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"A Europa la judeofobia le ha estallado en la cara"

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Cafébabel entrevista al intelectual judío Gustavo Perednik, doctor en Filosofía, director de diferentes programas en la Universidad Hebrea de Israel y autor de varios libros sobre el judaísmo y la modernidad.

En su último libro, "Judeofobia", Perednik trata de describir un fenómeno que en su opinión no está suficientemente bien descrito con la palabra "antisemitismo". En esta entrevista expone duramente la supuesta e inconfesada judeofobia europea contemporánea.

Café babel: ¿Se esta produciendo en la Unión Europea una nueva ola de antisemitismo?

Gustavo Perednik: Está recrudeciendo la endémica y milenaria judeofobia europea. No hay "nueva" ola sino exacerbación del viejo e ignorado odio de Europa hacia el pueblo judío. A medida que nos alejamos temporalmente del Holocausto, los europeos sienten menos escrúpulos y quitan el embozo a su judeofobia, ya que de alguna manera les neutraliza sus propias culpas. El judío debe ser presentado como victimario para que implícitamente su largo sufrimiento en las garras europeas, sea entendido.

Israel debe ser comparado al nazismo, para que la pasividad europea frente a los crímenes pase a relativizarse.

¿Hay elementos comunes entre el antisemitismo actual y el antisemitismo que ha azotado a Europa a lo largo de la Historia?

Sin duda, la mitología es muy similar. En el pasado, el pueblo judío era demonizado como confabulador y sanguinario; la religión judía como vengativa y cruel, "superada por la religión del amor". Hoy, "el judío de entre los países", Israel, es igualmente demonizado, como si fuera una teocracia depredadora financiada por un poder oculto mundial, y no como lo que es: un pequeño país que desde que nació sólo lucha por sobrevivir en el medio belicoso, totalitario

y opresor de los regímenes árabes. De los casi doscientos países que hay, sólo al judio de ellos se le exige permanentemente que se disculpe por su mera existencia (igual que al individuo judío en el pasado). Todos los Estados fueron concebidos por movimientos nacionales, pero de éstos sólo el que creó el Estado judío, el sionismo, es presentado como bastardo e ilegítimo.

Durante el medioevo, las voces "judío" y "sinagoga" eran denigradas; hoy Europa ha agregado a ese léxico judeofóbico las palabras "sionismo" e "Israel".

¿Cuál cree que es la causa?¿Qué papel desempeñan en este sentido los medios de comunicación europeos?

La causa son dos milenios de la enseñanza del desprecio al judío, arraigada en Europa, desprecio que hoy se descarga contra el judío como nación. La causa no tiene nada que ver con una hipócrita solidaridad con el pueblo palestino. Los palestinos despiertan en Europa solidaridad sólo cuando Israel puede ser acusado de sus desdichas. Cuando otros regímenes castigan a los palestinos (Jordania, Kuwait, Arafat) los europeos no se inmutan.

La gran pregunta es por qué, de los centenares de pueblos sin Estado (cachemiros, curdos, chechenos, tibetanos, tamiles, ibos, etc.) sólo los palestinos gozan de la solidaridad y el financiamiento de la Unión Europea, aun cuando una buena parte de esa generosidad sólo financia terror y el adoctrinamiento en el odio. La respuesta es que Arafat ha elegido al enemigo perfecto para transformarse en los medios

europeos en un adalid de la justicia. Los actos más degradantes de la condición humana, con los

que el régimen de Arafat azota a su pueblo y al pueblo judío, actos que celebran la muerte y el terrorismo, nunca serían perdonados si los perpetraran otros grupos. Pero cuando las víctimas son judías, para los medios europeos (en general) no hay terrorismo, sino sólo "legítima resistencia". En los medios europeos Israel es culpable aun cuando es inocente, no hay víctimas israelíes ni excesos palestinos. Esos medios son en efecto la cara más visible de la judeofobia actual. Sería muy arduo leer por un mes diarios como por ejemplo "El País", y no sentir judeofobia.

¿Cómo valora la negativa del European Monitoring Centre For Racism And Xenophobia a hacer público su última informe sobre antisemitismo?

A Europa la judeofobia le ha estallado en la cara, y aún se niega a reconocerla: esconder ese informe es parte de la enfermiza negativa general. Es muy incómodo admitir odios propios. Requiere de mucho esfuerzo intelectual y emocional para Europa, reconocer un odio que viene envenenándola por siglos.

¿Cuáles son a su juicio las medidas que desde las Instituciones europeas deberían tomarse para combatir el antisemitismo en Europa?

El antisemitismo o judeofobia, tiene cura. Estamos hoy mucho mejor que hace cincuenta años, doscientos años o mil años. Por lo tanto es mucho lo que podemos hacer para neutralizar el fenómeno. Las medidas que deben tomarse son eminentemente educativas. Debe incluirse en los programas de educación en Europa el capítulo de la judeofobia, de cómo el pueblo judío ha sido demonizado por siglos como réprobo y deicida, y cómo esa demonización se expresa hoy. Ayudaría también que se incluyera en la constitución europea una cláusula de contrición en aras de reconciliar a Europa con el pueblo judío, y que los medios europeos se deshicieran del maniqueísmo que los caracteriza en lo concerniente al Medio Oriente. Pero insisto, lo fundamental es que para superar la judeofobia hay que comenzar en las aulas escolares."