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Pechos de monja, ¿repostería al desnudo?

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Default profile picture María Lomeña

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Al primer bocado uno no puede creer que el dulce que come tenga la forma de un seno, más extraño aún si son ¡tres! Sin embargo el nombre de esta especialidad de una región italiana no deja la menor duda: ‘Sise delle Monache’ o, lo que es lo mismo, ‘pechos de monja’

Blasfemias aparte, probarlo es un placer terrenal para cuerpo y mente. Una pena que la única forma de hacerlo sea ir a las montañas de Abruzzo, a Guardiagrele, ciudad en la que dos pastelerías, que dividen en dos a los fans más golosos, conocen su sencillo pero decisivo procedimiento de elaboración que concluye poniendo la crema entre los ‘pechos’ y el ‘sujetador’, ambos hechos de bizcocho.

Pero, ¿por qué las monjas no podrían tener tres pechos? Si, como yo, no le ves sentido, puedes ir a comprobarlo en persona a un convento y comprobar una de las hipótesis. Parece ser que las monjas hacían una bola con un trapo para ponérselo entre los dos pechos para así disimular sus formas y que todo pareciera más compacto. Otros consideran que el nombre del pastel proviene simplemente del hecho que fueron las monjas, parece ser que de la orden de las Clarisas, las que elaboraron este dulce la primera vez.

Parece ser que colocaban un trapo entre los senos para ocultar sus formas

Eso sí, ni se lo menciones a Giuseppe Palmerio, el cocinero al que se le atribuye esta invención a finales del año 1884. Él lo llamó Tres montes, en homenaje a los tres picos de la Majella, bajo los cuales nace la pequeña ciudad de Guardiagrele. Más tarde, el poeta Modesto della Porta lo bautizó de nuevo con el nombre de Sise delle Monache (‘pechos de monja’), cuando una mañana, recién levantado, se quedó impresionado por su candor y su ‘inocente’ frescura.

Pero una vez en Guardiagrele hay que armarse de paciencia. La cola fuera de la pastelería es a menudo muy larga, sobre todo los domingos. Ya dentro podrás probar esos ‘pechos’, recién sacados del horno, con cepillo incluido para quitar el azúcar glas que inevitablemente se os caerá sobre la ropa. Pero si no puedes ir a Abruzzo, te explicamos cómo preparar este dulce ‘divino’.

Ingredientes:12 huevose00 gramos de azúcar

200 gramos de harina tamizada

100 gramos de fécula de patata

Azúcar glas

Monta a punto de nieve las 12 claras de huevo con 200 gramos de azúcar. Después bate las doce yemas restantes y 100 gramos de azúcar. Mézclalo todo muy lentamente con un batidor en dirección de abajo a arriba. Añade la  harina tamizada y la fécula de patata. En un molde, con la ayuda de una manga pastelera, forma con la masa una serie de tres pirámides (o senos) que queden pegadas las unas de las otras. Hornea durante unos 10 a 15 minutos a 210°. Déjalo enfriar, corta la parte superior, rellena con la crema y vuelve a taparlo. Para acabar, espolvorea con el azúcar glas.

Fotos: traboccoblu/flickr; ©benleto/flickr,Sarah Gregg/flickr

Translated from «Sise delle Monache»: tra il sacro e il profano c'è... la crema!