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2010: cuenta atrás para salvar la biodiversidad europea

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Política

Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en algunos países europeos ya ha desaparecido hasta el 24% de las especies de mariposas, aves y mamíferos.

785 especies de flora y fauna de todo el mundo ya se han perdido; 1.000 se encuentran a un paso de la extinción y 17.000 están gravemente amenazadas. Son datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, quien advierte que, de seguir así, para 2020 un tercio de la biodiversidad mundial habrá desaparecido. Con la mirada puesta en 2010, fecha en que la UE espera haber puesto freno a la creciente pérdida de biodiversidad en sus Estados miembro, cafebabel.com baja al terreno y analiza junto a la Fundación Gypaetus, responsable del proyecto LIFE “Acciones para la reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía”, las prioridades comunitarias para evitar que el precario equilibrio natural entre el Hombre y las demás formas de vida se rompa del todo.

Presión demográfica, urbanización salvaje, industrialización, cambio climático, sobreexplotación de los recursos, prácticas cinegéticas ilícitas o aumento de las especies exóticas invasoras han ido poniendo en jaque la supervivencia de muchas especies autóctonas como el quebrantahuesos, una espectacular ave carroñera habitual hasta el siglo pasado en las cordilleras europeas y que llegó a quedar confinada en tres pequeñas zonas de Pirineos, Córcega y Creta.

LIFE is life

En 2004, la Fundación Gypaetus, entidad privada sin ánimo de lucro que trabaja por la conservación del patrimonio natural y el paisaje de Andalucía, obtuvo financiación europea a través del programa LIFE para un proyecto de apoyo a la reintroducción del quebrantahuesos en esta región española, de donde la especie había desaparecido en los ochenta. Gracias a este proyecto, cuyo presupuesto es de 1,5 millones de euros, los cinco jóvenes quebrantahuesos que desde 2006 surcan de nuevo los cielos andaluces, lo hacen con mayores probabilidades de supervivencia. Un pequeño éxito si atendemos a la magnitud del problema a escala mundial, pero un paso importante para demostrar que el desastre aún puede evitarse.

“Aunque la UE ha legislado en materia de biodiversidad desde los setenta, hasta 2001 no puso en marcha una estrategia específica. Frenar la pérdida de biodiversidad se convertía por primera vez, en un objetivo político de primer orden. Y por primera vez, además, se ponía una fecha concreta: el año 2010”, explica José Eugenio Gutiérrez, coordinador de proyectos de la Fundación Gypaetus.

“Ya no es sólo una cuestión de responsabilidad de conservar nuestro patrimonio biológico como legado para las generaciones futuras, sino que con la extinción de cada nueva especie, nuestro entorno pierde estabilidad, se debilita y perdemos un activo para nuestra propia supervivencia”, añade. “Si protegemos al quebrantahuesos y su hábitat, también beneficiamos a las demás especies, incluido el hombre. La naturaleza nos ofrece servicios como la regulación del ciclo del agua o el clima, indispensables e insustituibles”.

La UE se pone en marcha

Consciente de esta importancia, en mayo de 2006, la Comisión Europea presentó un plan de acción con 150 medidas concretas que además de reforzar la actual red de espacios protegidos, Natura 2000, hacen hincapié en la importancia del trabajo conjunto entre poderes públicos y los sectores financiero, educativo y privado.

El proyecto de Gypaetus se enmarca en esta filosofía de trabajo. Por un lado promueve las redes trasnacionales de colaboración y, por otro, apuesta por la divulgación y la sensibilización como armas preventivas. “Desde el primer momento, hemos querido contar con el asesoramiento de otros organismos internacionales como el Endangered European Programme, que coordina los centros de cría en cautividad, o la Foundation for the Bearded Vulture, responsable del programa de reintroducción en los Alpes”, explican en la Fundación. “Para nosotros, tan importante como obtener resultados es difundirlos y compartirlos, no sólo a nivel científico, como nos gustaría empezar a hacerlo pronto con los responsables de la población de quebrantahuesos en el Atlas marroquí, sino también entre la población. Y es que conservar lo desconocido es simplemente imposible”, apostilla Gutiérrez.

¿Exagerar para concienciar?

Una mayor coherencia política, una financiación más ágil y dinámica, divulgación y cooperación, parecen ser las claves para hacer frente común ante un problema que, según el secretario ejecutivo de la Convención para la Biodiversidad Biológica de la ONU, Ahmed Djoghlaf, ya es “la mayor ola de extinciones después de la desaparición de los dinosaurios”. -¿Una exageración? -“Tal vez ahora mismo sí, pero si no hacemos algo para revertir la tendencia, las consecuencias serán desastrosas. La conservación es tarea de todos: es nuestro propio futuro lo que está en juego”, afirma José Eugenio Gutiérrez.

Hoy, 11 de marzo de 2008, faltan 661 días para 2010. ¿Llegaremos a tiempo?

Observe durante unos minutos qué quieren salvar en la Fundación Gypaetus