Acoso sexual en Edimburgo: el lobo anda suelto en el campus
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Emanuel Nevárez PagánLa Universidad de Edimburgo se convirtió oficialmente a finales de 2013 en "feminista". Pero ¿cuáles son los medios disponibles para aquellos que luchan contra el hostigamiento sexual en el campus? Es allí en el recinto, entre la cutura "lad", Robin Thicke y una gran ignorancia, que se investiga, donde el combate aún no ha ganado terreno...
En EUSA, la asociación de estudiantes de la Universidad de Edimburgo, se votó a finales de 2013 de forma unánime por una moción de "feminist society" (sociedad feminista), una decisión completamente justificada si se tiene en cuenta que meses más tarde una investigación llevada a cabo por EUSA reveló que una estudiante interrogada había sido ya víctima de hostigamiento sexual. Según la investigación, el 61% de las 781 estudiantes interrogadas admiten haber cambiado su comportamiento en la ciudad a causa de un sentimiento de inseguridad. Las cifras son alarmantes, pero ¿por qué las estudiantes de Edimburgo están verdaderamente preocupadas? Si bien las cifras revelan un verdadero problema, para los defensores de los derechos de las mujeres es difícil identificar claramente las causas de éstas y movilizar así a los estudiantes.
"Pienso que soy bastante afotunada por no haber experimentado ningún acoso sexual, pero sería muy ingenuo de mi parte decir que no existe este tipo de problema", reconoció Caterina, de 21 años y estudiante de lingüistica. Sentada en un sofá del pasillo principal de la universidad, ha querido compartir su experiencia de cuando trabajaba como camarera en uno de los bares estudiantiles en la capital, a dos pasos del recinto universitario: The Hive ("La Colmena" en castellano). Allí, Caterina no era tratada como la reina de las abejas: "Escuché por parte de los clientes comentarios vulgares desde el otro lado de la barra: Grupos de muchachos que comentan acerca de tu figura, haciendo también comentarios sexuales indirectos desde la barra". El mismo establecimiento ha recibido múltiples quejas de hostigamiento sexual por parte de clientes, particularmente una en la página de su Facebook, eliminada más tarde.
Realidad de la cultura del 'Lad'
Para las feministas que luchan contra el acoso sexual, este comportamiento se resume en tres palabras: la cultura lad. Un fenómeno de extrema masculinidad y lleno de sexismo, homofobia y de mucho alcohol entre los jóvenes estudiantes, sobretodo en el ambiente deportivo, desde el fútbol hasta el rugby. El término "lad" es se define por la actitud del joven que piensa que para ser popular hay que cosificar al sexo opuesto. Este es un estereotipo muy común entre los estudiantes. Natalia tiene 22 años y estudia filosofía y política. Ella describe esta cultura como una voluntad de "poder" causada por una "presión por lucir la virilidad" que, a su vez, "permite a los hombres no sentirse responsable de sus actos, legitimizando así el abuso".
"Es una terminología que designa un comportamiento", afirmó Stacey Devine de la organización NUS Scotland (Unión Nacional de Estudiantes, sindicato universitario de Gran Bretaña). Ella, que se describe como una "gran feminista", lamenta la banalización del pensamiento "lad", bien ilustrado por grupos de Facebook como Uni Lad que inundan de fotos y chistes explícitamente sexistas: "estos comentarios son vistos como bromas inofensivas. Pero la ligereza con la cual se toma esta actitud demuestra la normalización de esta cultura. Y ésta influencia así a los hombres". Sara Moffat es miembro de la rama feminista de EUSA. Ella reconoce que la cultura "lad" es difícil de definir, sin embargo, es un comportamiento que afecta a una gran multitud. "Nosotras, las feministas, utilizamos el término 'patriarcado' para hablar del sexismo, pero dentro de un marco estudiantil, el término 'lad' está definitivamente más adaptado y a su vez es inmediatamente entendido en todo el recinto", indicó. "Las cifras muestran que el hostigamiento sexual va dirigido particularmente hacia las estudiantes del campus y que está causado por esta cultura que incita a los jóvenes a ser sexualmente agresivos", añadió.
Acerca de las nights out, los hechos hablan por sí mismos. Un viernes por la noche, tras el periodo de exámenes finales, un gran evento que reune miles de personas es organizado en el campus. David, el organizador que vela por el buen desarrollo del evento, nos habla de 3 quejas de hostigamiento sexual recibidas cada semana, todas ellas producidas durante las noches del viernes. En pocas palabras, se refiere a los grandes grupos de "jóvenes fútbolistas", presentes durante este tipo de eventos, que "se creen intocables".
Feministas muy serias, pero ¿son tomadas con seriedad?
