¿A rey muerto, rey puesto?
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Santa Cruz de Tenerife (España), julio de 2006.
Visitando Tenerife en julio, me encontré con este crucifijo y no me lo podía creer. Tras 2006 años de veneración a Cristo Rey, ahora es el turno del rey de las hamburguesas. No me pude resistir a inmortalizar el grotesco efecto. No es que me afecte directamente -pues no soy creyente-, pero dejando esa pared sin su marca, los propietarios del local de comida rápida habrían demostrado que no sólo les mueve el dólar y el empecinado orgullo de decir “esta pared es mía y pongo lo que quiero”. ¡Seamos más sensibles!