Agárrate al michelín
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Fernando Navarro SordoLlega la primavera y la clásica “Operación bikini”. Las faldas se acortan y todos lo comentan: cómo quitarse los kilitos de más de los polvorones y las panzadas invernales. En la eterna desigualdad de sexos, los hombres se escaquean echando mano de símiles poéticos. Los franceses e italianos llaman al flotador que nos sale sobre las caderas “asas de amor” (Poignées d’amour en francés y maniglie dell'amore en italiano). Lo mismo dicen los británicos cuando hablan de love handles. La grasa acumulada en las caderas toma la forma de las asas de una vasija. ¿Pero por qué de amor? Pues bien, por que nos permiten asirnos a ellas en momentos de apasionamiento amoroso. Los alemanes, que no tienen piedad en cuestiones de tejidos adiposos, usan una expresión más pragmática para el barrigón de los hombres: bierbauch, es decir, “barriga cervecera”. Los ingleses prefieren para el caso una metáfora culinaria: potbelly o “vientre de cacerola”. Los franceses recurren a símiles pasteleros y prefieren decir que tienen una brioche en el vientre. Para las féminas, los ingleses suelen decir to have a bun in the oven (“tener un panecillo en el horno”), pero es sólo para las embarazadas. Después de parir, los teutones acostumbran a llamar a los redondeles conservadas por la mamá por el término baby speck (“tocino de niño”). Ya en inglés, se usa también spare tire (“rueda de repuesto”) ahí donde los españoles decimos desde siempre michelín, haciendo referencia a la mascota de la marca francesa de neumáticos Michelín.
Translated from Poignées d'amour