Europa, la discreta revolucionaria
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Hay momentos en que podemos dudar, momentos en que las convicciones nos ciegan. Es en esos momentos cuando la tentanción es capaz de caer en el cinismo y el relativismo. En ocasiones Europa nos decepciona. Es demasiado lenta, demasiado débil y muy poco visible. Nos gustaría que sucediese un ¡boom !
Cualquier acción que llamase la atención a la gente: aquí está el modelo del nuevo milenio, veamos como poder salir de los viejos esquemas de poder, de las jerarquías estancadas, de los antiguos mitos.
Pero este momento parece que nunca llega. Nada de dramas, la Unión continúa y nosotros nos desesperamos con su discreción.
Pero a través de este gris difuminado, se disipan las brumas de la indecisión y surgen signos que nos permiten mantener la esperanza. Pequeños cambios, impresiones apenas visibles para el ojo humano. El pasado 26 de febrero El Consejo de la Unión Europea (vulgarmente designado como Consejo de ministros) lanzó la iniciativa tecnológica conjunta de crear una pila de combustible de hidrógeno (ITC). ¿De qué se trata ? Estamos ante un proyecto que pretende reforzar la investigación en nuevas formas y ahorro de energía cuya ventaja principal es la emisión únicamente de vapor de agua. La mayor desventaja es que cuesta una fortuna.
ITC, une empresa conjunta que hay apoyar
Con esta iniciativa se pretende alcanzar una solución comercialmente viable de cara a equipar los vehículos con este tipo de pilas. Parece no estar presente la problemática del calentamiento global despertando gran interés entre el público por vehículos que sólo emitan vapor de agua.
Dicha iniciativa debe ser apoyada por todos. Pero lo más interesante es la estructura escogida. Es la idónea teniendo en cuenta la ambición del proyecto. ITC será una gran empresa cojunta, es decir, una empresa cuyos socios serán, de una parte, la Comisión Europea, y de la otra, una asociación de representantes de las empresas del sector. El organismo así concebido distribuirá los fondos y coordinará los proyectos de investigación, lo que permitirá evitar al máximo la dispersión en la financiación. La Comisión va a inyectar 470 millones de euros en el proyecto y las empresas deberían invertir otro tanto, o eso es lo que desearíamos...
¿Qué interés despierta esta organización ?
Realmente se podrá concentrar la financiación pública y privada. Pero sobre todo, este modelo de partenariado público-privado permite combinar la investigación de interés general y el progreso del conocimiento con la eficacia de las empresas privadas. Y pasar de posturas estériles entre los organismos públicos de investigación y las empresas ante la falta de beneficios. Para aquellos que temían las disolución de los poderes públicos dentro de la lógica privada, claramente es la Unión Europea la que toma la iniciativa y no la industria, prestando todo su apoyo al sector privado para desarrollar un proyecto que consideran necesario para el futuro del continente. El partenariado público-privado no implica el abandono de la responsabilidad política, como afirman los denominados progresistas, pero que sólo adoptan posiciones conservadoras. Se trata simplemente de la idea de que el interés general se encuentra mejor atendido por una acción pública más eficaz y más flexible.
Una respuesta europea frente al calentamiento global
Mantengamos las distancias, miremos todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor en cuestiones medioambientales y de calentamiento global. Pues sí, el peligro es grande pero dicha amenaza nos incita a ser más creativos, a revisar los comportamietnos y las estructuras de poder y todo lo que da valor a nuestra sociedad. El pavor medioambienteal transforma nuestra organización social, probablemente para mejorar. Y tengo la convicción absoluta de que la Unión Europea es la mejor herramienta para reconducir el cambio social.
Alexis Brunelle
Traducción: Alexandra Carrera