Comparada con el golpe de Estado de 1981 por miembros del partido de Mariano Rajoy, la convocatoria Rodea el Congreso terminó de la peor manera posible. A los millones de desempleados, los diferenciales en bolsa y los numerosos recortes, hay que añadir dos cifras más: 35 detenidos y 64 heridos. El 25 de septiembre será otra fecha más que destacar en el calendario de una España en decadencia. La crisis que apalea el país es, en origen, política: el hecho de que se cortaran las calles que dan acceso al Congreso de los Diputados con el fin de alejar la protesta es toda una una metáfora de la distancia existente —y probablemente irreversible— entre el Gobierno y el pueblo.