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Ser periodista en Montenegro: Misionero, incordio y saco de boxeo

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Maria Sanabra

Sociedad

Amenazas físicas o judiciales, precariedad salarial y falta de consideración. En un país que ocupa la posición 105 en la clasificación 2010 de la libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, la profesión del periodista está llena de trabas. Sin embargo, como tantas otras paradojas en Montenegro, la información es la única garantía del interés público, ya que no existe oposición política.

Encuentro con los periodistas montenegrinos del mañana.

“Dejo mi cargo con la conciencia tranquila, sin ningún miedo a ningún tipo de acción legal en mi contra”. 15 de febrero de 1991 – 21 de diciembre de 2010, 19 años se cierran en Montenegro con la salida de Milo Djukanovic del cargo de primer ministro. “Todo lo que he hecho puede ser juzgado por el público y la historia”, añadía provocador. El joven periodista Marko Vesovic es más desconfiado que nunca. Este miembro del diario DAN, uno de los tres periódicos influentes de Montenegro y sin duda el más crítico, os puede recitar de memoria la cronología del proceso que puede terminar condenando al ya ex primer ministro por contrabando masivo de tabaco en connivencia con la mafia italiana. Alemania, Suiza y sobre todo Italia son las instancias judiciales vecinas que se interesan por el caso Djukanovic, símbolo de la corrupción política y del contrabando, según el líder de la oposición, Nebojša Medojević.

Sacos de boxeo

"Exhortamos al Gobierno y a la justicia a demostrar una voluntad de lucha contra la corrupción al más alto nivel de la administración pública y las instancias políticas...", Marko sigue de cerca el acercamiento de Montenegro a la UE. Estamos en un bar frente a la redacción en el que la cerveza se bebe como el agua; es tarde cuando aparece el plumilla: “Disculpe por el retraso, pero aquí en Montenegro hay pocos periodistas y muchas cosas que contar”. Disculpas aceptadas. Con gran precisión y a una velocidad impresionante, Marko Vesovic me narra los mayores sucesos de la historia de su pequeño país de 620.000 habitantes y el origen de la corrupción y el crimen organizado (en que se ha especializado hasta conseguir el Premio Europeo de Jóvenes Periodistas en 2008). Escuchándole, me doy cuenta de que jamás un periodista francés me ha hablado de su trabajo con tanto entusiasmo. Este tipo es un apasionado: “Creo que los periodistas tienen que ser críticos con los responsables políticos y defender el interés público… Y, personalmente, siempre he sido gobernado por el interés público”, responde cuando le pregunto por qué escogió esta profesión. Entonces, ¿no son los 400-500 euros mensuales que gana aquí un periodista lo que le incentiva? ¿Ni los procesos por difamación a los que se enfrentan la mayoría de artículos críticos con los políticos montenegrinos? “En cuanto empezamos a ser críticos con el Gobierno, Milo Djukanovic declaró delante de todos sus ministros que lo mejor que podían hacer era perseguir al Vijesti”, explica Nedjeljko Rudovic, responsable de la sección política de este periódico de referencia. “El tribunal de justicia está bajo control político y hemos recibido una multa de 33.000 euros por haber publicado la opinión de alguien que se oponía a una privatización”. Sin embargo, en sus comienzos (1997), el Vijesti apoyaba la política de Djukanovic, que había decidido alejarse del dirigente serbio Slobodan Milosevic y arrancar la independencia del país. A partir del 2006, una vez creado el Estado montenegrino, el periódico empezó a centrarse en las respuestas del Ejecutivo a las exigencias de la UE. “Nos hemos convertido en un peligro para el Gobierno, que lo ha intentado todo para disciplinarnos”.

