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A pesar del coronavirus, Berlín sigue siendo Berlín

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Es habar de Berlín y nos vienen a la mente sus sitios alternativos y sus discotecas de moda. Un verdadero cliché que el coronavirus está poniendo a prueba: a mediados de marzo, bares, restaurantes y clubes tuvieron que cerrar sus puertas en un intento por contener la pandemia. Pero los jóvenes berlineses están lejos de sentirse abrumados y no carecen de creatividad para encontrar nuevas formas de socializar y divertirse.

Cuando llegué a Berlín hace unos meses, imaginaba que saldría de fiesta tres veces por semana, bebería mucha cerveza, tomaría todo tipo de drogas y bailaría hasta el amanecer. Pero todavía no había oído hablar del coronavirus. El 14 de marzo, los bares y clubes tuvieron que cerrar. Una semana después, se prohibieron las reuniones de más de dos personas, durante un mes.

Si bien se tomaron medidas similares en otros lugares de Alemania y muchos otros países afectados por la pandemia, el cierre nocturno de todos los lugares de fiesta fue un verdadero golpe para los berlineses. Felix Raphael, un joven DJ, puede dar fe: la crisis le ha golpeado duro, tal y como me explica en su apartamento, que también sirve como estudio de grabación. "El virus ha llegado en el peor momento posible", suspira. Tras pasar el invierno componiendo, tenía prevista una serie de conciertos en abril. Todos cancelados. "Por supuesto, no se trata solo de mí. El coronavirus está matando toda la industria de eventos. Pero es particularmente difícil para artistas como yo porque nuestra música no nos aporta casi nada, es en las actuaciones cuando ganamos dinero", explica antes de poner una canción de electrónica para distraerse.

El Senado de Berlín liberó fondos para ayudar particularmente a los artistas, de los que Felix se ha podido beneficiar. El banco de inversión de Berlín y el gobierno alemán también han puesto en marcha programas de ayuda inmediata, pero el DJ duda de que esto sea suficiente a largo plazo. Mientras tanto, actúa regularmente en vivo en Facebook y Youtube a través de plataformas como 3000grad. "Realmente no hay otras posibilidades", dice. "El problema es que cualquiera puede encender su cámara web y actuar en vivo en las redes sociales, por lo que es difícil destacar". Felix basa su trabajo en la interactividad: graba cada sonido uno tras otro y luego los repite de acuerdo con el concepto de live looping, con lo que el público puede ver cómo nace y se desarrolla cada pieza. Aun así, no tiene nada que ver con la sensación de un concierto real: "Es un poco extraño actuar solo para personas que no puedes ver. En concierto podemos interactuar con el público, en este caso no. ¡Pero es bueno saber que hay personas de todo el mundo bailando mi música al mismo tiempo!".

En Berlín, muchos artistas han optado por la misma solución. La plataforma United we stream transmite DJs en vivo todas las noches en cooperación con la cadena de televisión Arte y ha lanzado una campaña de recaudación de fondos para apoyar a unos 280 clubes de Berlín. Aunque las horas son un poco inusuales (desde las 7 de la tarde hasta la medianoche), la iniciativa está teniendo cierto éxito: cada uno de sus videos tiene varias decenas de miles de visitas en Youtube y ya se han recaudado más de 400,000 euros.

Para acompañar estos conciertos en línea, mis compañeros de piso han desarrollado una fórmula bastante efectiva: con el DJ de fondo, pedimos cócteles a los pocos bares que ofrecen bebidas para llevar. Es el mismo proceso que para las pizzas o hamburguesas: pedimos en el sitio web del bar y decidimos si queremos que nos entreguen los cócteles a domicilio o recogerlos nosotros mismos. Las bebidas llegan ya mezcladas en botellas pequeñas o en frascos de mermelada, acompañadas de pequeñas bolsas llenas de cubitos de hielo, y adornos (hojas de menta, ralladura de limón, etc.). Lo suficiente como para pasar una noche casi normal mientras apoyamos económicamente a nuestros bares favoritos.

Más sueño y menos gasto

Porque los bares y restaurantes también se ven afectados por la crisis. La situación preocupa a Andrew Cottrill y Tom Taylor, respectivamente editor en jefe y colaborador del blog de habla inglesa Berlin loves you, quienes antes de la pandemia pasaban las tardes probando nuevos restaurantes, charlando en bares y asistiendo a conciertos. "Si los pequeños negocios cierran, la cara de Berlín cambiará para siempre", lamenta Andrew. "Temo que mis lugares favoritos no vuelvan a abrir".

Aun así, el covid-19 no ha cambiado tantas cosas de la vida social de los dos bloggers: "¡seguimos tomamos cocacola, pero ahora con pajitas diferentes!", bromea Andrew. Para él, la crisis actual es "una oportunidad de encontrar nuevas formas de disfrutar la vida: sentarse en un parque y tomar cervezas baratas con amigos". Desde el 22 de abril, se permiten nuevamente reuniones de menos de 20 personas en Berlín. Es en el parque Görlitzer, con una cerveza en la mano, donde me cuentan cómo es su nueva vida. Y están lejos de ser los únicos que aprovechan el buen clima para ver a sus amigos: el parque está lleno y la policía se asegura de que se respeten las distancias de seguridad. Tom ve varios aspectos positivos en estos nuevos hábitos: cuando compra cerveza directamente en las tiendas y no en bares, ahorra dinero. Y como las noches de abril no son muy calurosas en Berlín, llega a casa más temprano y duerme más.

Los berlineses están perdiendo la costumbre de ir a bares, y Andrew teme que cuando puedan abrir, muchas personas no quieran volver a ellos: "Llevará un poco de tiempo acostumbrarse a pagar 3,50 euros por una pinta. Y me temo que los precios subirán para compensar todas las pérdidas". Después de un sorbo de cerveza, Tom añade: "De todos modos, si los bares vuelven a abrir este verano, todos estaremos fuera para aprovechar el buen tiempo, nadie querrá encerrarse en un espacio cerrado lleno de humo".

En cuanto a mí, también me estoy adaptando. Cuando no estoy bailando en mi sala de estar en un concierto de Felix o bebiendo cerveza al sol con Andrew y Tom, mis compañeros de piso me han apuntado a un campeonato de cerveza-pong en línea con sus amigos. Las reglas son simples: acierta a meter tu pelota de ping-pong en uno de los vasos de agua colocados en el otro extremo de la mesa. Por cada vaso alcanzado, el oponente debe beber un trago de cerveza. ¡Nos conectamos en Skype con los otros participantes y el juego puede comenzar! Al ritmo de dos veces por semana, el compañero de cuarto comienza a alcanzar el nivel de experto en beer-pong (y en cerveza de Berlín). Todo lo que queda es esperar a que la vida reanude su curso habitual para competir con nuestros más feroces adversarios.


Foto de portada: Flickr © Enno Lenze

Translated from Malgré le coronavirus, Berlin reste Berlin