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'Pornovenganza': qué hacer cuando tu pareja publica vuestros vídeos íntimos

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Sofia Gamalero

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Hoy en día, en Italia, cualquiera puede caer verse envuelto en el problemón de la 'pornovenganza'. Lo demuestra un reportaje de Wired Italia publicado en abril de este año, en plena crisis COVID-19. Pero, ¿cuál es la situacion en el resto de Europa?¿Qué se puede hacer para luchar contra este crimen de la era digital?

El pasado 3 de abril, en pleno confinamiento debido a la difusión del Covid-19, la revelación de una gran chat de intercambio de vídeos de pornovenganza atrajo la atención de todos los medios en Italia. Wired se destapó “un enorme chat en Telegram accesible para cualquiera, que contenía videos de actos eróticos y sexuales publicados sin consentimiento y a espaldas de las víctimas”. La pornovenganza es un crimen cada vez más extendido, que aprovecha el potencial de difusión y el anonimato que ofrece internet.

¿Qué es la 'pornovenganza'?

"Conocida asimismo como ciberexplotación o venganza pornográfica, la pornografía no consentida implica la distribución en línea de fotografías o vídeos sexualmente explícitos sin el consentimiento de la persona que aparece en las imágenes". Así define la pornovenganza el Instituto Europeo de la Igualdad de Género* (EIGE) en un informe publicado en 2017 bajo el título La ciberviolencia contra mujeres y niñas.

Según EIGE, hasta el 90 por ciento de las personas afectadas son mujeres. En el informe, el instituto europeo denuncia que internet tiene que garantizarse como "un lugar seguro y capacitador para todos, incluidas las mujeres y las niñas". La red no es solo un espacio de diversión, información y relación, continúan. El acceso a internet también es necesario para el bienestar económico del individuo.

Telegram, en particular, parece ser un vehículo perfecto de esta forma de violencia. ¿Por qué? La aplicación debe su éxito a una criptografía especial cliente-servidor que facilita la difusión libre e incontrolada de material pirata.

La investigación de Wired estimó que había 21 canales telemáticos conectados entre sí (también usando “grupos de reserva”, que usarían en caso de que se descubriera y suprimiera el principal), alrededor de 30.000 mensajes diarios y 50.000 abonados, en dos meses de existencia. Si bien los hombres pueden ser víctimas de este tipo de venganza, la gran mayoría de las víctimas del caso italiano eran exnovias, menores de edad e incluso mujeres sin relación con el creador del vídeo. Sí, también mujeres que nunca han compartido imágenes íntimas pueden ser víctimas. ¿Cómo es posible? Con cualquier tipo de aplicación de retoque fotográfico, es bastante fácil modificar una selfie descargada de una red social. Muchas chicas han visto circular fotos suyas en traje de baño publicadas anteriormente en Instagram, con la diferencia crucial que las imágenes difundidas las mostraban desnudas.

La ley y la pornovenganza en Italia

En Italia, el proyecto de ley sobre la pornografía de venganza fue aprobado por unanimidad por el parlamento nacional el 17 de julio de 2019. El texto prevé una pena de prisión de 1 a 6 años y una multa de 5.000 a 15.000 euros para “cualquiera que envíe, entregue, ceda, publique o difunda imágenes y videos de órganos sexuales o de contenido sexualmente explícito, destinados a permanecer en privado, sin el consentimiento de las personas representadas”. La misma multa se aplica a quien contribuya a la difusión del material para perjudicar a las víctimas, mientras que aumenta si el delito es cometido por el cónyuge, aunque esté separado o divorciado, o por una persona vinculada (o que haya estado vinculada) por una relación afectiva con la ofendida.

La abogada Cathy La Torre (@avvocathy en Instagram), una activista al frente de la lucha contra la pornovenganza, ha denunciado a los grupos detallados por Wired a través de una denuncia ante la Justicia y ha redactado, en colaboración con @iodonna_it una guía sobre qué hacer si una foto nuestra termina en uno de los grupos.

