en esa zona de influencia, responsable de genocidio en su propio territorio, ora como un socio inevitable.
Si añadimos el caso particular de los países ricos neutrales de Europa occidental (3), esta cumbre informal permite comprender qué mapa de Europa se puede ir dibujando durante los próximos años. En todo caso, es evidente que la Unión tiene un papel activo que jugar en todos los ámbitos, en particular por la posibilidad siempre abierta de nuevas ampliaciones, pero también a través de diversos modos de asociación con países terceros. Esta es la primera y más importante PESC europea, cuya misión principal debe ser la extensión de la democracia y la defensa de la paz, la estabilidad y los derechos humanos. En ese sentido, sería deseable que el sur del Mediterráneo, la Europa que no es, fuera también considerado como un socio vital.
1): Sobre esta cuestión, ver La Moldavie repoussée vers lEst de Guy-Pierre Chomette in Le monde Diplomatique de enero de 2002 (ver link)
(2) Los países balcánicos que gozan de las ayudas del Pacto de Estabilidad son: Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Macedonia, Moldavia, Rumania y Serbia-Montenegro. (ver link a la página oficial del Pacto)
(3) Suiza, Islandia, Noruega y Lieschtenstein, reunidos en la Asociación Europea de Libre Cambio (AELC)