EUSA fue la primera asociación feminista en prohibir en la Universidad de Edimburgo la canción Blurred Lines de Robin Thicke, una exitosa canción del año 2013, con una letra que según Stacey Devine la convierten en un "homenaje a la violación". En ésta se habla de la muchachas como "animales para domesticar", que hay que darles algo bastante grande para "separar sus nalgas en dos" y sobretodo, que los autores e intérpretes "saben que ellas lo quieren así". La prohibición fue una acción lógica para la primera asociación feminista en el Reino Unido, pero muy mal entendida por parte del estudiantado, lo que ha ocasionado opiniones diferentes.
"Nadie a prestado atención en el campus", indicó Amy, una estudiante de medicina de 20 años. "Existen también otras canciones que son terribles hacia las mujeres", destacó. Su amigo Oscar opina que "no importa qué canción se escuche durante las noches estudiantiles, éstas tendrán los mismos mensajes, es mucho ruido para nada". Inés, estudiante de economía de 19 años, piensa que "los estudiantes no son ignorantes, saben lo que se esconde en esta canción". Esto que sorprende a Natalia: "Sí, esta prohibición habría quizás debido hacerse a través de una consulta en el seno universitario. Pero ésta ha permitido a los estudiantes tomar consciencia de la gravedad de estos mensajes, los cuales propagan la absurda idea de que 'no' no significa realmente 'no'. Decir que los estudiantes pueden pensar por ellos mismos es demasiado pasivo ya que la actitud específica representada por la canción debe ser tomada con gran seriedad". Pero para ella, quien está de acuerdo con las ideas de las feministas de EUSA, hay un problema en el modo de actuar de esta organización. "Utilizan un tono demasiado agresivo y muy poco pedagógico. Eso favorece la imagen que mucha gente tiene de unas feministas histéricas". Es por eso que la mayoría de las jóvenes han decidido no asistir a sus eventos, "yo no le veo realmente la utilidad", nos confiesa Amy. Asimismo, n admite que no puede unirse a la organización porque le "reprocharían por no ser lo suficientemente activa, estoy segura de eso".
cultivar la sociedad
Sin embargo, las feministas de las asociaciones estudiantiles piensan que nada más que a través de acciones concretas que el hostigamiento sexual puede disminuir. Stacey Devine, quien piensa que la educación es la base de cualquier cambio, propone con la NUS Scotland cursos de formación en el seno de las universidades para cambiar las mentalidades e incitar a los estudiantes a intervenir cuando éstos sean testigos de cualquier hostigamiento, y promover también la igualdad entre los sexos. El programa se titula Get Savvy ("Sirve de ejemplo"), y está dirigido a personas de ambos sexos. El año pasado, Stacey formó a 150 personas, de las cuales un tercio eran hombres. Su objetivo: hacer de esta formación un requisito obligatorio desde la admisión a la universidad ya que, de momento, ésta se mantiene como una forma de castigo para aquellos estudiantes con malas actitudes. De igual manera, éstos últimos pueden tener que hacer frente a sanciones sobre sus resultados académicos y se les puede prohibir la entrada a las noches estudiantiles.
Sara Moffat está convencida de que este método "es el más eficaz" aunque sea "difícil de evaluar el progreso del estudiante con respecto al acoso sexual". "Hemos tenido un aumento de quejas desde que se publicó la investigación, pero esperamos que esto se deba ya a que las mujeres ahora se atraven a hablar más y no a que hayan aumentado los casos de acoso sexual", explicó ella. Pero si la cultura machista de los "lads" es un perfecto chivo expiatorio que refleja los problemas del acoso sexual en la sociedad, las feministas de las diferentes asociaciones no tienen ningún temor de llevar su mensaje fuera de ámbito universitario. "Hace falta cambiar estas actitudes y la sociedad patriarcal en la cual se han refugiado", indicó Stacey con gran énfasis. "La verdad es que los hombres nacen con este privilegio que aparentemente les da el derecho de dictarle a las mujeres cómo deben comportarse", continúa. Con todo, son grandes las ambiciones pero poco el apoyo por parte de los estudiantes. Quizás esto se deba a que el sistema de castigo refuerza la idea de un feminismo "histérico", o quizás a que se trata, como se ya se ha mencionado, a una falta de pedagogía. Lo que sí es seguro es que antes de cambiar la sociedad hará falta -en el campus de la Universidad de Edimburgo - cambiar la imagen de las feministas.
Este Artículo forma parte de una edición especial dedicada a Edimburgo y realizada en el marco del proyecto EU in motion iniciado por Cafébabel con el apoyo del parlamento europeo y de la fundación hippocrÈne. Encuentre pronto todos los artículos en la página de la revista.
Translated from Harcèlement sexuel à Édimbourg : le loup sur le campus