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Rosenduft: jardín entre culturas

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Elisa de la Torre

Sociedad

Rosenduft se trata de un activo jardín en el que la gente comparte herramientas, disfruta en compañía de la hora del café y celebra pequeñas cenas veraniegas los viernes. “El objetivo de los jardines interculturales es reunir a refugiados, inmigrantes y vecinos del lugar”, dice Michael Kraft, responsable de la asociación südost Europa Kultur e.V. y que trabaja en Rosenduft desde 2006. “Tienes tu propia parcela pero también haces algo de manera colectiva. Eso es lo que crea la sensación de comunidad”. Hay un total de 127 jardines de este tipo por toda Alemania.

Esta galería forma parte de Multikulti on the Ground 2011-2012, una serie de reportajes sobre el multiculturalismo realizados por cafebabel.com en toda Europa.

Cultivando juntas

Varias mujeres bosnias, alemanas y una nigeriana trabajan en el jardín de Rosenduft. En la foto, unas ciudadanas bosnias plantan en un terreno compartido un viernes por la tarde. “La mayoría de las mujeres bosnias se conocen desde finales de los noventa al haber participado en el mismo grupo de terapia para refugiados en Alemania”, afirma Begzada Alatović, responsable del proyecto. “Oímos hablar de los jardines multiculturales de Göttingen y pensamos que era algo que también podíamos hacer nosotras”.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Dulsa

“Llegué a Alemania en 1995. Era una de las primeras del jardín. Para mí todo esto no consiste solo en cultivar, sino también en hacer amigos. Hablamos de todo: de la vida diaria, la familia, la jardinería y, a veces, de nuestra historia en común. Aquí puedes reír y llorar. Da igual que seas bosnia, alemana o estadounidense. Da igual de dónde procedas”.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Wolfram

“Trabajo aquí desde marzo. Soy alemán y conseguí este trabajo gracias a un programa de apoyo al empleo. Tengo algo de experiencia en jardinería. He trabajado en un cementerio y en una escuela. Aquí la gente es muy simpática y me lo paso muy bien –esto es casi como un pasatiempo–. En el jardín hay algunas tradiciones muy bonitas: si alguien está de cumpleaños o se marcha, nos tomamos un café o una tarta, o le regalamos flores”.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Susan

“Llegué de Nigeria hace siete años. Nosotros, los nigerianos, tenemos tradición agrícola. Aunque a mí no se me da muy bien la agricultura, la jardinería me gusta. Por eso estoy aquí, en Rosenduft. Cultivar algo para que crezca es lo que me da fuerzas. Me interesan otras culturas. Siento curiosidad por ver lo que otros cultivan y cómo lo hacen. Incluso he plantado algunas semillas de África aquí. La última vez no consiguieron germinar, pero esta vez espero que nazcan frutas parecidas a la calabaza”.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

El cultivo de cebollas

Cada agricultor decide lo que quiere plantar. Las cebollas suelen estar listas a finales de mayo.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

La hora del café

En el jardín, todos los días se prepara café “al estilo bosnio”.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Begzada

“Soy bosnia y colaboro con esta asociación. Trabajamos con refugiados e inmigrantes y esto no es más que un proyecto. No a todo el mundo le interesa la jardinería, pero algunos la consideran útil y entretenida. Casi todas las mujeres bosnias ya habían cuidado del jardín de sus casas: tradicionalmente las mujeres trabajaban en el huerto que tenían en sus hogares y los hombres, fuera de casa. A veces da la sensación de que necesitaríamos más espacio, pero somos felices con lo que tenemos. Este jardín es pequeño, así que todo el mundo se conoce”.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Nina

“Vine a Berlín desde Eslovenia para realizar unas prácticas en la asociación. Estudio Antropología Cultural. Llevo tres meses trabajando aquí y me queda un mes para irme. Me interesa la cultura de los Balcanes. Sé algo de bosnio, así que puedo hablar con las mujeres que no saben alemán. Esta asociación me pareció interesante, ya que trabajan con gente de los Balcanes y ayudan a que los romaníes se integren. Integrarse es algo muy importante, pero la gente también debería poder conservar su propia cultura”.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Una rosa para celebrar el cumpleaños

Nina y Hanna, trabajadoras en prácticas, ayudan a Begzada a plantar semillas. Durante la hora del café, le regalaron una rosa por su cumpleaños.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Susan riega su parcela

El jardín se encuentra al lado de un parque y los que pasan por allí a menudo se paran a charlar. “A la gente le interesa mucho la jardinería. Siempre están pidiendo un hueco pero no hay espacio suficiente para todo el mundo”, dice Alatović.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Begajeta

“Vine a Alemania en 1995 después de la matanza de Srebrenica. Llevo en este jardín desde que comenzó. Me gusta venir por la compañía y los amigos, aunque también tengo una vida fuera de aquí. En el jardín nos sentimos muy libres porque no tenemos secretos. Al principio, conversábamos sobre Bosnia... pero no podemos estar siempre hablando del mismo tema. Ahora solemos comentar nuestra vida diaria”.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Fiesta a la hora de la cena

De pronto, el trabajo se centra en los preparativos de una fiesta en el jardín. Se coloca una gran mesa y se asa la comida en una parrilla. En ocasiones, las mujeres traen a sus familias.

 (Foto: © Maria Halkilahti)

Translated from Rosenduft: intercultural city garden set up by Bosnian women refugees (12 images)