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Seguridad Energética: Una alta prioridad para la UE

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Rodrigo Rosales

La dependencia en energía es actualmente uno de los temas de mayor interés en la agenda de la Unión Europea. ¿Tiene Europa los medios para remediar esta situación?

Hace ocho meses, la Comisión Europea renovó totalmente su estructura. Con la asignación de nuevos Comisionados y un nuevo Presidente del Consejo Europeo, llegan también nuevas prioridades y un nuevo enfoque de trabajo. Revisando más a fondo el programa de la Comisión, uno puede percatarse de altas prioridades en Mercadeo Interno, Economía y Unión Monetaria y de Comercio. El tema de más interés, sin duda, es el de Unión Energética y Clima.

En una Europa donde se importa más de la mitad de la energía, una de las más grandes metas de la UE es la reducción significativa de la dependencia en importaciones. Según la Comisión, la diversificación es la palabra clave cuando se trata de fuentes de energía y de proveedores, además de traer consigo más seguridad y estabilidad para el futuro. El proyecto del gasoducto South Stream, en plena mesa de discusión entre la Unión Europea y sus miembros, ha sido suspendido tanto por la inestabilidad entre las partes como por detalles legales.

Por varios años Europa ha dependido del gas proveniente de Rusia. Según un reporte conducido por Deloitte en 2014, el 57% de exportaciones de gas están destinadas a Europa Central. La UE, los países Balcanes, Noruega, Suiza, y Turquía siguen dependiendo de Rusia para el 30% de sus casi 19 trillones de pies cúbicos en necesidades anuales de gas. Ucrania, por su parte, recibe el 60% de su gas de Rusia y alrededor de la mitad de los proveedores de gas rusos que se dirigen a Europa atraviesan dicho país que se encuentra en situación de conflicto. De igual manera, la UE depende del petróleo ruso, como la totalidad de los países europeos OCDE que importan el 36% del crudo del país de Putin (44% con los líquidos y productos refinados). Consecuentemente, la economía rusa depende enormemente del petróleo y de la industria gasífera como fuente principal de ingresos.

A medida que las relaciones entre Rusia y EU se han tornado hostiles a causa del conflicto en Ucrania, Europa ha debido arreglárselas en la búsqueda de nuevos distribuidores ¿Ha resultado esto entonces una tarea fácil? Dada la vulnerabilidad de Europa, los jefes en energía de la UE han realizado visitas oficiales a varios Estados en la región Caspia y el norte de África. De hecho, países como Turkmenistán, Argelia, Irán e Iraq han resultado ser opciones plausibles como futuros exportadores para la UE. Sin embargo, la inestabilidad política y económica de esos países no demuestra grandes prospectos futuros. Así, los expertos continúan defendiendo el gas natural licuado (GNL) como la mejor opción para satisfacer las necesidades de Europa.

    En Búsqueda del Gas

Maroš Šefčovič, el Comisionado a cargo de la Unión Energética, ha viajado a Ashgadat, Turkmenistán a los fines de discutir la cooperación en energía con los delegados de Turquía y Azerbaiyán. El proyecto completo debería iniciarse para el 2019 y Europa habría de asegurar el gasoducto Sur que llevará gas desde Azerbaiyán, a través de Turquía y Grecia, hasta Italia.

Por otra parte, Miguel Arias Cañete, el controversial Comisionado para el Clima y Energía, visitó África del Norte para reunirse con representantes de Argelia, Marruecos, y Egipto para el lanzamiento de la plataforma energética euromediterránea cuyo objetivo es acrecentar la cooperación entre ambas regiones a nivel de gas, electricidad y energías renovables, además de incitar a un uso más eficiente de la energía.

   Trabas en la Vía

A pesar de que Turkmenistán posee la tercera reserva gasífera más grande (después de Rusia e Irán) entre los países exportadores, todavía queda pendiente la construcción de un gasoducto que necesita la aprobación de status legal del Mar Caspio luego de la caída de la Unión Soviética, al igual que Rusia e Irán. ¿Espera Europa un acuerdo luego de haber impuesto sanciones a Rusia y a Irán? Difícilmente. Cabe destacar que este acuerdo no le conviene del todo a Putin. Por otro lado, permanece presente la duda de si Turkmenistán desea realmente vender su gas a Europa estando China como comprador dentro del acuerdo. China es reconocida por su habilidad e ingenio a la hora de producir; aun cuando de gas se trata, que se ofrezcan a construir el gasoducto ellos mismos podría colocarlos en una posición de ventaja.

   Conclusiones

En vista del mundo en que vivimos, es alarmante ser tan dependientes de necesidades básicas como el gas y el petróleo. Veamos a Moldavia, un país de administración proeuropea que depende totalmente de energía rusa. Aunque las elecciones del año pasado dieron paso a un gobierno pro-UE, el predominio ruso en el país sigue siendo alto. Las sanciones recurrentes por parte de Rusia que prohíben la importación de vino otros bienes moldavos no han hecho más que traerle pobreza al país.

Como ciudadanos, vemos a la energía como una necesidad para vivir, sin darle el valor adecuado. No concebimos la vida sin la energía. En una escala internacional, la energía es más bien un negocio y no una necesidad; una lucha por el poder y el dominio. Los jugadores internacionales siguen siendo los mismos con el pasar de los años Aún, pues, permanece vigente la gran pregunta: ¿hasta cuándo tendremos petróleo y gas al alcance?

Translated from Energy security: a top priority in the EU agenda