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Praga, Barack Obama y el radar antimisiles durmiente

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La polémica sobre el escudo antimisiles de EE UU en suelo checo parece enfriarse, en un contexto de cambio político. Topolanek se fue y Obama pondrá en práctica su nueva política… ¿Habrán ganado los opositores al proyecto?

Foto: zionsiva / FlickrLa visita del 5 de abril de Barack Obama a Praga fue interpretada por algunos como un signo alentador para el futuro de la relación entre los Estados Unidos y la República Checa. Barack Obama dedicó una jornada completa a su visita a Praga, de un total de ocho, durante su primera visita a Europa desde su toma de posesión, el 20 de enero. El entonces primer ministro, Mirek Topolanek, acogió por adelantado con agrado “el discurso europeo del año”, pero esta acogida no fue compartida de forma generalizada en la capital.

Visita y premio de consolación

“Esta visita puede verse como un premio de consolación, porque los políticos (checos) quedarán mal si los Estados Unidos llegan a un acuerdo con Rusia”, dice Krystof Kozak, del departamento de estudios americanos en la Universidad Carolina de Praga, que cree que la visita de Obama a Praga marca el comienzo del fin de esta historia entre los dos países. Quedamos a tomar un trago en el Café Therapy, en el número 30 de la calle Skolska, no lejos de la Plaza de Venceslao, pocas semanas antes de la visita de Obama, y poco después de que se filtrase su ‘misiva secreta’ al presidente ruso Dimitri Medvedev, que supuestamente ofrecía la retirada del sistema antimisiles a cambio de ayuda para evitar el desarrollo armamentístico de Irán.

McCain hubiese continuado con el proyecto del radar

“Todo esto deja malparados a los políticos checos”, dice Kozak. Según él, muestra “un cambio significativo de intenciones” que se aparta del énfasis mostrado por el desarrollo del radar antimisiles, eje principal de la asociación entre los dos países desde hace ya unos años. También deja ver un acercamiento entre los Estados Unidos y la potencia responsable de la última ocupación de la República Checa. ¨Rusia no es muy popular aquí. Dar a entender que el radar se dejaría de lado si Rusia comenzaba a comportarse no era bueno para los políticos que lo habían apoyado. (El repúblicano John) McCain hubiese optado por el radar”. Su colega Jana Sehnalkova está de acuerdo. “Obama decide lo que puede usarse como arma de negociación, es como si se repitiese el caso de los mísiles chinos sobre Taiwán”.

La patata caliente del radar

El radar ha sido una patata caliente política desde el anuncio de este programa en República Checa y Polonia, valorado en 3.500 millones de dólares, con una creciente oposición checa. Una fuente próxima a la campaña asegura que “no se manejó bien en absoluto”, a pesar de estimar que había supuesto un coste de entre 15 y 20 millones de coronas checas (de 567.000 a 756.000 euros). Sehnalkolva dice que hubo mucho de “señalar al otro con el dedo” eludiendo la responsabilidad, pero la fuente del gobierno lo describe como emplear “los medios disponibles, aunque claramente limitados”.

eb78 / Flickr

Fuesen los recursos financieros suficientes o no, la fuente admite que el gobierno invirtió “mucho de su capital político en el proyecto”, lo que contribuyó, en parte, a que Topolanek sufriese una moción de censura el 24 de marzo, poco antes de la llegada de Obama. Los que estaban próximos a la campaña dicen que queda claro que el gobierno subestimó el grado de oposición al radar, que no esperaba que la campaña en contra fuese tan decidida y que terminase de forma exitosa. Hay quien afirma que la campaña de la oposición contó con respaldo financiero de Rusia y quien afirma que lo que dijeron era “muy a menudo desinformación intencionada y a menudo simples bulos”, lo que, sin embargo, explotó el malestar antiamericano de la opinión pública.

El desmorone checo

Aunque el radar está diseñado en apariencia para proteger a los aliados estadounidenses de una posible amenaza iraní, hay fuentes que creen que Irán es incapaz o no tiene intención de entablar acciones bélicas con los países de la OTAN. Según Kozak, muchos de los que apoyan el radar lo hacen porque “tienen miedo a Rusia, no a Irán. A la gente le gusta la idea de que podrán contar con las tropas estadounidenses para protegerles de Rusia. Rusia también se ha hecho eco de todo esto”.

"A la gente le gusta la idea de que podrán contar con las tropas de EE UU para protegerles de Rusia"

La oficina de Ivo Slosarcik, en el think tank Europeum, da a una de las calles principales en las cercanías de la Plaza de Venceslao. Para bien o para mal, el radar sería, afirma, “un símbolo palpable de la presencia occidental” en un país que está sufriendo su propia “crisis de identidad. La OTAN es solo papel, pero el radar es maquinaria. Demuestra con hechos que formamos parte de ella”. Un gran mapa de Europa se alza detrás de Slosarcik y su colega Tomas Weiss, ambos creen que la presidencia de Obama marca las distancias con el “idealismo” de la era Bush, (en la que los Estados Unidos buscaron, por ejemplo, de forma idealista, traer la democracia a Oriente Próximo) con un régimen de “realistas”, como quedó tal vez palpable en su discurso de Praga. Pero este nuevo pragmatismo podría dejar de lado a terceros, como la República Checa. “Todo el mundo cree que Obama será realista cuando trate con Rusia”, dice Slosarcik. “Realista, pero también deseoso de dejar su huella”.

La última palabra de Obama

A pesar de las afirmaciones en contra del primer ministro saliente Topolanek, no está del todo claro que el programa vaya adelante. El desmorone del gobierno checo, con el nombramiento de Jan Fischer, jefe de la oficina estadística checa, como primer ministro interino poco después de la visita de Obama, no alcanza a clarificar el futuro del radar y de las relaciones entre la República Checa y los Estados Unidos. “Depende más de la opinión que se acabe haciendo Obama que de quien gobierne en Praga”, dice Weiss. La opinión es compartida por otros. “Aunque mucha gente cree que esto pueda suponer el fin del proyecto, la decisión más importante vendrá de Washington”, según la fuente gubernamental. “El gobierno de Obama debe expresar claramente sus intenciones sobre este asunto, hasta que diga que sí o que no al proyecto, no sucederá nada en la República Checa. Los acuerdo del radar seguirán en el limbo”

Translated from Prague: Barack Obama and the giant sleeping radar missile bid