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Paraísos fiscales: la Europa de los piratas

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Los paraísos fiscales son más que antiguos refugios de piratas, enclaves históricos arcaicos o minúsculos países que incentivan la domiciliación fiscal para no residentes.

Sociedades fiduciarias, secreto bancario, exenciones fiscales, laxitud legislativa y, cómo no, un perfecto y opaco sistema para el lavado de dinero: estas son las características de un paraíso fiscal.

En los setenta, había sólo unos cuantos de estos enclaves, pero a partir del desmantelamiento de los controles sobre los flujos internacionales de capitales y algo antes de la revolución de las comunicaciones, se asistió a un boom de estos territorios que, en un 95%, son ex-colonias dependientes de su antigua metrópli, la mitad bajo bandera británica. Europa se ha convertido en unos de los mayores núcleos de paraísos fiscales del mundo. Este desarrollo llevó a más de dos mil magistrados europeos a firmar la Declaración de Ginebra de 1996 que afirmaba: “Detrás de la Europa en construcción visible, oficial y respetable, existe otra más discreta, menos confesable. Es la Europa de los paraísos fiscales que, desde las islas anglonormandas hasta el Peñón de Gibraltar, pasando por Lienchestein, prospera de forma descarada gracias al capital que protege complaciente.”

Gibraltar a las puertas de Europa

Según la edición del 3 de junio de 2000 del diario The guardian, Gibraltar, con una población de 28.000 habitantes, albergaba el domicilio fiscal de 200 multimillonarios y cerca de 60.000 empresas de las que casi un tercio disfrutaba de exención total en el impuesto de sociedades. En junio de 2000, Gibraltar ingresó en la lista negra de los 35 paraísos fiscales identificados por la OCDE, aunque desde 2002 sólo permanezca en la Lista Gris elaborada por el Grupo de Acción Financiera del G-7 de países que realizan esfuerzos para dejar de funcionar como paraísos fiscales. Gibraltar incumple las normas comunitarias sobre libre competencia y recibe por parte del gobierno británico un apoyo desleal y asimétrico respecto a las empresas de su mismo Estado. Un ejemplo de ello es la no aplicación del IVA que Bruselas condenó en Marzo de 2004.

Mónaco: el glamour también juega

En Mónaco hay mucha riqueza procedente de famosos multimillonarios de la moda, del deporte, del cine o de la música. La Jet Set también busca sacar tajada de la gran ventaja de los paraísos fiscales: no pagar o pagar casi nada de impuestos. Un dato: en Mónaco hay 32.000 habitantes para 350.000 cuentas cifradas, desconociéndose el origen de tanta riqueza.

Mónaco participa en una competición fiscal mundial para proporcionar mayores oportunidades fiscales a los ricos y que las grandes corporaciones transnacionales eludan sus obligaciones tributarias. Por estas dos razones la Comisión Europea, la ONU o la OCDE han iniciado una lucha para acabar con el desarrollo de estos paraísos fiscales y de sus prácticas fraudulentas.

Las islas de Jersey y de Man

Las organizaciones criminales se adaptan bien a la mundialización financiera, y gracias a los paraísos fiscales pueden trasvasar sin dificultad sus actividades ilícitas a otras redes legales e invertir en los mercados financieros, disponiendo para ello de importantes capitales. La red que forman la Isla de Jersey, de Man, San Marino o Lienchestein son un ejemplo claro de la importancia que juegan estos pequeños enclaves europeos. Es a través de este entramado que las finanzas modernas y el crimen organizado se sustentan mutuamente, y ambos, necesitan que se supriman las reglamentaciones y los controles estatales.

Es la otra Europa de las cuentas numeradas para reciclar el dinero de la droga, el terrorismo, las sectas, la corrupción y las actividades mafiosas. Estas facilidades financieras en el marco de uno de los mayores mercados comunes del mundo propician el desarrollo del crimen organizado. Según el Atlas de la criminalidad Financiera publicado por la editorial Akal en 2002, el Producto Criminal Bruto (PCB), no era inferior a 800.000 millones de dólares, y no olvidemos que de este pastel se ven beneficiados grupos terroristas como Al quaeda o ETA.

Luxemburgo: deslealtad en el centro de Europa

Según declaraciones en 1999 de quien fuera ministro francés de economía, Dominque Strauss-Kahn, la mitad del comercio mundial pasa por los paraísos fiscales. El valor de los activos depositados en paraísos fiscales alcanza los 11 billones de dólares, más de un tercio del PIB anual mundial, según publicó J. Christensen en el diario The Observer el 17 de noviembre de 2002. La industria extraterritorial (offshore) en su conjunto está implicada en la mitad del valor de las transacciones financieras del mundo. El ejemplo: Luxemburgo, un micro-Estado sin costas con unos 50 navíos de alta mar bajo su pabellón, aloja a 30 de los 50 bancos más importantes del mundo, y el 90% de sus clientes son extranjeros.

Mientras tanto, un incremento anual del 0,5% de los ingresos de los activos depositados en paraísos fiscales (incluyendo Lienchestein o San marino) podría financiar los objetivos de desarrollo del milenio de la ONU para 2015, sin contar lo que supondría esto para el presupuesto de la UE y para la maltrecha ampliación.

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