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He probado la app francesa para rastrear el covid: ¿sirve para algo?

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El 2 de junio, el gobierno francés lanzó la aplicación StopCovid. La app pretende rastrear las cadenas de transmisión entre individuos para aislar nuevos casos y limitar la propagación del virus. Tras dos meses en funcionamiento, nos preguntamos: ¿ha servido para algo?

Nos instalamos la app en el teléfono y entramos. Lo primero que vemos es una interfaz con una estética tranquilizadora y que inspira transparencia. Antes de la activación, varios recordatorios me dicen que cumplo con la normativa europea sobre protección de datos personales (RGPD). Me cuentan en detalle cómo funciona la aplicación, cómo se intercambian los datos y dónde se almacenan (teléfono y servidor del Ministerio de Salud). En ningún momento debo dar mi nombre, mi número de teléfono, fecha de nacimiento y otras informaciones médicas.

Cada día, los usuarios reciben un seudónimo aleatorio y temporal que constituye su "historial de proximidad". En realidad, el único momento que requiere que realice una acción es cuando tengo que certificar que no soy un robot y completar el captcha, un sistema que permite diferenciar a un usuario humano de una computadora. Luego activo mi conexión bluetooth, necesaria para la transferencia de datos, y listo. Me meto el teléfono en el bolsillo, y salgo a recorrer las calles de Toulouse.

Stopcovid
Captura de pantalla de la app Stopcovid

¿Qué pasa si te diagnostican como infectado? Tendrás que declararlo oficialmente. Para hacerlo, solo tienes que escanear el código QR que te envían las autoridades si has dado positivo en el test. Por suerte para mí, la experiencia no me ha permitido utilizar esta función de momento.

Una herramienta poco usada

La aplicación actualmente suma alrededor de 2 millones de descargas, combinando las plataformas de Apple y Android. Es el equivalente al 3% de la población francesa (la app alemana ha tenido algo más de acogida y ronda los 15 millones de descargas. Diversos expertos consideran que la aplicación es "efectiva" solo si al menos el 60% de la población la utiliza.

El impacto inicial no cumple con las expectativas del gobierno, pero tampoco se debe pasar por alto la importancia de estas cifras. El gobierno insiste en el hecho de que "desde las primeras descargas, [la aplicación] evita enfermos, hospitalizados y muertos", especialmente en casos de bodas o reuniones familiares, que se convierten en un grupo epidémico suficiente para provocar un aumento de contagios en ciertas regiones.

Si bien la aplicación tiene puntos positivos como su interfaz, algunos especialistas digitales dicen tener ciertas reservas. La Quadrature du Net, una asociación para la defensa de los derechos y libertades de las personas en internet, reveló que la app usa una herramienta de Google, después de que se publicara el código fuente de la aplicación. El famoso captcha que hay que rellenar al activar tu perfil.

La presencia de este elemento extraño dentro de StopCovid implicaría el envío datos a los servidores de Google, poniendo así en entredicho las afirmaciones de las autoridades, que aseguraban que todos los datos se almacenan en servidores localizados en Francia. Un soplón que ha empañado la campaña de comunicación del gobierno sobre su completa soberanía digital.

Por su parte, Gaëtan Leurent, investigador francés en criptografía del Instituto Nacional de Investigación en Informática y Control de Francia (INRIA), demostró que la aplicación la aplicación envía datos a varios metros de distancia, en lugar del metro anunciado oficialmente. Después de sus pruebas, también añadió: "StopCovid envía una gran cantidad de datos al servidor que no tienen ninguna relevancia al rastrear la propagación del virus, pero que representa un peligro real para la privacidad". Por el momento, es difícil decir qué información se está comunicando realmente o no. En cualquier caso, la aplicación permite borrar estos datos con un clic. También se eliminan automáticamente después de 14 días.

Obstáculos y más obstáculos

Si todavía hay dudas sobre la técnica, tal vez una enésima explicación radique en su uso real. Para que la app detecte a un posible infectado, se deben dar una gran cantidad de circunstancias. Primero, dos personas necesitan tener un smartphone (aproximadamente el 77% de la población, el 44% de las personas mayores de 70 años). Con descargarte la app no es suficiente, también tienes que haber activado StopCovid y autorizar las comunicaciones bluetooth. Después, según las autoridades, las personas deben permanecer cerca unas de otras durante al menos 15 minutos para registrarse como potencialmente contaminadas. El bluetooth también debe funcionar correctamente, lo que ocurre entre el 70 y el 80% de los casos, según el secretario de Estado para asuntos digitales, Cédric O.