Marko también se ha enfrentado a un proceso por difamación, ya que aquí se puede condenar al autor de un artículo directamente, y no al director de la publicación para la que trabaja. ¡Bienvenidos al país 105 (de 178) en la clasificación mundial de libertad de prensa según el informe 2010 de Reporteros Sin Fronteras! Un lugar que no escasea en paradojas: Montenegro recibió oficialmente la condición de candidato a la UE el pasado 17 de diciembre de 2010, aunque, en agosto del 2009, Miomir Mugoša, alcalde de la capital de Podgorica, empuñaba un arma en plena calle contra un periodista de Vijesti y su fotógrafo, después de haberles propinado una paliza con la ayuda de su hijo y su chófer: habían caído en la desgracia de investigar un parking ilegal situado delante del Café Art, propiedad de su hijito…

Misionero

El día siguiente a la dimisión de Djukanovic pudimos leer en él una hagiografía del ex primer ministro... ¿Un órgano más del Partido?El periodismo es una profesión mal pagada y peligrosa, está claro. Sin embargo, el éxito de Vijesti, creado en 1997 por periodistas del semanal independiente Monitor, excita numerosas vocaciones: “Todos los estudiantes de periodismo sueñan con trabajar en Vijesti”, confiesa Rados en un café de ambiente lounge que ha escogido él mismo. “En los años 90 sólo existía un periódico, el Pobjeda. El Vijesti y el DAN han ofrecido diversidad dentro del mundo mediático, ya que, según el Pobjeda, ¡Montenegro es un país maravilloso en el que todo el mundo es feliz!”, añade Jovana, su compañera de clase de la universidad de periodismo de Podgorica. Nedjeljko Rudovic corrobora: "Antes del Vijesti, el 80% de la información provenía de Serbia. Hoy en día, el 80% viene de Vijesti y de DAN. Estos medios han ofrecido a los montenegrinos la posibilidad de construir su propia educación política después de un siglo dependiendo de Belgrado”.

Incordio

Esta semana: los jóvenes y la política, buen modo de "meterse en harina" para su futura carreraPara un joven montenegrino, ser periodista consiste en resistir las garras del poder y construir una opinión pública nacional. Ahora bien: llegar a serlo es otra historia. En el último piso de la facultad de ciencias políticas se respira un ambiente de incertidumbre entre los estudiantes de periodismo. La formación existe desde hace cuatro años, pero la treintena de alumnos de Historia de la prensa coincide unánimemente: demasiada teoría y muy poca práctica. Así pues, para satisfacer el deseo de acción, Rados y dos de sus compañeros recorren a grandes zancadas el centro de la ciudad en dirección hacia los estudios de Atlas TV, donde preparan y animan desde hace tres meses una emisión semanal hecha “por y para jóvenes”. Esta semana entrevistan a jóvenes comprometidos con la política; algo que, aparentemente, les deja huella: “Me suelta su discurso sobre la calidad de la política de su partido hacia los jóvenes”, protesta Rados, sorprendido también por la petición de leer las preguntas antes de la entrevista… “¡Y se pone nervioso porque no le hago las preguntas previstas!". Periodistas en ciernes y fáciles de intimidar, debió pensar el miembro del Partido Democrático de los Socialistas… ¡Para nada! Y escuchando a Rados hablar de Ferhat Dinosha, ministro de los Derechos de la Persona y de las Minorías, que hace poco declaró que “la existencia de homosexuales es algo negativo para Montenegro”, nos damos cuenta de que con tales neófitos, los jóvenes periodistas van a extender su crítica de la corrupción política a las relaciones entre poder y sociedad civil, y la defensa de la integridad a la defensa de los LGBT.

Este artículo forma parte de uno de los proyectos de cafebabel.com para 2010-2011 a lo largo y ancho de los Balcanes: Orient Express Reporter.

Fotos: Portada: ©Simon Chang/www.simon.chinito.com/; Pobjeda : ©Emmanuel Haddad; Entrevista: ©Simon Chang/www.simon.chinito.com/

Translated from Etre journaliste au Monténégro : punching-ball, missionnaire et poil-à-gratter