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Piazza Vittorio: Viaje en el ascensor de la integración

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CulturaSociedad

¿Continúa siendo la Piazza Vittorio Emanuele un ejemplo cultural paradigmático de la integración o debe ceder a la “cultura de mercadillo chino”? Un paseo literario-musical por el corazón del multicultural barrio romano Esquilino.

“Soy el último italiano en un mar de chinos. ¿Y queréis echarme de mi tienda porque no puedo pagar los impuestos? ¿Cómo puede permitir una cosa así la ciudad de Roma?” En el escaparate de una tienda de ropa en la Piazza Vittorio cuelga una carta protesta. El dueño del negocio se lamenta de la situación en la que se encuentra su barrio, transformado en un Chinatown romano en los últimos años. Bienvenidos a la Piazza Vittorio, la plaza que está en el barrio multiétnico más famoso de Roma, en la colina del Esquilino, justo al doblar la esquina desde la estación de ferrocarril Termini. La Piazza está rodeada de muchos baratillos pequeños -100% poliéster- y pequeños locales de aperitivos. Casi todos ellos están rotulados en caracteres chinos y están especializados en baratijas como bisutería, ropa o comida rápida.

©Ehsan Maleki

De orquestas y ascensores integradores

Ya en el bestseller publicado en 2006Scontro di civita per un ascendore in Piazza Vittorio (Choque de civilizaciones por un ascensor en Piazza Vittorio; al. 2009) de Amara Lakhous los chinos reciben lo que merecen: “Me han dicho que los chinos comen perros y gatos. Ahora que les he contado a ustedes todas estas cosas, ¡no cabe ya duda de que los chinos han secuestrado y se han comido al pobre Valentino!” El autor de origen argelino, que vivió muchos años en la Piazza, describe en su novela un asesinato que tiene lugar en el barrio multicultural de la ciudad romana. En el desarrollo de la trama se enfrentan las diferentes culturas y tópicos que constituyen el día a día de la Piazza Vittorio. “Arabizo lo italiano e italianizo lo árabe” afirma en su particular estilo literario, cuyo éxito se ha traducido en la filmación de una película basada en su novela de la mano de Isotta Toso.

A pesar de las quejas de algún que otro residente sobre las invasiones de inmigrantes chinos, lo cierto es que el multiétnico barrio romano se ha granjeado una reputación integradora gracias a sus exitosas iniciativas culturales. El mismo año que la novela de Lakhous se publicó el documental musical L'Orchestra Di Piazza Vittorio (La orquesta de Piazza Vittorio), que trata sobre la famosa orquesta nacida en el barrio, cuyos miembros proceden de todos los rincones del planeta. La búsqueda imposible de la nota perfecta y la combinación de las diferencias culturales fue la curiosa idea de Agostino Ferrente. Este italiano fundó en 2002, tras el cierre de la sala de cine independiente “Apollo 11”, una asociación que lleva el mismo nombre para contrarrestar la decadencia cultural de Piazza Vittorio. Los 16 miembros, venidos de 11 países diferentes, enseguida consiguieron reconocimiento internacional y llevaron las ideas de la Piazza a otros países.

De Lampedusa a las salas de cine romanas

Pero esto no le cortó las alas a Agostino Ferrente. En el cine Piccolo Apollo, que está en una escuela, me encuentro con tres miembros de la asociación: el propio Agostino, Greta de Lazarris y Maria Teresa Tringali. Son escritores, músicos, productores o directores y organizan sesiones de cine en el barrio. “Mostramos otro mundo, otra música, otros libros y nuevos talentos” dice Maria sobre su tarea. Al equipo le gustaría informar sobre diferentes culturas y estilos de vida a través de documentales pero, sobre todo, acercarlos. Por ello, la entrada debe ser, a todas luces gratuita, aseguran los organizadores. Hoy, para acompañar a las palomitas, las patatas fritas y el vino que se están preparando ahora mismo para los espectadores, se proyectará el documental I nostri anni migliori (Nuestros mejores años). Todas las butacas del cine están ocupadas. Algunos espectadores incluso se sientan en el suelo. En la pantalla acompañamos, desde los campos de recepción del sur de Italia, a cinco refugiados que huyeron de su país tras la caída del dictador Ben Ali y que llegaron a la isla Lampedusa en pateras entre febrero y abril de 2011.

En Roma, según el informe de inmigración de 2011 elaborado por Caritas Roma, uno de cada ocho ciudadanos poseen una nacionalidad extranjera, de los cuales la mayoría proceden de Rumanía (21,6%), Filipinas (10%), Bangladesh (4,7%) y Polonia (4,4%). Sólo entonces encontramos a los inmigrantes chinos, que constituyen actualmente el 3,9% de la población romana. El propio barrio Esquilino sufrió entre 1961 y 1991 un descenso de población de 42. 000 a 24. 000 habitantes. Así que prácticamente no se puede hablar de un exceso de población china, según el Blogger Salvatore.

Un par de calles más allá, en Via Bixio, se encuentra la Scuola Di Donato, el primer colegio de integración de Roma, que alberga a un variopinto grupo de teatro: la Esquilino Young Orchestra. Al principio no era más que un proyecto musical nacido de la orquesta de Piazza Vittorio. “Queremos que la gente vea la diversidad cultural bajo un enfoque positivo. Nosotros lo somos» dice Juri, de 20 años, uno de los estudiantes, mientras les traduce nuestra conversación al inglés a sus compañeros. Ali añade: “Sentimos lo mismo: No sentimos en francés ni en italiano. Lo que cuenta es el sentimiento que hay tras la palabra”.

A la derecha, el trío: Ferrente Agostino, Maria Teresa Tringali et Greta De Lazarris

Al principio, sin embrago, hubo dificultades, explica el director artístico Moni Ovadia: “Tenemos que construir confianza. Son inmigrantes que vienen de familias mestizas muchas veces. Italianos, chinos o turcos. A través de las clases. El teatro, la música y el movimiento podemos construir una relación”. Según Ovadia, todos los problemas consisten única y exclusivamente en la falta de diálogo. Y justo en eso quieren centrarse: “El arte es integración” resume uno de los profesores, Antonio Vignera.

No obstante, Asha Sabrie, periodista de Lookout-TV, un canal de televisión por Internet que se centra en temas multiculturales, nos explica que la integración en Piazza Vittorio también se puede dar a niveles más superficiales, ya que los romanos pasean por la colina del Esquilino principalmente para comprar más barato. Y eso no sólo en el conocido Mercato di Piazza Vittorio, donde se pueden encontrar ingredientes, especias y productos venidos de los rincones más remotos del planeta. Asha afirma que las compras también son “una posibilidad para entrar en contacto porque aquí sale todo baratísimo”. 

©Ehsan Maleki

Este artículo forma parte de Multikulti on the Ground 2011-2012, una serie de reportajes realizados por cafebabel.com en toda Europa.

Fotos: portada ©Orchestra di Piazza Vittorio; Texto ©Ehsan Maleki; ©Christina Heuschen Vídeos: Scontro di civita per un ascendore in Piazza Vittorio (cc)RBcasting/Youtube; Documental orquesta (cc)luckyredfilm/Youtube

Translated from MultiKulturmeile Piazza Vittorio: Einmal Integrationsfahrstuhl und zurück