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París, a vueltas con los tópicos

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París es una de esas ciudades mágicas que uno no puede dejar de visitar, aunque sea una vez en la vida. Ella, la ciudad de la luz, siempre impresionante, esa que nunca deja de sorprendernos, nos vende una imagen de sí misma y nos ofrece una serie de clichés que refuerzan al mismo tiempo su propia identidad  y su encanto. Para visitar y quedarse unos días en París, la capital francesa cuenta con una red de alojamientos de todo tipo y para todos los gustos y bolsillos, sencillos, lujosos, perfectos para disfrutar de una estancia en familia o de un plan romántico con la pareja. Sin duda, un viaje a París es la ocasión perfecta para comprobar si es cierto lo que se dice sobre esta ciudad.

 El "chic" parisino, ¿mito o realidad?

La imagen de la típica parisina, guapa, elegante y siempre encantadora, ha inspirado desde siempre el mundo de la moda, del arte y de la literatura por todo el mundo, y es que, en realidad, el chic parisino es ante todo una seña de identidad cultural, una especie de sello de calidad otorgado por el resto del mundo a una ciudad que se lo ha ganado a pulso con sus creaciones sublimes e incomparables. La elegancia parisina se ha erigido como fiel y digna representante de la elegancia francesa, gracias al buen hacer de diseñadores fetiche como Gabrielle Chanel, Christian Dior, Yves Saint Laurent... y tantos otros que han contribuído a crear una imagen de mujer elegante, de aspecto distinguido, independiente, y aunque en ocasiones, distante y superficial, en ningún caso vacía. Hace poco, Inès de la Fressange fue elegida embajadora y flamante representante del chic parisino, ese don tan deseado, copiado, y por ahora, jamás igualado.

 Los parisinos conducen fatal

Si bien algunos rincones idílicos de la capital del Sena están tomados por peatones y ciclistas, como las orillas del Canal Saint-Martin, lo cierto es que cuando a uno no le queda más remedio que adentrarse en la jungla de asfalto y coches del centro de la ciudad, el sentimiento de seguridad y de tranquilidad que se disfruta en aquella zona se esfuman rápidamente. En este punto, es difícil deshacerse de los estereotipos que no dejan en muy buen lugar a los propietarios de los coches con matrículas que llevan el 75 de París. Lo podemos comprobar al asomarnos a cualquier hora a la Place de l'Etoile. Que lo sepa todo el mundo, extranjeros o provincianos: de nada sirve esperar educadamente a que nos dejen pasar. Lo mejor, agarrar decidido el volante y mirada al frente, para hacerse un hueco entre la marabunta de coches. Eso sí, en París, e independientemente de ir en coche o a pie, lo mejor es la prudencia.

 Los parisinos siempre tienen prisa

 Este es otro de los clichés que circulan por todo el mundo y que, si bien tiene mucho que ver con lo que decíamos antes respecto de su forma de conducir, se debe sobre todo al ritmo frenético de la vida diaria de los parisinos, de casa al trabajo y del trabajo a casa, que no les deja tiempo para nada. Si tienen que levantarse pronto para coger un tren en la Gare du Nord a las seis y media de la mañana, atravesar todo París para llegar al trabajo a las afueras de la ciudad o a la inversa (e idéntico ritual al terminar la jornada laboral), la verdad es que al parisino le queda poco tiempo para disfrutar del paisaje.

 Cada zona de París tiene su estereotipo

 Además de meras particiones administrativas de la capital, como consecuencia de su división por secciones tras la Revolución Francesa, los distritos de París ofrecen, cada uno de ellos, una imagen diferente que, en su conjunto, son una prueba más de la magia y del encanto propios de la ciudad.

Así, por ejemplo, y para no complicarnos demasiado, podemos decir que los barrios más "ricos" son los que se hallan en la zona más occidental de la capital: los distritos con los números 7, 8, 15 y 16 se distinguen por ser zonas tranquilas y por tener los edificios más bonitos de París.

Por el contrario, los barrios más populares son los que están situados en el noroeste de la ciudad y así, los distritos 18º, 19º y 20º todavía conservan muchas de las viejas fábricas de la revolución industrial de 1840.

Otras curiosidades: el barrio más exótico de la capital es sin duda el 13, el chino, y los que están más de moda, el 11 y el 6, con Saint-Germain des Prés, que son los barrios pijos y los de los cafés literarios. Finalmente, todos estaremos de acuerdo en afirmar que el nº 8, el de los Campos Elíseos, es el más visitado por los turistas.

Información o intoxicación, lo cierto es que París lo tiene difícil para eliminar todos esos estereotipos. ¿Lo mejor? Hacer las maletas, pasar unos días en la ciudad y descubrir por sí mismo y con conocimiento de causa si lo que acabamos de leer se ajusta a la realidad o es ...¡otro cliché!.

Translated from Paris, les clichés ont la vie dure