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Semana Santa en Sevilla: “Nazareno, ¿me da un caramelo?”

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CulturaSociedad

Del 24 al 31 de marzo de 2013, Sevilla acogió una de sus grandes festividades: la Semana Santa. Durante los dos últimos años, el equipo de cafebabel.com en Sevilla ha aprovechado esta celebración para organizar su concurso de fotografía: una iniciativa con la que se ha buscado ilustrar los detalles de esta fiesta de interés turístico internacional. Esta galería, que reúne algunas de las mejores imágenes de este certamen, no solo ofrece un acercamiento a una de las tradiciones de Sevilla, sino que también invita a todo el mundo a participar de esta fiesta.

“Sed en las tinieblas”, por Javier Pérez

El retrato del Santísimo Cristo de la Sed fue el ganador del último certamen de fotografía de Semana Santa organizado por el equipo de cafebabel.com en Sevilla. Foto: Javier Pérez.

“Mantén tu llama encendida”, por Fulgencio Fernández

Los penitentes que acompañan a las procesiones en Sevilla, conocidos como nazarenos, llevan unas grandes velas que se encienden al caer la tarde. Una costumbre de los niños sevillanos es hacer bolas con la cera que desprenden estos cirios —y cuanto más grandes, mejor—. Foto: © Fulgencio Fernández.

“Capataz y costaleros”, por Luis Fernando de la Flor

Los costaleros tienen un papel fundamental aunque casi invisible en la Semana Santa: son los encargados de llevar sobre sus hombros los pasos al son de la música típica de esta festividad. El capataz les va guiando y marcando el paso. Es un verdadero espectáculo ver cómo los costaleros consiguen mecer a la virgen o hacen que el cristo parezca andar entre el gentío. Foto: Luis Fernando de la Flor.

“Nazareno, ¿me da un caramelo?”, por Claudia Uzquiano

Los más pequeños se colocan siempre en primera fila esperando los caramelos que dan los nazarenos durante su recorrido de penitencia: una forma de que los niños pierdan el miedo que pueden causar estos encapuchados. Los nazarenos también suelen repartir pequeñas estampas con las imágenes de la virgen o el cristo al que acompañan. Foto: © Claudia Uzquiano.

“El peso de la penitencia”, por Antonio Borrero

En el frontal del paso, rodeado de flores, se sitúa el llamador que usa el capataz para dar la orden de la levantá a los costaleros: el levantamiento del paso que se hace tras cada descanso. Foto: Antonio Borrero.

“Soy luz, la luz”, por Antonio Borrero

La mayoría de las hermandades de Semana Santa están compuestas por dos pasos: el primero escenifica uno de los momentos de la pasión de Cristo según el día de la semana que salga a la calle, desde su llegada a Jerusalén hasta su resurrección pasando por la crucifixión. Y tras el paso de Jesús, viene su madre, la Virgen María en sus diferentes advocaciones. Foto: Antonio Borrero.

“Con la ayuda de papá”, por Francisca Izquierdo

En la actualidad, para la mayoría de andaluces la Semana Santa es más una cuestión de tradición que de religión: una costumbre que forma parte de sus vidas y que se pasa de padres a hijos. Esta imagen, que retrata esta herencia, resultó ganadora en 2011. Foto: Francisca Izquierdo.

“Baratillo”, por Lola L. Falantes

Algo que impacta al que acude a la Semana Santa sevillana por primera vez son los nazarenos y, sobre todo, el uso del capirote: un gorro cónico de cartón cubierto de tela. Su origen se remonta a los tiempos de la Inquisición, donde suponía un castigo o una penitencia por algún delito cometido. Es por ello que los nazarenos, también llamados penitentes, lo adoptan como signo del sacrificio que realizan. No deben quitárselo mientras dure la estación de penitencia e incluso deben salir de casa con él puesto. Foto: Lola L. Falantes.

“Examen”, por Emilia Peña

Cada hermandad realiza una procesión desde su barrio de origen hasta la catedral de Sevilla. El último tramo de este recorrido es la llamada carrera oficial, que resulta de obligado cumplimiento para todas las hermandades. La Semana Santa sevillana también es una oportunidad de negocio para muchos: hostelería, negocios de túnicas de nazarenos, velas, flores, etc. Hasta el ayuntamiento sale ganando con la colocación de sillas a lo largo de toda la carrera oficial (las solicitudes para el abono semanal de estos asientos generan largas colas durante los meses previos a la Semana Santa). Algo curioso son las cantidades, a veces astronómicas, que se llegan a pagar por el alquiler de balcones para tener las mejores vistas de los pasos: más de uno hace el verano alquilando solamente el balcón de su casa. Foto: Emilia Peña.