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República Checa y el topo Krtek: de ficción televisiva a identidad nacional

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princepolo

Cultura

En la época del “telón de acero” hacían las delicias de niños y padres, del Este y del Oeste. Los personajes checos de dibujos animados, como el topo Krtek, Pat y Mat y O loupežníku Rumcajsovi son, todavía hoy, una marca reconocida en todo el mundo, como los personajes estrella de Walt Disney.

El mundo lloró la muerte del creador de El topo. Cuando el 30 de noviembre de 2011 falleció Zdĕnek Miler, a los 90 años de edad, la noticia tuvo gran eco en todo el mundo. No es de extrañar, dado que los 49 episodios que cuentan las aventuras del simpático topo negro de naricita respingona, emitidos desde 1956 a 2002, tienen fans hasta en China, India y Japón.

Krtek se ganó el corazón de los televidentes europeos especialmente. En el viejo continente se le conoce con diferentes nombres: Krecik (en Polonia) Krtek/”Krteček (en la República Checa), Krtko (en Eslovaquia), Kisvakond (en Hungría), Der kleine Maulwurf (en Alemania), The Mole (en Gran Bretaña) o Кротик (en Rusia), aunque por lo general utiliza el mismo lenguaje, el de la pantomima, con una sonrisa feliz y exclamaciones cortas del tipo: “¡Ahoj!”, “¡Ach, jo!” o “¡Ohhhhhh!”. Muchos críticos de cine ven precisamente en ese lenguaje no verbal la razón del éxito internacional del personaje. Aunque la popularidad de Krtek se debe también a su buen carácter. Como dijo Vaclav Klaus, actual presidente de la República Checa, cuando le hacía entrega a su autor, en 2006, de la Medalla al mérito, “sus dibujos han brindado felicidad a niños y adultos, así como sensibilidad por las cosas cotidianas y no tan cotidianas, y sensibilidad por el sentimentalismo, que por desgracia no abunda en el mundo actual”.

La historia de unos pantalones

Aquel episodio de 13 minutos sedujo a los espectadores y a la crítica, de quien recibió varios premios

Son pocos los que saben que el primer episodio del topo Krtek surgió del objetivo de promocionar la industria textil checoslovaca. En la época en la que Zdĕnek Miler trabajaba para los estudios de películas de animación Bratři v triku de Praga, las autoridades del régimen comunista encargaron la producción de cuentos educativos para niños sobre cómo se fabrica la tela. Miler no quería que los niños se aburrieran, así que decidió convertir un tema poco interesante en la historia de un animalito. Como no quería repetir los mismos animales que aparecían en las películas de Walt Disney, estuvo mucho tiempo dándole vueltas a la elección de uno nuevo, hasta que un día, mientras paseaba, se encontró por casualidad con una topera; y así nació Krtek. El primer episodio de la serie trata de cómo los diferentes animales ayudan al topo a coser el peto azul de sus sueños. Aquel episodio de 13 minutos sedujo a los espectadores y a la crítica, de quien recibió varios premios. Gracias a ello pudieron surgir las siguientes peripecias del divertido roedor: El topo y el coche, El topo y el cohete, etc.

La cinematografía de animación checa no se limita a Krtek

Los televidentes y los aficionados polacos a la edición vespertina de dibujos animados, aparte del topo, también recuerdan con sentimiento otras producciones checoslovacas de animación. Pat y Mat es otra serie-pantomima sobre dos patosos amigos con narizotas y gorros divertidos. Antes de que los manitas de Pat y Mat consigan construir algo, pierden mucho tiempo y rompen varias cosas, pero al final de los finales siempre lo consiguen, y como señal de su éxito se dan la mano orgullosos. De manera similar a como ocurre con el topo Krtek, esta serie promueve una actitud positiva ante la vida (a pesar de los fracasos iniciales). Otros filmes de animación de exportación, realizados por creadores checos, son O loupežníku Rumcajsovi, sobre las aventuras de un bandido que vive en una cueva, su hijo Cypisk y su mujer Hanka. Esta serie, a diferencia de Krtek y de Pat y Mat sí tiene diálogos, que tuvieron que ser traducidos a la lengua de los países importadores.

El topo no teme a la crisis

En una coyuntura en la que Europa está sacudida por la crisis, los beneficios de las fábricas de juguetes checas no dejan de crecer. Cuando la economía checa se contrajo un 4,7 % en 2009 como resultado de la crisis financiera mundial, las ventas de juguetes crecieron un 3 % ese mismo año. Antes de las Navidades de 2011, salen hileras de peluches de Krtek del taller de juguetes de Brno para satisfacer la demanda de Europa Occidental, Asia y EEUU. Los comerciantes checos ganan todos los años sumas colosales por la venta de juguetes de imitación de Krtek, O loupežníku Rumcajsovi, etc. Muchos de los turistas que visitan Praga o Brno se deciden a comprar esos recuerdos de viaje (de esa forma, los personajes animados se han convertido en símbolos nacionales). Blahoslav Dobes, director de ventas de la fábrica de juguetes de Brno (Moravská ústředna Brno es el único lugar donde se cosen a mano los peluches de Krtek), comenta este fenómeno: “para nosotros el topo es el número 1 absoluto en todos los aspectos. Es un héroe positivo en estos tiempos difíciles”. Así, precisamente la fábrica de Dobes realizó para la NASA una mascota de Krtek de 19 cm que en abril de 2011 viajó al espacio a bordo del transbordador espacial Endevour.

Fotos: portada (cc)  fuxoft/flickr.com;  Texto : Filmweb; (cc) Alinalina/flickr.com;  (cc)  daklebtwat/flickr.com; Vídeo: MrCartoonsChannel/YouTube.

Translated from Czechy: O tym jak kultowy Krecik miał być reklamą dla przemysłu tekstylnego