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Zagreb, revolución y Kosor... una generación que crece deprisa

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Sociedad

Infectados por la corrupción y desbordados por la incompetencia política, croatas de todas edades y condiciones abroncan desde hace meses a un gobierno sin voz. A la luz de una revolución en Facebook, los jóvenes buscan un futuro mejor. Periodistas y estudiantes croatas nos dibujan un retrato bajo la influencia de la virulencia de un país que se ha balcanizado.

A continuación, damos un paseo por los rescoldos políticos de Zagreb.

Todo comienza alrededor de un sabroso burek. Mientras caminaba por las calles de Zagreb engullido por la miseria local, coincido fortuitamente con un hervidero de gente, rodeado por un enjambre de cámaras. Con cierta ingenuidad, me hago pasar por un turista para recoger algo de información, y al mismo tiempo enterarme de que se cuece. La procesión, compuesta inicialmente por un centenar de personas, crece a una velocidad vertiginosa y una horda revolucionaria ayudada por sus equipos megáfonos jadea todo tipo de consignas, entre la que destaca un lema inquietante. "En la calle, con nosotros", resuena en los tímpanos de la muchedumbre que fluye en lo que parece los albores de una revuelta popular. Pero la manifestación refleja quizá más el aspecto de un día de fiesta nacional que una ola de protestas y basta observar a los integrantes de la marcha: jóvenes, viejos, hombres, mujeres embarazadas desfilan por las calles. Los vendedores de silbatos hacen su agosto como no lo hacían desde la caída del muro de 1989. Hasta que veo un rótulo portado por un señor, que supera con creces los ochenta, que reza: 'Primer ministro Kosor = estúpido' y que me confirma que no me he equivocado de manifestación.

Junto a un burdel sin nombre, trato de traducir los vítores y las pancartas. Nada sorprendente, desde 'Kosor lárgate' a '¡HDZ, ladrones!' (HDZ es el partido en el poder). Me preocupa un grupo de de jóvenes amotinados que enarbolan enormes banderas cuyo logotipo es una bandera de la Unión Europea tachada. ¿Son sutiles nacionalistas? Antonija Letinic, un periodista local me comenta que no. “No es tanto una muestra de nacionalismo sino un rechazo a la UE por su funcionamiento puramente económico". Básicamente, son anticapitalistas. Marina Kelava, joven reportera en uno de los medios de comunicación independientes de la ciudad, H-Alter.com, apuntala: "Si entramos en la UE, Croacia se arrodillará a sus pies y se colocará bajo el control de las inversiones europeas. El país se convertirá en la Florida de Europa".

Cuando me encuentro con Tomislav y Luka, ambos estudiantes de la Facultad de Economía de Zagreb, la historia cambia de color: "Creo que necesitamos a la UE. Después de lo que hemos vivdo, necesitamos a alguien que no sea nuestro gobierno corrupto. ¿Qué es lo que han vivido? Pues nada más y nada menos que una guerra (1991-1995), corrupción (el ex primer ministro Ivo Sanader es un buen ejemplo), el desempleo (14%) ... Todos esos elementos han convertido este país en una bomba a punto de estallar. "Si la gente se manifiesta es porque entienden que algo les falta. El problema es que grupos diferentes piden cosas diferentes. Hay estudiantes que quieren reducir los gastos de escolarización, otros que son antieuropeos, otros que solamente quieren luchar por su club de fútbol", nos comentan dos estudiantes haciendo referencia a la heterogenia del movimiento.

Los datos se situaban en un 13.5% en marzo de 2011, después de haber alcanzado un mínimo del 8% en 2008

El papel de los estudiantes: un choque ideológico

Retirado de su cargo como un veterano mutilado, Luka, de 22 años, me explica la situación mediante un análisis generacional: "Nuestros padres vivían en condiciones atroces, pero ellos sabían por qué. Nosotros, en cambio estamos perdido y la mayoría de los jóvenes están desencantados. No espere a tener una opinión sobre la política por parte de jóvenes estudiantes, porque la tasa de escolarización en secundaria en Croacia sólo alcanza el 7%”. Sin embargo, cuando hablo de esta visión con Marina Kelava, ella me replica: "Pensar en estos términos es peligroso. Los estudiantes deben hacerse notar entre la gente. Convertirse en alternativa de vanguardia. ¡Estar educado en una pequeña burbuja no te convierte en un intelectual!".

Entre el cielo y el suelo

Fatalismo por una parte e indignación por la otra, los croatas están encerrados en las luchas internas que socavan su cohesión. Las quejas, no obstante, son unánimes. El enemigo es común. Y el cambio político sólo puede venir desde la sociedad civil. Sergej Zupanic, periodista de Vecernji list, nos recibe al pie de una torre de veintiún pisos donde sobreviven las principales víctimas de este profundo estancamiento social que sufre Croacia. Veteranos de guerra, parados, mujeres embarazadas... Estoy en un gueto. Sergie, vestido todo de negro, nos comenta con sequedad: . Pero está satisfecho por ese despertar democrático que está dando avisos serios al gobierno. Como en Egipto, la primera señal ha procedido de las redes sociales: "Estas redes han permitido a los ciudadanos organizarse; los periodistas no hacemos otra cosa que dar los instrumentos para acceder a ellas". La generación 2.0 se ha adueñado de la red para crear un forum de reivindicación y un laboratorio de ideas. Un ejemplo de esta revolución telemática es www.nogomudupe.com (que literalmente significa “patada en el culo”) es la replica croata de la americana www.pressthepresident.com, una web que permite colgar mensajes de protesta distribuyendo guantazos virtuales a los miembros del gobierno.

Sin embargo, aunque la juventud croata se unifique, hay algunos cuervos del pasado que todavía sobrevuelan la memoria de muchos. Y algunos siguen preocupados. Antonija teme un debilitamiento del movimiento "del que se aprovecharán los nacionalistas". Sergej tiene dudas de que un inmovilismo "podría empujar al país al caos". Mientas otros ya están soñando con escapar. A los 22 años de edad, Luka no se ve "haciendo su vida en Croacia" y es escéptico respecto de la situación que le espera a su hermana pequeña 14. Parece que hay una luz pero… al otro lado del túnel.

 Este artículo forma parte de Orient Express Reporter 2010-2011, la serie de reportajes realizados por cafebabel.com en los Balcanes. Más información sobre Orient Express Reporter, aquí.

 Foto portada: (cc)black stena/flickr; fotos texto: ©Nemanja Knežević

Story by

Matthieu Amaré

Je viens du sud de la France. J'aime les traditions. Mon père a été traumatisé par Séville 82 contre les Allemands au foot. J'ai du mal avec les Anglais au rugby. J'adore le jambon-beurre. Je n'ai jamais fait Erasmus. Autant vous dire que c'était mal barré. Et pourtant, je suis rédacteur en chef du meilleur magazine sur l'Europe du monde.

Translated from Zagreb, révolution et Kosor… Une génération qui croît à la hâte