En Verne, de El País, también puedes leer una guía en español sobre qué hacer en estos casos.

La abogada La Torre considera la denuncia de la víctima italiana de suma importancia. En Italia, de hecho, la pornografía de venganza está tipificada como delito solo si la parte perjudicada denuncia, pero no si se trata de un "tercero" (por ejemplo: padre, madre, amigo, hermana, hermano, etc.). ¿Una limitación de la legislación italiana? No necesariamente: el porno de venganza entra en la categoría de delitos que tienen que ver con asuntos particularmente íntimos y, en estos casos, no todo el mundo está en condiciones de denunciar. La prioridad es, sobre todo, proteger a las víctimas que deciden exponerse. Para La Torre, invertir en “educación digital” sería un buen punto de partida: "He hablado con centenas de chicas menores de edad y víctimas de 'pornovenganza' en Telegram que no han denunciado porque les daba vergüenza contárselo a sus padres. A esos padres habría que explicarles que sus hijas no son culpables de haberse hecho un selfie, sino que el problema radica en cómo usan las redes sociales".

El asunto se complica aún más porque la ley sobre la pornografía de venganza en Italia no tiene en cuenta la posibilidad de que las imágenes íntimas se puedan robar y usar de manera pornográfica en perjuicio de una persona, en un contexto que ofende y mortifica su dignidad.

A pesar de que se hable de porno de venganza, no siempre el motivo es la revancha contra una persona o el deseo de “castigarla”. Según La Torre, a veces es simplemente la lógica de la manada la que empuja a los que realizan el acto ofensivo a compartir las imágenes. En la raíz del problema – y la solución – podría subyacer una cuestión de educación sentimental. "Hay que identificarse con la persona cuyas imágenes se han difundido y pensar: '¿Y si fuera yo?'. Sería un primer paso hacia la empatía. Desmintamos el mito de que los hombres se lo tomarían bien solo por ser hombres, difundir imágenes intimas no es una prueba de su virilidad", dice La Torre.

La 'pornovenganza' en Europa

A nivel europeo, no existe una legislación uniforme en materia de pornografía de venganza que sea común para todos los Estados, solo normas nacionales separadas. Alemania fue el primer país que introdujo una ley sobre este delito, en 2014. A diferencia del caso italiano, aquí los que difunden material privado de carácter sexual se exponen a una pena de prisión de dos años y a sanciones de hasta 60.000 euros. En ese mismo año, un tribunal regional de la ciudad germana de Coblenza dictó una sentencia muy peculiar, aunque de carácter prospectivo, en la que se exigía a las parejas que borraran sus fotos íntimas una vez finalizada la relación.

La misma pena está prevista en Reino Unido desde 2015, aunque con límites: al igual que en Italia, no se les garantiza el anonimato a las víctimas tras denunciar.

Por su parte, en 2016 Francia definió su proprio proyecto de ley como una "ley para una república digital". Sin embargo, años más tarde, parece necesario adoptar medidas más incisivas. En febrero de 2020, uno de los casos más recientes de pornografía de venganza le afectó a Benjamin Griveaux, excandidato a la alcaldía de París. Después de la difusión de su material íntimo, decidió retirarse de la campaña electoral municipal parisina mediante la publicación de un vídeo.

De la investigación de Wired hemos aprendido que las formas de violencia de género no se pueden clasificar solo en los términos unívocos de “feminicidio” o “violación”. Sería el momento de profundizar en términos sociológicos en lo que subyace al abuso de la mujer por parte del hombre (y viceversa), pero esto requiere el análisis de unos expertos y, sobre todo, la posibilidad de hablar abiertamente del asunto.

Story by

Alessia Giocondo

Italian journalist, stubbornly curious, copywriter. Sometimes I speak Arabic and then I find myself out of my comfort zone.

Translated from Il revenge porn in Italia ed Europa: cos'è e come si combatte