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¿Qué demonios es el voluntariado europeo?

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Viola Fiore

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Default profile picture SILVIA COMECHE

Menos conocido que los programas Erasmus o Leonardo, el Servicio de Voluntariado Europeo (SVE) ha alcanzado su duodécimo año de actividad y ve como aumenta el número de participantes

El SVE es una de las ‘acciones’ de la Comisión Europea Juventud en acción y tiene como objetivo lograr la participación de jóvenes de entre 18 y 30 años, sin importar el nivel educativo, en actividades de voluntariado en el extranjero. En este programa, es posible efectuar estancias de dos a doce meses en países de la Unión Europea, en países adherentes al SVE (Noruega, Islandia, Liechtenstein, Turquía), en aquellos limítrofes con la UE (países del área mediterránea, caucásica y de la Europa sudoriental y oriental) y también, en teoría, en el resto del mundo. En la práctica, sin embargo, no es fácil encontrar entidades que acojan a los voluntarios fuera del continente europeo.

Pasos a seguir para ser un voluntario europeo

Los voluntarios aspirantes deben, en primer lugar, ponerse en contacto con una ‘entidad de envío’, una organización en su territorio que le enviará al extranjero. Para encontrarla, basta con dirigirse al punto de Información juvenil de su propia ciudad o contactar con la Agencia nacional encargada de gestionar el programa en el país de residencia. En este momento, los voluntarios podrán empezar a buscar el proyecto SVE en la base de datos de Juventud en acción. Las áreas de intervención son múltiples: del sector más tradicional de la discapacidad al del medioambiente o la cultura. Una vez encontrado el proyecto, se envía el currículum y se espera una respuesta. Evidentemente, cuanto más adaptibilidad y más currículum se envíen, más probabilidades hay de ser aceptado por la entidad de acogida que ha elaborado el proyecto. 

El SVE de Lucie y Tzveta en Italia

Lucie y Tzveta son dos jóvenes voluntarias, francesa y búlgara respectivamente, que se encuentran en Borgomanero, un pueblecito de la provincia de Novara, en el norte de Italia. “He elegido hacer el SVE, porque quería tener una experiencia en el extranjero”, dice Lucie. “No conocía el SVE, había probado con la Erasmus, pero no me habían cogido. Estudio italiano desde hace tres años y realmente quería ir a Italia. Finalmente, encontré este proyecto y me fui”. Y el proyecto no la ha desilusionado. “Nuestro trabajo principal consiste en promover el SVE en las escuelas, en eventos culturales, etc”, prosigue la joven. “Pero también trabajamos con una asociación para mujeres con dificultades y con un negocio de comercio justo”. 

También Tzveta está contenta con su estancia en Italia: “Después de licenciarme en leyes sentía la necesidad de tener una nueva experiencia antes de comenzar la vida ‘seria’ del trabajo. Necesitaba un descanso para decidir si realmente quería trabajar en el campo del derecho, si, en definitiva, había entendido todo aquello que quería hacer en la vida”. Con su proyecto en marcha, las dos chicas, que incluso han creado un blog para contar su SVE, se sienten cambiadas: “Personalmente me siento más fuerte e independiente, convencida de lo que quiero hacer en el futuro”, afirma Tzveta. El SVE también les ha permitido conocer muchas personas y viajar por Italia. 

Las ventajas del SVE

“El aspecto que convierte el SVE en único”, dice Davide Vergnano, el tutor de las chicas, “es que la actividad se desarrolla en un ámbito protegido: el voluntario es recibido por una organización que tiene, en general, un fuerte espíritu de acogida”. Al voluntario se le proporciona comida y alojamiento, además de una pequeña compensación económica mensual. No se trata, sin embargo, de un empleo retribuido: para trabajar como voluntario es necesaria una fuerte motivación. 

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Translated from Che diavolo è il volontariato europeo