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25-S en Madrid: de cuando el pueblo rugió

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Jorge M.

SociedadPolítica

Comparada con el golpe de Estado de 1981 por miembros del partido de Mariano Rajoy, la convocatoria Rodea el Congreso terminó de la peor manera posible. A los millones de desempleados, los diferenciales en bolsa y los numerosos recortes, hay que añadir dos cifras más: 35 detenidos y 64 heridos. El 25 de septiembre será otra fecha más que destacar en el calendario de una España en decadencia. La crisis que apalea el país es, en origen, política: el hecho de que se cortaran las calles que dan acceso al Congreso de los Diputados con el fin de alejar la protesta es toda una una metáfora de la distancia existente —y probablemente irreversible— entre el Gobierno y el pueblo.

A la carga

Las medidas para dispersar la convocatoria Rodea el Congreso incluyeron varias cargas que tuvieron lugar hasta la madrugada.

 Foto: (cc) Fotomovimiento/Flickr.

Indistintamente

Las primeras cargas policiales contra los manifestantes se realizaron de manera aleatoria.

 Foto: (cc) Fotomovimiento/Flickr.

Juventud crítica

Pese a la represión de los antidisturbios, miles de manifestantes —muchos de ellos, jóvenes— intentaron rodear el parlamento.

 Foto: (cc) Popicinio_01/Flickr.

Sin miedo

Una mujer graba con su teléfono a los antidisturbios.

 Foto: (cc) Fotomovimiento/Flickr.

El pueblo unido

El conjunto de la sociedad española —independientemente de su edad, sexo y/o posición social— salió a las calles para clamar contra el déficit democrático.

 Foto: (cc) Fotomovimiento/Flickr.

Desobedencia civil

Sentado y con un cartel en el que se lee “No”, un joven hace frente a los policías que impedían el acceso a la Carrera de San Jerónimo, donde se sitúa el Congreso de los Diputados.

 Foto: (cc) Fotomovimiento/Flickr.

Afluencia

Miles de manifestantes se congregaron en la plaza de Neptuno de Madrid. Allí se encontraron con una sólida barrera policial que les impedía alcanzar el Congreso.

 Foto: Alberto Palma/Flickr.

“Se vende mi futuro”

La diversidad de carteles que se exhibieron probaron que, pese a la delicada situación que se vive en España, la ironía fue una de las mejores aliadas de los manifestantes.

 Foto: José Ramón Otero Roko/Flickr.

“Estas son nuestras armas”

Manifestantes muestran las palmas de sus manos con el fin de remarcar el carácter pacífico de la protesta.

 Foto: (cc) Popicinio_01/Flickr.

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