Más allá de estas consideraciones técnicas, para obtener la autorización de declararse "enfermo" a través de la aplicación, una persona debe haber recibido una prueba PCR positiva. En conjunto, la cantidad de requisitos requeridos combinados con las probabilidades establecidas reduce las posibilidades de detección. La prueba que he hecho para este artículo aún no ha permitido que se genere ninguna alerta, aunque la llevé a cabo en diversos entornos y contextos. Durante tres semanas, pasée por cafeterías y restaurantes, salí a caminar por zonas urbanas, fui de compras... Es difícil decir en esta etapa si los contactos fueron demasiado breves, demasiado distantes o simplemente que ninguna persona afectada declarada en la solicitud estaba cerca. El experimento se llevó a cabo en Toulouse, la cuarta ciudad más poblada de Francia, pero es cierto que lejos de las principales del país.

A pesar de las implicaciones para la privacidad de las personas y los problemas técnicos, el gobierno no consideró en ningún momento llevar la iniciativa a debate parlamentario. En Marche, el partido del presidente Emmanuel Macron, llegó a oponerse literalmente a tal debate. Los precursores del proyecto en el Gobierno francés - el secretario de Estado Cédric O y el ministro de Sanidda, Olivier Véran - no han cesado de tratar de promover las bondades de la app StopCovid, pero la idea no ha calado igual en el resto de partidos del parlamento francés: parte de la oposición denunció que la aplicación recoge datos no confidenciales o incluso que guarda fraudulentamente los contactos telefónicos de los de los usuarios. El gobierno ha negado que esto último sea así, pero no ha conseguido convencer a los críticos.

Tras varias peticiones, el CNIL, órgano público que vela por que se cumplan las normas de protección de datos, emitió un informe favorable a la aplicación. Eso sí, el CNIL mostró al principio algunas reservas sobre la confidencialidad de los datos. Sin embargo, en su informe del 25 de mayo, aseguró: "la aplicación StopCovid no conducirá a la creación de una lista de personas infectadas, sino simplemente una lista de contactos entre seudónimos, respetando así el concepto de protección de datos".

Una efectividad limitada

Mi conclusión sobre StopCovid es que su efectividad es limitada. Desde el punto de vista del usuario, parece perfectamente operativa. Eso sí, el uso permanente del bluetooth obviamente afecta el rendimiento del teléfono y la batería se agota un poco más rápido. Por otro lado, no observé errores importantes durante el experimento. El secretario de Estado, Cédric O, ha dicho públicamente que "tal proyecto normalmente habría requerido un período de desarrollo de uno o dos años". A pesar de que en el proyecto han participado grandes empresas como Orange, Francia tiene poca experiencia con fenómenos similares comparada con países como China o Corea (hay que recordar el episodio de SARS de hace unos pocos años), y seguramente una población más reticente a la hora de usar estas apps.

En cualquier caso, la batalla aún no ha terminado, y el gobierno francés parece estar aprendiendo de sus errores. Hace poco inicio una campaña bug bounty, una especie de búsqueda del tesoro de fallos en la que han participado una gran cantidad de "piratas informáticos éticos" de diferentes ámbitos. Esta práctica, bien conocida en el mundo de la ciberseguridad, suele ser extremadamente positiva porque permite rastrear problemas persistentes y otros defectos, y por lo tanto hacer que la aplicación sea más funcional y, sobre todo, más segura.

La estrategia del gobierno se está desplazando hacia la utilidad a largo plazo. La herramienta seguirá funcionando durante una posible segunda ola. Sin embargo, el carácter semi-permanente que tendría no contenta a algunos. "¿Todo lo que es técnicamente posible es deseable?", se pregunta el líder de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon. La proliferación de formas de estado de emergencia, así como el acercamiento cada vez mayor entre las empresas privadas y públicas están promoviendo el surgimiento de una economía de "distanciamiento físico", promovida por los mismos actores que ayer decían luchar contra el terrorismo. Acciones como la detección de máscaras que ha realizado la autoridad de los transportes públicos de París, o la medición de temperatura por cámara térmica son ejemplos de que hay que seguir de cerca estas tecnologías en nuestras democracias.


Foto de portada: Célia Péris

Story by

Florent Jourde

Ingénieur cyber sécurité. Passionné de philosophie politique, de musique et de cinéma.

Translated from J'ai testé l'application StopCovid