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Vivir con una discapacidad: “No tengo retraso mental, es que no puedo escucharte”

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María García

Cuando me acerco a la ventanilla de alguna institución, tengo que leer los labios del funcionario que está detrás porque no puedo escuchar su voz. A veces no soy capaz de entender lo que dice, así que tengo que preguntar lo mismo varias veces. Es entonces cuando la otra persona se enfada y empieza a gritar palabra tras palabra, como si tuviera retraso mental.

Autores: Jelena Đorić, Hrvoje Nimac, Haris Dedović

Editores: Ana Alibegova & Stefan Alijevikj

Cuando me acerco a la ventanilla de alguna institución, tengo que leer los labios del funcionario que está detrás porque no puedo escuchar su voz. A veces no soy capaz de entender lo que dice, así que tengo que preguntar lo mismo varias veces. Es entonces cuando la otra persona se enfada y empieza a gritar palabra tras palabra, como si tuviera retraso mental, por lo que tengo que decirles: “Lo siento, no soy estúpida. Es que no oigo muy bien”. Así es como Sandra Peshevska-Mickovska, pintora apasionada y miembro de la Asociación de Estudiantes y Jóvenes con Discapacidades (Association of Students and Youth with Disabilities) retrata una escena insólita de la vida cotidiana de una persona con discapacidad en Macedonia. Junto a Daniela Stojanovska – Djingovska, la presidenta de la asociación, presenta sus actividades de organización, explica los cambios a los que se enfrentan, opina sobre la inclusión de las personas discapacitadas en Macedonia y nos aclara que las personas con discapacidad no necesitan un trato especial ni excesivamente delicado, sino tener los mismos derechos que cualquier otro ciudadano.

M!: Háblanos de tu asociación. ¿En qué actividades trabajáis?

Daniela: Nuestra asociación empezó a trabajar en el 2002 y en un principio estaba registrada como una “asociación de estudiantes”, pero, tiempo después, nos volvimos a registrar y nos convertimos en una “asociación juvenil”, pudiendo incluir a otros jóvenes con discapacidades físicas. La asociación tiene unos 150 miembros y, aunque la mayoría de ellos tiene alguna discapacidad, el 10% o el 20% de ellos son personas sin discapacidades, ya que somos una organización inclusiva.

En cuanto a las actividades, primero tenemos la promoción y aplicación de la inclusión de personas con discapacidades, pero también estamos trabajando en el cumplimiento de los derechos, de la igualdad y en corregir los errores del sistema que tenemos en Macedonia. Básicamente, estamos intentando acabar con todas las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidades para que puedan ser partícipes de los procesos educativos de una manera más asequible.

M!: ¿Cooperáis con las autoridades de Macedonia?

Daniela: Cuando se trata de financiación, como asociación no estamos obteniendo nada del gobierno actual y tampoco hemos obtenido nada de ninguno de los gobiernos que le preceden. Nos financian las donaciones extranjeras. Dado que funcionamos como un servicio y somos únicos en este sentido, intentamos que las autoridades nos financiaran, pero no conseguimos nada. Algo que puedo encomendar es que tenemos una buena cooperación con los gobiernos a la hora de crear leyes nuevas. En 2008 se adoptó una ley que permitía que las personas con discapacidades no tuviesen que pagar la cuota de inscripción de las instituciones de educación superior; esto hizo que se elevase el número de personas con discapacidades que van a la universidad. Y, a nivel local, en la ciudad de Skopje, se ha resuelto el transporte de personas con dificultad de movimiento.

M!: ¿Cuál es la capacidad de espacio en la infraestructura para las personas que tienen dificultades de movimiento?

Daniela: Casi no ha mejorado. Y lo que es peor, existe una normativa legal para el acceso de espacios construidos, pero no está implementada; ni siquiera los edificios e instituciones de nueva construcción han mejorado. Sin embargo, algunas instituciones educacionales sí que lo han solucionado, como por ejemplo la Facultad de Filosofía en Skopje, donde la mayoría de las personas con discapacidades están completando sus estudios. Pero todavía hay muchas facultades que no facilitan el acceso a las personas con discapacidades; es irónico, por ejemplo, que la Facultad de Arquitectura y la Facultad de Ingeniería de la Construcción sean algunas de ellas. Así que las personas con discapacidades solamente se matriculan en las universidades que cuentan con un buen acceso. El no saber cómo te las vas a arreglar para entrar en el edificio de la facultad es un gran obstáculo para decidir matricularte; un buen ejemplo con el que ilustrarlo es el hecho de que normalmente las personas que tienen deficiencias auditivas se inscriben en escuelas de pintura o escultura.

M!: Hemos hablado de las personas con problemas de movilidad, ¿qué pasa con las que tienen una discapacidad visual?

Daniela: Este problema se ha resuelto muy mal. Las personas con deficiencias visuales suelen ir a la Facultad de Derecho en Skopje. La literatura adaptada no existe y no hay libros profesionales en braille. La mayoría de los estudiantes con discapacidades visuales utilizan el lector de pantalla JAWS. Antes de que el lector JAWS se empezara a utilizar, eran sus compañeros de carrera los que les leían los libros y todo el material se grababa en cintas para que lo pudieran usar.

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Translated from Life with Disability: “I am not Feeble-minded, I just Can’t Hear You Well”