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“Una figura trágica”

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Sevilla

Rueda de prensa de Stephen Frears, director de Tamara Drewe “Soy una figura trágica”, asegura Stephen Frears cuando se le pregunta por la aparente falta de reconocimiento académico por su obra, a lo que, con una sonrisa cómplice de agradecimiento al director del Festival declara sentirse afortunado por haber recibido el Premio de Honor de este certamen.

Ante sutiles acusaciones de una formación elitista, Stephen Frears se defiende reconociendo que la opción de una educación privada británica fue “la mayor estupidez” que cometieron sus padres, aunque también venera la generación rebelde que engendró dicha educación. Una actitud crítica ante la vida, productiva y constructiva, “no lo que ocurre hoy en día, esta juventud tiene más miedo y no comprendo cómo no existe una revolución social y política con el panorama que nos rodea”. Por ello, explica el director británico, “en mis películas es crucial la presencia de jóvenes”.

Asimismo, Stephen Frears cree firmemente en que el cine europeo tiene identidad propia, lo tilda como “más realista” que el americano, por ejemplo y afirma que ha aprendido la historia de Europa a través de su filmografía. “Es un cine que habla de la realidad, de la vida”.

En cuanto a la propuesta de la Unión Europea de la “alfabetización mediática”, no puede resistirse y confiesa que se le “hunde el corazón”. No da crédito a que en una sociedad en la que absolutamente todo está al alcance de todos, gracias a la red, haga falta un programa educacional cinematográfico. “En ese colegio elitista veíamos los sábados y domingos la misma película, con lo que ya entonces me estaba formando como espectador y director”. “Hoy estoy tranquilo con los consejos que le da el dueño del videoclub a mi hijo, él lo está educando también”.

Apenas unas pinceladas de Tamara Drewe

Muy poca referencia a la obra en cuestión; tan sólo que rodar con su hija, Lola Frears, no ha supuesto una complicación excesiva ya que el papel de “hija difícil” le venía como anillo al dedo”. Por otro lado, insiste en que sus películas intentan reflejar la frescura de la vida real, de ahí la mezcla de personajes de distintas generaciones y distintos estratos socioculturales, “como la vida misma” concluye.

Tras asistir a una venta al por mayor en las taquillas de los Cines Nervión, salas que acogen la mayoría de visionados del Festival de Cine Europeo de Sevilla, nos quedamos sin pase de prensa para Tamara Drewe. Sin aviso previo, por parte de la organización del funcionamiento de dicho sistema, ilusas de nosotras, cámara y plumilla, nos tuvimos que conformar con una escueta rueda de prensa en la Sala de los Espejos del Casino de la Exposición, mientras una aficionada se conformaba con un “bueno, pues si no queda para ésta, deme cinco de la que menos demanda haya”. Primer choque con la falta de organización estructural de este festival europeo que, curiosamente, carece de representación mediática foránea.

Clara Fajardo